Llegó el día que nadie creía que llegaría, cuando parecía que las emociones informativas habían pasado y que todo quedaba igual, el Futbol Club Barcelona anunció el jueves que Lionel Messi no continuaría en el equipo, y causó un revuelo mundial de inmediato.
Messi se va del Barça porque al fin el club cayó en la realidad, se entregaron los resultados de la auditoria que se tuvo a la llegada de Joan Laporta y resulta que las finanzas no están sanas, de plano al punto que el presidente fue franco y comentó que el mantener a Messi era amarrar el futuro financiero del club y “esclavizarlo” por 50 años.
Aplaudo a Laporta, hizo todo lo posible por retener a Lionel, pero la realidad del club pesa más por esa herencia maldita que han dejado años de operaciones “complejas” y con cláusulas secretas que se tuvieron en las presidencias anteriores.
Clase tuvo el presi, al no mencionar a Bartomeu y sus malos manejos, que han llevado al club a estar en una situación económica complicada, obviamente con sus debidas comparaciones con el mundo real, no es que el Barcelona esté en la ruina, pero para un club estar en la tablita entre ingresos y ganancias es una crisis.
Se imaginaban malos números y un escenario muy difícil, pero la realidad resulto ser aún mucho peor. Esta decisión tomada por Joan le permite tener un futuro al club blaugrana y como dijo “no estoy dispuesto a hipotecar al Barça por 50 años, porque el Barça está por encima de todos”, así de claro.
Una separación que pesa tras 20 años de éxitos, de gran futbol, pero la vida sigue y la realidad es que Messi va hacia el final de su carrera. Es el momento de verlo de forma individual y exprimir en lo monetario, así que como tal, quizá sólo hay uno o dos clubes que pudieran ficharlo, el Manchester City se bajó de la contienda y sólo quedan dos, el Chelsea, que ha pedido una reunión extraordinaria con la gente del argentino para ver el panorama, pero por el otro lado está negociando el regreso de Lukaku en una operación de alrededor de 130 millones de euros, por lo que parece que se sentarán a la mesa pero no hay mucho espacio para negociar, a menos que se olviden del fichaje del delantero belga.
Por el otro lado aparece el PSG, que todo indica lleva mano, por el hecho de que Neymar es buen amigo de Messi y entre los billetazos y el enamoramiento verbal del brasileño, se encamina como la opción número uno, los ofrecimientos no están claros, pero sin problemas pudiera ser un contrato a 5 años por un montón de millones de euros, con la posibilidad de jugar también en la MLS dentro de algunos años.
Incluso hace meses se habló de que al argentino le ofrecían hasta un edificio en Miami.
Deportivamente el PSG no me parece una opción brillante, la liga francesa no es un reto mayúsculo y la única meta final en el club es levantar una Champions.
Preferiría verlo en la Premier League, donde pudiera llegar a demostrar su valía en un estilo diferente de futbol como el inglés, pero los retos son individuales.
Por ejemplo, en ese aspecto, Cristiano ha ido a las máximas ligas del futbol europeo, para demostrar que en cualquier lugar puede triunfar, pero no creo que Lionel tenga esa óptica de volverse un trotamundos victorioso.
En caso de que sea el equipo parisino, probablemente será su último club europeo y después venga un regreso a América, a exprimir los últimos millones a sus 36, 37 o 38 en el futbol estadounidense y terminar retirándose en su Newell’s.
Así que llegó el día de separación Barcelona-Messi, ahora solo queda ver como siguen adelante con sus vidas y que va a ser del uno sin el otro.
Espero sus comentarios vía Twitter en @Hiram_07 o directo en mi correo electrónico.
Excelente fin de semana.