
Nadie imaginaba que fuera un objetivo de las autoridades de México y Estados Unidos. (ARCHIVO)
Luis Cárdenas Palomino no estuvo escondido, como lo especulaban en un comienzo las autoridades. Vivía en un fraccionamiento de Naucalpan, Estado de México, donde hasta cierto punto llevaba una vida normal.
Según el diario Reforma, desde el año pasado, los vecinos lo veían entrar y salir de la casa de Retorno de Bosques de Rambouillet 19, en el Fraccionamiento Paseo del Bosque, sin preocupaciones aparentes.
Nadie imaginaba que fuera un objetivo de las autoridades de México y Estados Unidos.
“Le gustaban los vehículos, yo lo vi en un Porsche, aquí en el fraccionamiento no llama la atención un carro de esos porque hay varios, sólo saludaba cuando coincidíamos y era amable. También salía luego en una camioneta, pero él no manejaba. Nosotros no sabíamos quién era hasta que hoy en la mañana vimos su foto.
“Parecía que su vida era normal, salía en la camioneta con una mujer que pienso que era su esposa y unos niños, tenía un perro muy grande, casi del tamaño de un San Bernardo; a veces llegaban con bolsas del súper y una vez los vimos salir con maletas a él y su familia, creo que iban de vacaciones; no se metía con nadie y nadie se metía con él”, dice uno de los residentes.
Otros vecinos recuerdan que a las puertas de la residencia del ex jefe de Seguridad Regional de la Policía Federal siempre había camionetas Suburban blindadas, blancas y negras, con vidrios polarizados. Entraban y salían.
Ayer a las 4:00 horas cuatro vehículos de la Secretaría de Marina ingresaron al fraccionamiento en completo sigilo. Nadie se percató del operativo hasta que unos golpes metálicos despertaron al vecindario de la cerrada.
Cárdenas fue capturado con base en una orden de aprehensión por el delito de tortura, librada el 6 de septiembre pasado. Se había dejado crecer la barba, un aspecto que algunos de los vecinos recuerdan desde que llegó al fraccionamiento.
A las 4:50 horas los infantes de la Armada registraron oficialmente su aprehensión y lo subieron a una de las camionetas, para enseguida trasladarlo a instalaciones de la Fiscalía General de la República.
Con la detención, el presidente Andrés Manuel López Obrador aseguró que no habrá impunidad.