Producción. Camino a la Mala Noche es un trabajo que busca rescatar la esencia identitaria que forma a lo lagunero.
A 70 kilómetros de Torreón, los resecos restos de la laguna de Mayrán se añaden al desierto coahuilense. Este lugar alguna vez fue la desembocadura del río Nazas, antes de que las presas Lázaro Cárdenas y Francisco Zarco se construyeran.
El cineasta Mino Rimada conoce bien la historia de este sitio. Y no sólo la conoce; la entiende. Por eso es que en Camino a Mala Noche, su reciente cortometraje, buscó unir la esencia de ese lugar con un guion que reflejara lo lagunero.
Camino a Mala Noche es un proyecto cinematográfico dirigido por el lagunero Mino Rimada, producido por Alcayata Films y Montenegro Producciones. También fue beneficiado en la convocatoria Arte Resiliente 2020, lanzada por la Secretaría de Cultura de Coahuila.
En entrevista, Rimada comentó que la génesis surgió a partir de que Salvador Montenegro, amigo suyo y también cineasta, llegó a la laguna de Mayrán buscando escenarios para una producción. "Cuando me enseña el lugar, de ahí surge el querer hacer algo para rescatar la esencia lagunera".
La presencia de un rebaño de chivas es percibida a través de su sonido. Lo negro se transforma en imagen y la laguna de Mayrán asoma en un amanecer. Los personajes principales aparecen dentro de un automóvil. "Sin edificios, sin el ruido de la ciudad, sin gente. Hace mucho que no veía un amanecer así", dice uno de los personajes antes de ser interrumpido.
Así comienza el filme de Rimada, quien subraya que esta laguna es poco conocida por los habitantes de la zona metropolitana. "Esa laguna realmente habla de lo que somos y de la gente que inició en la región hace más de 100 años aproximadamente. Me gustó regresar a esa esencia".
Camino a Mala Noche narra la historia de dos burócratas que visitan a un productor de candelilla, en el ejido Mala Noche, para recordarle de una deuda. Uno de ellos ve la oportunidad de hacer negocio, mientras que el otro abre sus ojos ante el lugar.
"Se entiende como una comedia. Tiene cierta tensión, también un poco de suspenso y algo de drama. Es una historia que, como te comento, toca la esencia de esa gente que vive en el desierto de La Laguna. Vemos a los paileros, a la gente que se dedica a la candelilla. Son pequeñas pinceladas del día a día, del entorno".
Lo lagunero está impreso hasta en la psicología de los personajes. Por ejemplo, el productor de candelilla saca provecho de lo que tiene, es astuto y audaz. En el habla popular de la región podría decirse que 'venció al desierto', pero Rimada piensa que es una idea algo obsoleta, porque La Laguna es un desierto que está muy vivo. No hay que luchar contra él, sino reconciliarse.
El proyecto de Rimada fue filmado durante 5 días de diciembre. En él, existe otro factor propio de la región que es retratado y usado como herramienta: la luz. Contrario a otros escenarios donde Rimada ha filmado, La Laguna es privilegiada en ese aspecto.
"La Laguna tiene sol la mayor parte del año. El desierto lagunero es increíble porque caminas 40 kilómetros hacia un lugar y de repente te encuentras con cierta personalidad. Caminas 40 kilómetros rumbo a Viesca, por ejemplo, y tienes otro tipo de desierto. A pocos kilómetros tienes escenarios muy distintos con diferentes personalidades. (...) La luz de La Laguna es increíble, son cielos dramáticos, hay que conocerlo muy bien porque durante el año cambia. En marzo agarra mucho volumen por el polvo que se levanta. En verano, la luz es más pura, agresiva. Cuando hay lluvias, en septiembre u octubre, es como jugar con la lotería, porque cada día es distinto. Y para diciembre y enero tienes una luz hermosa".
Hasta el momento, Camino a Mala Noche ha logrado también prestigio internacional, pues ha sido seleccionado y nominado en festivales como el Abbey Film Festival (República Checa), Virgin Spring Cinefest (India) o el New York City Film Festival (Estados Unidos).
