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Daniel Zúñiga

La cinefotografía de Daniel Zúñiga

Será el 24 de junio cuando el lagunero ofrezca una clase virtual

Cineasta. El cinefotógrafo Daniel Zúñiga enfoca la cámara en función de las necesidades y visión del director en turno.

Cineasta. El cinefotógrafo Daniel Zúñiga enfoca la cámara en función de las necesidades y visión del director en turno.

SAÚL RODRÍGUEZ

Desde muy joven el cine entró a la sala de su vida. El lagunero Daniel Zúñiga entonces cursaba la preparatoria cuando una película en el televisor atrapó su atención. Se trataba de Snatch (2000), un filme dirigido por el británico Guy Ritchie y en el cual participa Brad Pitt. Entonces, las imágenes captadas por el cinefotógrafo Tim Maurice-Jones le dieron a Daniel un primer aviso de hacia dónde tendría que dirigirse.

"Después me empecé a cuestionar por qué esa película se vería diferente. Entonces, me puse a ver making-offs de los DVD que tenía en mi casa y me gustaba descubrir los trucos que se usaban para hacer películas", comenta Daniel Zúñiga en enlace telefónico desde Ciudad de México.

Al terminar el bachillerato, Daniel se tomó un año en el Tecnológico de La Laguna mientras preparaba maletas para trasladarse a Ciudad de México. El joven lo tenía claro, sí o sí se dedicaría al séptimo arte.

Sus primeros pasos en la gran urbe lo llevaron a la Escuela de Cine Arte 7. En principio, ignoraba que se convertiría en cinefotógrafo, pues primero deambuló entre el abanico de los efectos visuales, la responsabilidad de la dirección e incluso las frecuencias del sonido.

"Pero un amigo me vendió una cámara de 35 milímetros, de rollo y para practicar el ojo, porque era la única cámara que tenía, empecé a tomar fotos y fotos y fotos, descubriendo algo que me llamara la atención".  

Cuando pudo hacerce de una cámara digital, la disciplina de capturar la cotidianidad en imágenes lo siguió acompañando. "No era fotoperiodismo, era más bien seguir buscando qué me gustaba visualmente. Tomaba fotos como si fueran película sobre una situación de la calle, que es lo que hago mucho todavía, hago mucha foto callejera y eso me ha ayudado mucho a mi acercamiento visual al hacer cine (...) Mi primer acercamiento a la imagen fue con foto fija pero siempre pensando en el cine".  

En 2010, el lagunero logro entrar al Centro de Capacitación Cinematográfica (CCC), allí su búsqueda visual fue guiada por reconocidos cinefotógrafos como Ramón Orozco, Diego García, María Secco e incluso llegó a tomar un taller con el británico Robbie Ryan.

"Creo que lo me dio la imagen fue que puedes contar algo con un sólo cuadro. Una sola imagen te puede decir muchas cosas, te puede provocar una emoción, te puede comunicar algo que está viviendo una persona".

EN EL SET

Para Daniel Zúñiga, quien pretenda dedicarse al cine debe hacerlo por completo. El oficio es exigente y demanda dedicación, enfoque y firme compromiso, pero también ofrece recompensas.

Uno de sus primeros retos fue el cortometraje No pases por San Bernardino (2017), dirigido por Hugo Magaña y protagonizado por la reconocida Ángeles Cruz.

"Fue un corto que se sufrió mucho al hacerlo, porque tuvimos muchos problemas ajenos a nosotros, filmamos en medio de la nada y tuvimos un acercamiento, supuestas amenazas, y se tuvo que cancelar el rodaje. Nada más pudimos filmar dos días y después lo retomamos".

La filmación fue complicado y la cinefotografía de Zúñiga tuvo que seguir la visión del director, quien buscaba concretar un concepto muy natural, sin pretensiones de apantallar al espectador, en tono y seriedad con la trágica historia que se narra.

"Lo que pienso es que uno se tiene que adaptar a lo que el director quiera y a la historia, no imponerse. Adopté la aproximación que quería hacer el director y nos fuimos con una iluminación muy naturalista, que no llama mucho la atención, pero que aporta muchísimo a la historia para que tú veas el rostro de Ángeles Cruz y vivas lo que ella está viviendo".

Gracias a este cortometraje, Zúñiga obtuvo el Premio Szeged Award en el Zsigmond Vilmos Film Festival 2020, celebrado en Hungría.

Otro de sus trabajos tras la lente es el cortometraje documental Sinfonía de un mar triste (2017), dirigido por Carlos Morales y filmado en Tijuana, Baja California. La historia de este material versa sobre un joven que escapa de la violencia en Guerrero y busca llegar a Estados Unidos para conocer a su padre.

"Carlos Morales ya había hecho una investigación donde se fue a buscar al personaje, conocerlo, convivir con él. Regresó con las ideas que le había contado. Escribimos un guion y cuando llegó a Tijuana él ya tenía claro lo que quería contar. Me lo platicó, hicimos un story board donde lo importante era que decía qué emociones o qué tipo de sensaciones quería hacer sentir en los encuadres o en los planos. Carlos me dio mucha libertad para explorar esto, me dio oportunidad de viajarme con la imagen y de buscar lo que él quería decir. Me sentí muy cómodo trabajando así. Siento que es uno de los proyectos de los que más estoy orgulloso porque visualmente me sigue atrayendo".

Además, Daniel Zúñiga tuvo también la oportunidad de tomar fotografía fija en el detrás de cámaras de Roma (2018), filme de Alfonso Cuarón. Situación que lo marcó a nivel profesional y personal.

Será el próximo jueves 24 de junio, a las 18:00 horas, cuando el cinefotógrafo lagunero imparta un taller virtual sobre cinematografía en colaboración con la Muestra de Cine Coahuila.

"Estoy pensando en tomar la frase de un guion y trabajarla como yo intento trabajar los guiones, como leer lo que está pasando en esa escena y luego qué tantas variedades se pueden", finalizó.

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