Columnas Social

Vibremospositivo

El último primer día

VICTORIA HOP.-

Hoy te escribo a ti, María, no te conozco, pero estoy segura de que en algún lugar existes. Te imagino acomodando tu uniforme, metiendo tus libros a la mochila, preparando para que todo sea perfecto en tu primer día en primaria. A Sofía, que ya se mete a su cama, atacada por los nervios de la noche anterior al inicio de clases. A Mauricio, que mañana empieza el cuarto grado y no puede estar más enojado. No le gusta la escuela. Y a Natalia, que desde hace horas no sale del grupo de mensajes de sus amigas, todas planeando la mejor manera de hacer que el uniforme de la escuela no se vea tan 'horrendo'. Todos ellos tienen lo más valioso en sus manos, pero todavía no lo saben.

Por otro lado, escribo yo, desde la sala de mi casa, sobre mi último primer día de clases. Mis experiencias como alumna ya están contadas. Pocos son los días que me quedan por pedir mi comida favorita en la cafetería de la escuela, de sentarme en las canchas con la generación que me vio crecer, y de encontrarme por los pasillos a los maestros que durante los últimos doce años, se han dedicado a formar la persona que soy hoy. Un día, seré no más. Mi tiempo se habrá terminado. Y la generación 2010-2022 será solo una de muchas que pasaron por mi querida escuela.

El tiempo no dura para siempre, y la vida se va volando. Pasamos nuestros días en automático, quejándonos de una o de otra, enfocándonos en cosas que no valen la pena, y a veces hasta se nos olvida vivir. Damos nuestros días por hecho, y no entendemos que el tiempo es lo único que no vives dos veces. ¿Cuántos días iguales no tuviste? Pasando oportunidades que no regresan. Y así de rápido, cuarto se vuelve quinto, y segundo de secundaria, y primero de prepa, y luego tu último año. Deseo que las personas conozcan el valor del tiempo, y que no lo hagan muy tarde. Que un día paren y piensen en todos esos años no regresarán, y solo a partir de eso realmente se empiece a valorar cada día como si fuera el último. Por eso les escribo específicamente a ustedes, alumnos de la escuela básica, que todavía tienen años por delante y la oportunidad de aprovecharlo al máximo. Porque ahora que yo me encuentro en la recta final no quiero nada más que más tiempo.

La vida ya nos da el tiempo y las oportunidades, solo queda en nosotros tomar la iniciativa. Últimamente he estado pensando en el tipo de razones que nos impiden hacer cosas locas. Y no hablo de aventarse de un avión sin paracaídas. No lo intenten. Si no de hacer cosas nuevas o a las que no estamos acostumbrados. ¿Cuántas veces te quedas con las ganas? Y, ¿por qué? ¿Por no querer verse ridículos? Véanse ridículos, pero más que nada, véanse felices. ¿Y qué si no eres bueno? Si lo disfrutas, hazlo. Si lo quieres intentar, intenta en grande. Y falla en grande. Baila ridículamente y fuera del ritmo de la música, enséñanos tus mejores pasos. Cáete mientras patinas, y luego enseña tus cortadas con la cara en alto. Pronuncia mal una palabra, y siéntete orgulloso por el hecho de que la aprendiste leyendo. Haz las cosas mal, ríete por eso, y aprende. Se vale cometer errores, es normal, solo asegúrate que después, en algo hayas cambiado. Los momentos vergonzosos no duran para siempre, perola idea de lo que pudo haber sido sí.

No olvidemos que la vida nos lleva por caminos inesperados. Es así como me encuentro escribiendo sobre un primer día de clases que no es mío. No tiene sentido. Entonces, ¿qué hago escribiendo yo esto? Todo lo que he escrito los hace creer que mañana entro a clases, pero no es así. Tome una decisión y ahora mi camino es otro. Tomamos unas cosas y dejamos otras, así pasa. La vida es inesperada, y nada lo tenemos garantizado. Hace unos años nadie hubiera pensado en una pandemia mundial, tapabocas, clases virtuales y cuarentenas. Pero ahora es nuestra realidad. No sabemos que pasara el día de mañana. Es por eso que dicen, no dejes para luego lo que puedes hacer ahora. Y más que nada, no se queden con las ganas.

Uno de los recuerdos más concurrentes en mi mente es de cuando iba en tercero de primaria. Una chava que se graduaba este año se paraba a mi lado en la fila de la cafetería. No estoy muy segura de que hablábamos, me quejaba sobre algún examen o materia, pero no se me olvida lo siguiente que me dijo: "Cuando te vayas de este lugar, lo vas a extrañar. Y cuando te gradúes, vas a llorar", lo que más me sorprende es lo que le contesté, pues dije: "Yo no voy a llorar, y si acaso, va a ser de felicidad". Tan poco que en ese momento yo sabía. Ignorante a la idea de que esa misma niña, tan solo unos años después, estaría rogando por un año más.

Niños que entran a la escuela, aprovechen su año, y hagan lo mejor de cada día, clase, amistad y recreo. Tomen las herramientas que se les dan, en este momento tienen el mundo a sus pies y queda solo en ustedes lo que se hace de ello. No pasen desapercibidos, tengan una voz, hagan lo que les gusta y peleen por lo que les apasiona. Tomen las oportunidades y atrévanse a saltar. Adultos que no inician clases, esto también aplica para ustedes, no dejemos las cosas para luego. Y vivamos como si fuera nuestro último primer día.

Te invitamos a inscribirte en nuestra página www.vibremospositivo.com para darte más información de nuestro movimiento y seguirnos en Facebook como Vibremospositivo, en Instagram como @jorge_lpz, @vibremos_positivo2020 y @yad.rajamim; escríbenos a [email protected].

Leer más de Columnas Social

Escrito en: Vibremospositivo

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de Columnas Social

TE PUEDE INTERESAR

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

Clasificados

ID: 1971832

YouTube Facebook Twitter Instagram TikTok

elsiglo.mx