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Manifestación de Impacto Ambiental (II)

A la ciudadanía

MANUEL VALENCIA CASTRO

Retomo el tema de la colaboración anterior en la cual empezamos a comentar el documento de Manifestación de Impacto Ambiental (MIA) que se elaboró para identificar los impactos ambientales que tendrá la construcción de la planta potabilizadora en el río Nazas, así como las medidas de mitigación contempladas para amortiguar esos impactos. Un documento extenso mediante el cual se pretende justificar esta obra de, otra vez de manera desafortunada, intervenir la parte baja del ecosistema ripario, o de lo que queda de él.

Dentro de la legislación y la política ambiental mexicana, la MIA es un instrumento que indica el daño que provoca la intervención humana en la naturaleza, las alteraciones que deriven de esta y las formas en que se pueden mitigar, de modo tal que esos daños se puedan justificar y evitar desequilibrios ecológicos que rebasen los umbrales naturales que permiten la vida, no solo humana, en determinados lugares.

Nuestra preocupación surge de las implicaciones que tendrá la mega obra en ese último tramo vivo de un río diezmado por el hombre, particularmente desde mediados del siglo pasado, sino que atenta, también desafortunadamente, contra uno de los sitios destinados a proteger y conservar la ya de por sí escasa vida silvestre de nuestra región: el Cañón de Fernández. Peor que ello, con la obra se pretende, más que resolver, posponer la solución de un problema crónico derivado de una gestión insostenible del agua, la sobreexplotación del acuífero principal, y sus consecuencias sociales.

Es importante precisar que al final del extenso documento se presenta finalmente la MIA, con la identificación, caracterización y evaluación de los impactos ambientales. Previo a este capítulo, se presentan los resultados de un muestreo de flora y fauna, que aportan muy poco a lo que ya se conocía. En la medida que se van describiendo los resultados de los muestreos se aprecia la intención sostenida en todo momento de minimizar el trabajo de conservación que se ha realizado en el Parque Estatal Cañón de Fernández, señalando problemas que se han abordado más de una vez en esta y en otras columnas similares, como el cambio de uso de suelo, las especies invasoras, entre otros.

En algunos casos, incluso se exagera porque fueron tomando registro y fotografías de las heces de animales domésticos para señalar la presencia de ganado en el área, en alguna parte se encontraron a un perrito descansando y de inmediato le tomaron fotografía para exagerar la nota de la presencia de especies ferales o asilvestrados, lo cual es falso, si bien se acepta que la presencia de mascotas, gatos y perros no es deseable porque pueden ocasionar daños a la fauna nativa del lugar.

Esta tendencia inquisitiva no obstante no se aprecia en el muestreo realizado, en la ictiofauna, por ejemplo, en ninguna de sus muestras lograron registrar especies de peces endémicas que se encuentran en peligro de extinción o en algún estatus de protección, y que seguramente será de los grupos de peces más afectados por la obra en cuestión, como se asienta de forma general en la matriz de impactos.

Una de las características más importantes del Parque Estatal Cañón de Fernández es su gran biodiversidad, la cual ha sido ampliamente documentada, su presencia depende totalmente del Humedal (paso del agua). Esto es, sin humedal no hay biodiversidad, o la singular biodiversidad que presenta un sitio de estas características en medio del desierto. Si se considera que el humedal será totalmente modificado, ya que tendrán que secar el lugar y desviar el río hacia un nuevo canal que deberá construirse, ocasionando así más daño, se causará una gran pérdida de biodiversidad que por un efecto dominó se extenderá mucho más allá del sitio y de la temporalidad considerada. El daño será mayúsculo y de difícil mitigación.

Uno de los impactos locales que se describe en la MIA, es el relacionado a la alteración del paisaje: "La alteración visual del entorno es la consecuencia de la presencia de nuevas estructuras como es la presa derivadora, la planta potabilizadora, el tendido de las líneas de bombeo y gravedad, así como de las obras provisionales como es el canal de desvío.

Los efectos de estas actividades en cuestión de la calidad del paisaje se contemplan como elementos que alteran de forma permanente, a pesar de que algunas actividades son consideradas como obras provisionales, tal es el caso de la extracción de materiales pétreos, razón por la cual se estima que la alteración visual del entorno es un impacto de tipo residual. "Esta descripción es importante porque la alteración del paisaje refleja de forma sistémica los daños ocasionados en el humedal, en la flora y en la fauna de manera permanente. Lo cual interferirá con procesos clave de evolución, reproducción, desove, migración, anidamiento y dispersión de semillas.

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