Trescientos siglos de nuestra historia son desconocidos para la mayoría de los mexicanos. La negamos, pero no creo que desaparezca; muchos de nuestros elementos culturales se elaboraron en esa etapa; el sincretismo religioso, cuyo máximo símbolo es la virgen de Guadalupe, la conjunción de lo indígena con lo español, El sentido de la vida que se refleja en las múltiples fiestas de los pueblos que tienen relación con sus principales actividades agrícolas y que heredan el mitote de nuestros ancestros; la relación con la muerte, y podríamos agregarle muchos etcéteras.
Los principales hechos es la estratificación de la sociedad. Los peninsulares ocuparon Los altos puestos administrativos después de la conquista; pero sus hijos, los criollos, ya no contaban con tales prerrogativas. Después venían los que se casaban con autóctonos y hasta el final de la escala social estaban los indígenas que fueron esclavizados; o para decirlo con palabras más dulces, estaban a cargo de los encomenderos quienes tenían la función de integrarlos a la religión cristiana pero que a la vez podían utilizar su fuerza de trabajo para su beneficio personal.
De parte de las misiones, se intentaron realizar ciertas utopías; Quiroga es un ejemplo. O la relación con los pueblos era paternalista, sobreprotectora. Muy poco se entendía de la organización social náhuatl, comunitaria y se les imponía el individualismo, a la usanza europea. Al indígenas se le tuvo cautivo hasta el siglo XIX; a pesar de las protestas de humanistas como de las Casas, porque el sistema económico no podía funcionar de otra manera.
Al español y su descendencia se les tuvo controlados a través de la inquisición. Era peligroso salirse de los cánones establecidos porque corrías el riesgo de ser acusado de herejía o de brujería y ser destinado a la hoguera.
No hubo mucho desarrollo del pensamiento: Todo mundo conoce a Sor Juana Inés de la Cruz, mucho menos conocido es Carlos de Sigüenza y Góngora, amigo de Sor Juana cuyos escritos, hoy, es difícil de encontrar. Otro más es Ruiz de Alarcón, dramaturgo que participó en el siglo de oro español y que se hace notar por su joroba. Y de ahí hasta finales del siglo XIX cuando a causa de la expulsión de los jesuitas por Carlos III se produjo el humanismo mexicano.
Son muchos siglos para tan pocos intelectuales. Lo mismo que en las letras, el barroco fue el movimiento más importante en la arquitectura, pero con características muy especiales en México a causa de la propia creatividad indígena. Un ejemplo es la iglesia de Taxco, cuya fachada es una maravilla. Este movimiento fue impulsado por los jesuitas que eran los paladines de la contrarreforma y apoyaban la imagen como medio de promover la catequesis. Entrar en una de estas iglesias es un golpe emocional para el espíritu.
Mi reflexión quiere subrayar que es en esta época en donde el espíritu nacional fue sumamente domesticado en las dos vertientes, la indígena y la española, a través del miedo, de la fuerza, o del paternalismo.
Y no es que no hubiera inconformismos: el primer intento de independencia lo hicieron en la segunda generación y a nombre de Martín Cortés. Rebeliones indígenas también hubo algunas como la chichimeca. La nueva España fue productora de metales y su comercio fue administrado férreamente por la corona..
Es en este tiempo donde se culmina la gran epopeya de la conquista porque se sigue extendiendo el reino hacia el norte con grandes proezas como la de Cabeza de Baca y fundaciones misioneras. Se logra la unidad que antes no existía. El territorio nacional se unificó en la colonia y se perdió posteriormente a causa de un tal López de Santana.
Nuestra colonia es la edad media europea. No hay mucho de donde rascarle. Actos de valentía como preferir morir a ser civilizados como sucedió con las tribus de Coahuila. Hubo etnias privilegiadas como la Tlaxcalteca, quienes obtuvieron el "Don" como distintivo.
Uno que se abocó a estudiar este siclo histórico es Coahuilense, Don Artemio del Valle Arizpe. Quien tiene una extensa bibliografía.
Hay que tener cuidado con las amenazas, los miedos los paternalismos porque eso quebrante el espíritu humano.
