En casi todas mis columnas he hablado de la importancia de la educación para que los niños se conviertan en adultos responsables, sanos y funcionales, siempre resaltado la importancia que tienen la escuela, los padres y hasta los medios digitales y las redes sociales en la educación y en la forma de ser de los niños; ya que hoy en día son los principales entornos en los que los niños se desenvuelven, y se van convirtiendo poco a poco en los adultos que serán en el futuro.
Hasta ahí vamos bien en el tratar de entender porque cada niño se convierte en el adulto que es o que será en el futuro, sin embargo, ¿Qué pasa con todos los estímulos externos a los que nos vamos enfrentando día a día y que también forman parte del ser en el que una persona se va convirtiendo con el paso de los años? Todas esas actividades que a veces no les damos importancia pues sentimos que van incluidas en el paquete de nuestro vivir diario también van dejando una huella en nuestro yo interno que nos hace ser quienes somos.
El elegir como amigos a aquellos con los que puedes desenvolverte con libertad y sentirte cómodo en su compañía, el elegir el ejercicio que te gusta para que se convierta en tu válvula de escape y así poder continuar con tu día menos estresado, el elegir la universidad que mas se acerque a tus necesidades para mas adelante incorporarte al trabajo de tus sueños, el escoger una pareja con la cual formar tu familia etc. Todas estas decisiones que vas haciendo a lo largo de tu vida son producto de tu formación de cuando eras niño, pero también traen consigo muchos mas aprendizajes de los que el salón de clases te pudo dar durante tu infancia.
Lo que quiero decir es que la escuela nos educa y nos forma para convertirnos en adultos con conocimientos y habilidades sociales, sin embargo, son los aprendizajes que adquirimos día a día los que realmente nos forman para la vida y que nos hacen ser lo que somos y como nos comportamos con los demás.
A nivel personal lo que he aprendido de cada aspecto de mi vida me hace ser una persona completamente diferente a lo que era hace 20 años;
Escoger a mi pareja de vida y formar con el la familia que hoy tengo me ha enseñado casi todo lo que soy ahora, pero lo mas importante es que me enseño que soy capaz de dar mi vida por las personas que mas amo en el mundo, me enseño que los hijos son los regalos mas grandes que la vida nos puede dar y que debemos de dar las gracias todos los días por la fortuna de tenerlos, debemos de saber que no todos los días serán buenos pero que hay momentos buenos todos los días que nos traen aprendizajes que ningún colegio nos da.
Mi trabajo en la institución que me abrió las puertas hace 6 años, para formar parte de su equipo, me ha enseñado a ser una persona mas empática, mas humana, mas noble y mas sensible, pero mas que nada le dio un significado mas profundo a la frase "Amaras a tu prójimo como a ti mismo" al grado de amar al prójimo mucho mas que a mi misma.
El deporte se ha convertido en una parte fundamental de mi existencia y gracias a eso me he convertido en una persona mucho mas perseverante, fuerte, tanto física como emocionalmente, constante y me ha enseñado que cada persona tiene limites diferentes y que no importa las diferencias entre unos y otros siempre y cuando des tu cien por ciento.
No me considero ningún gurú de espiritualidad, pero si puedo dejar en cada uno de ustedes la inquietud de hacer este ejercicio de auto cocimiento para ver como han cambiado y crecido a nivel personal a lo largo de sus vidas, se darán cuenta de lo diferentes que son hoy en día a como eran hace 20 años y estos aprendizajes no se dan mas que en la escuela de la vida.
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