Un conductor denunció que los elementos de Tránsito y Vialidad se colocan de manera estratégica en el Bosque. (FERNANDO COMPEÁN)
De acuerdo a denuncias de automovilistas, los agentes de Tránsito y Vialidad en Torreón continúan con su labor recaudatoria por distintos puntos de la ciudad y bajo algunos operativos como el radar y vigilancia en zonas de baja velocidad.
Un conductor que tiene su domicilio sobre la avenida Ocampo, a la altura de la calle Joaquín Moreno (20), denunció que ahora los agentes de Tránsito se colocan de manera estratégica sobre la avenida Bravo, frente al Bosque Venustiano Carranza, en el carril lateral para detener a los automovilistas que circulan por la Cuauhtémoc y en la Bravo dan vuelta a su derecha, hacia el oriente.
Por lo general, dijo el quejoso, son dos agentes sobre la Bravo: uno a la altura de la calle Mártires de Río Blanco (14) y otro en la siguiente calle, Oren Mattox (15), donde sorprenden a los automovilistas con el pretexto de exceso de velocidad.
Otro de los puntos preferidos por los elementos de Tránsito y Vialidad son las zonas de hospitales, donde detienen a los conductores que circulan a 40 kilómetros por hora, ya que la máxima permitida es de 30 kilómetros, de tal manera que a diario caen automovilistas que son infraccionados.
Algunos puntos donde también se colocan los uniformados en motocicleta, son la carretera Torreón-San Pedro, hasta el poblado La Concha, así como el bulevar Torreón-Matamoros, hasta el Manto de la Virgen, donde desde muy temprano ya están alerta con su bloc de infracciones.
Durante horas de la noche, algunos patrulleros de esa corporación circulan con torretas apagadas para sorprender a los automovilistas por las arterias como el bulevar Diagonal Reforma y de pronto las encienden para ordenar a los conductores detenerse e infraccionarlos por exceso de velocidad.
Pese a los argumentos del director de Tránsito y Vialidad, Alejandro Gutiérrez, en el sentido que todo es preventivo, los automovilistas difieren de esa postura y aseguran que las medidas son recaudatorias por excelencia, ya que obligan a los agentes a llevar infracciones con sus superiores.