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Urgen a candidatos abogar por la cultura

Artistas y gestores se manifiestan por programas de trabajo y proyectos plurales

Los torreonenses elegirán nuevo alcalde el próximo seis de junio. En este tenor, la cultura aparece como un sector que históricamente no ha sido atendido a fondo. La ausencia de planes culturales resulta una constante en las campañas de los candidatos.  (ARCHIVO)

Los torreonenses elegirán nuevo alcalde el próximo seis de junio. En este tenor, la cultura aparece como un sector que históricamente no ha sido atendido a fondo. La ausencia de planes culturales resulta una constante en las campañas de los candidatos.  (ARCHIVO)

SAÚL RODRÍGUEZ

Los torreonenses elegirán nuevo alcalde el próximo seis de junio. En este tenor, la cultura aparece como un sector que históricamente no ha sido atendido a fondo. La ausencia de planes culturales resulta una constante en las campañas de los candidatos.   

En el libro La cultura en Torreón: Retrospectiva y perspectiva analítica (Universidad Iberoamericana, 1998), la maestra Oralia Esparza Rodríguez realiza un análisis que tiene vigencia en la actualidad. 

En el texto, la investigadora señala que “en el lagunero medio predomina una conceptualización de cultura un tanto cuanto limitada o unívoca, es decir, a la posesión de contenidos académicos: ‘¡es muy culto, sabe mucho!’, y paralela a su vez a una actitud de espectador o espectadora de las bellas artes, ‘le gusta ir al teatro y esas cosas...’ Una actitud se dijera más encaminada a lo confortable que al campo de la promoción crítica y creativa del producto del pensamiento intelectual, artístico y político”.

Esta visión es aprovechada por políticas centralistas y su implementación vertical sobre los públicos. Es decir, en lugar de una difusión se ejerce una “invasión” cultural, en el mejor de los casos se acude a los lugares con actividades sin realizar alguna encuesta o estudio sobre las necesidades de esa población, corriendo el riesgo de que la comunidad pueda ser más objeto de propaganda que de ejercicio cultural. 

Otro aspecto es el abandono de las comunidades a quienes se les implementa una serie de actividades, pero cuando estas acaban no se da seguimiento ni se realiza ningún tipo de retroalimentación. En este tenor, Esparza escribe: “…toda actividad cultual requiere un seguimiento cuidadoso por sus promotores para vislumbrar sus posibles alcances”.

Los huecos en el ejercicio de la cultura también son nombrados en la voz del escritor Saúl Rosales, quien con espíritu crítico y avivado en Ciudad de México, retornó a Torreón en 1982. Entonces, su escucha y visión le permitieron percibir cuál era el movimiento cultural en la ciudad. “Realmente no recuerdo ninguna campaña electoral, de ningún tipo (municipal, estatal o diputaciones locales), que haya tenido como foco de atención a la cultura”, comenta el autor en entrevista.

Rosales acentúa que en los planes y promesas de los candidatos no suele existir un plan cultural. Aunque acepta que los aspirantes suelen organizar reuniones o desayunos con el gremio. “Pero a final de cuentas no había un plan. Los candidatos no iban a decir: ‘Tengo este proyecto para desarrollarlo en mi administración”, sino que iban a ver qué se les proponía. Lo cual no está mal, pero la iniciativa debería de ser del que aspiraba al cargo gubernamental”.

Además de la falta de una proposición del candidato en el plano cultural para los votantes, Rosales también señala que se ha ignorado que la cultura no sólo se conforma de las bellas artes o la literatura. En sus palabras, el término cultura es totalizante y comprende todo aquel producto de la transformación humana. “Claro que no todo está en el mismo rango, pero sí, todo es cultura”.

También habla de que es común que los proyectos queden inconclusos al cambiar de administración municipal. “Se favorece una actividad artística, pero la siguiente administración favorece a otras distintas y la siguiente administración a otras que no eran las anteriores. Quizá ese es otro de lo que se podría señalar como deficiencia de la preocupación cultural en el municipio”.

El escritor puntualiza que, pese al poco interés de las autoridades, los artistas siguen creando por encima de la presencia o ausencia de estímulos económicos, pues la necesidad del homo faber es precisamente producir.    “El mundo de la cultura es el más crítico y es el que más se hace oír. Tiene voz, pero no tiene voto; pueden aparecer sus apreciaciones sobre los temas culturales en los medios de comunicación, pero no pasa de allí. Es decir, el gobernante no toma como demanda importante la del producto cultural”. 

Así, el nuevo alcalde tendría que enfocar su vista en los anteriores puntos si es que tiene interés por fomentar el ejercicio cultural. De igual forma, el escritor comenta que se deberían aprovechar los destellos que la población heterogénea pueda presentar por este rubro.  

“Me gustaría que (los candidatos) propusieran un programa, que tuvieran un programa en el cual se considerara de que ‘aquí en Torreón, en términos artesanales, existen estas cosas que valen la pena explotar’. Por ejemplo, detectar habilidades para la escultura en los niños, en las primarias, en las secundarias, en las preparatorias y acercarlos al mármol, que es una riqueza regional, y que practiquen la escultura. Es un ejemplo muy rudimentario, pero con ello quiero señalar la necesidad de un programa que contemplara todo esto: las capacidades que hay sin desarrollar en la población”.

LOS JÓVENES PROPONEN

Sobre el tema, jóvenes artistas laguneros emiten críticas y propuestas en materia cultural con el fin de que sean abordadas por los candidatos a la alcaldía de Torreón.

Por ejemplo, la escritora Isabella Ibarra espera que se respeten los espacios culturales y no cambien su proyecto inicial de forma brusca como ha sucedido en otras administraciones. La autora cita los casos de la Casa del Artista, ahora Casa de Cantera, que alberga a las oficinas de la Dirección General de Cultura de Torreón (DGCT) y del CINART, cuya exsede ahora es el Instituto de Música de Coahuila (INMUS), cambios efectuados durante la última administración de Jorge Zermeño.

También ve necesaria la creación de un comité de artistas y coordinadores culturales, alterno al actual Consejo de Cultura y que responda a las demandas de la comunidad, como abrir convocatorias para financiar libros o realizar exhibiciones en otras ciudades.

“Por ejemplo, si yo como Casa Mudéjar estoy exhibiendo una serie de pinturas, tal vez estaría bien tener contacto con un museo de Zacatecas para transportarla, exhibirla y generar retroalimentación entre varias regiones”, señaló Ibarra. 

Por su parte, el artista escénico Ricardo Bugarín enfatiza en que espacios como el Teatro Isauro Martínez (TIM), el Teatro Garibay o el Teatro Nazas deberían aprovecharse de mejor forma, pues cuentan con subsidios municipales. Menciona el ejemplo de Plan B, un espacio teatral independiente que ha logrado gestionarse y ofrecer obras de primer nivel pese a la crisis que atravesó por la pandemia. 

“Cuando uno como artista busca subsidios o apoyos, se piensa que quieres dinero, pero no, simplemente es el cómo tratar, desde distintas instancias, para que haya oportunidad de utilizar estos espacios de una manera más libre, más espontánea, que haya mucha claridad respecto a cómo se usan estos espacios”, mencionó Bugarín. 

Otro punto importante para Bugarín es dar seguimiento a los programas existentes como la convocatoria Aguas del Mayrán al Garibay, sobre todo si llegase a ocurrir un cambio de partido.

“Siempre que hay transiciones de poder a la cultura le va muy mal porque si tal partido estuvo en el poder e hizo estas convocatorias, estos concursos, estos programas y luego hay una transición de poder, entra otro partido y dice ‘lo que hicieron ellos vamos a borrarlo todo y a poner nuestras propias propuestas’. Entonces, programas como Financiarte o Aguas del Mayrán nunca terminan de crecer o de consolidarse”.

Finalmente, Edgar Flores, director de la Big Band Jazz Coahuila, aboga por la pluralidad, por programas capaces de abordar a las distintas manifestaciones artísticas que se dan en la ciudad.

“Se necesita un alcalde que busque colaborar con todo el sector artístico: desde pintores, músicos, artistas plásticos, escultores, artistas urbanos, etcétera, porque suele haber inconformidad en algunos sectores. Yo creo que hay que tratar de visualizar un todo”.

Para Flores es imprescindible que la nueva administración municipal se preocupe por capacitar a los artistas en materia de herramientas digitales, pues este ha sido un punto débil para algunos creadores dentro de la pandemia.

“Como muchos de los artistas no saben manejar un programa de edición, un programa de video, redes sociales, cómo se maneja la segmentación, cómo puedes hacerte publicidad a través de redes sociales, etcétera, todo eso ha mermado mucho. Lo que se tendría que ver también es capacitar a los artistas con estas herramientas”, cerró Flores.  

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