En diferentes lugares y circunstancias, en las áreas de relaciones interpersonales sociales o en el trabajo, o en rituales en instituciones religiosas de diferente denominación, he observado conductas de tipo moral, ética, o religiosa, que se presentan en la forma de dos interpretaciones, algunas de ellas con respuestas frecuentemente opuestas. Me refiero a un tema no muy conversado e investigado: la escrupulosidad. Una de estas interpretaciones es la que explica la escrupulosidad como una ventaja en términos de logros o éxitos en la vida. Otra interpretación concibe a la escrupulosidad como una característica negativa, y a veces patológica. En otras palabras, la escrupulosidad puede verse, metafóricamente hablando, como las dos caras de una moneda.
El diccionario de la lengua española define a la escrupulosidad como una exactitud en el análisis de las cosas, y un cumplimiento estricto de lo que requieren esas cosas. Dos ejemplos que se me ocurren, entre muchos, podría ser la forma de cumplir con la ley o reglas institucionales, o seguir las expectativas o mandamientos de ciertas religiones. La Asociación Americana de Psicología la define como un nivel de conciencia extrema sobre lo que es bueno, o es malo. Son formas de pensar que se manifiestan como obsesiones en el área moral o religiosa, por ejemplo, preocuparse mucho por pensamientos incontrolables de actos de lujuria, o de pecados que producen temor de poder ir al infierno. Ideas que pueden resultar en conducta compulsiva y que regularmente generan altos niveles de estrés. El término escrúpulo es derivado del latín "scrupulum" que significa una "piedra afilada que causa dolor de consciencia" (Wikipedia).
La perspectiva que explica a la escrupulosidad como una ventaja nos dice que esta puede ser vista como la cualidad del carácter de una persona donde existe un alto nivel de autodisciplina, perfeccionismo y auto-exigencia, lo cual les permite inclinarse al logro de metas en el funcionamiento personal, particularmente en el área de los negocios o el trabajo ante un mercado que es altamente competitivo. De acuerdo a este punto de vista, ser escrupuloso, independientemente del impacto que se cause en la salud mental, permite a algunos el alcance de buenos niveles de bienestar y satisfacción, ya que tiene que ver con perseverancia, diligencia, autocontrol, orientación hacia el logro de objetivos, y un alto nivel de cumplimiento con sus responsabilidades. Rasgos que en nuestra cultura occidental son valorados como importantes para ser una persona exitosa.
Pero también existe otra cara, o perspectiva. En un grado moderadamente funcional, y no patológico, la escrupulosidad puede ser considerada una condición de conciencia, y ser caracterizada por dudas, sentimientos de culpa, y temor con respecto a aspectos de tipo moral o religioso. En este caso la escrupulosidad surge como resultado de pensamientos intrusos que son interpretados como muy importantes desde un punto de vista moral y religioso en base a una creencia exagerada, que posiblemente se desarrolló desde edad temprana. Creo que todos tenemos pensamientos intrusos, o que vienen a nuestras mentes involuntariamente, sin embargo, no todos las interpretamos al grado que se convierten en conductas obsesivas. La escrupulosidad es una actitud que puede generar estrés y algunas dificultades en relaciones interpersonales debido a que la persona se obsesiona con el temor de ser maliciosa, o ser castigada por un pecado.
En grados extremos la escrupulosidad puede ser patológica ya que puede crear disfunción mental y social seria; de hecho, dependiendo de los síntomas, y de acuerdo al Manual Diagnóstico y Estadístico de Trastornos Mentales 5 (p.679),puede ser un trastorno obsesivo compulsivo dentro de la categoría de las ansiedades, o un rasgo de un trastorno de personalidad. Por razones de espacio me refiero solo al aspecto de la personalidad o el carácter. Como rasgo del carácter, una persona patológicamente escrupulosa, independientemente de su cultura e identidad religiosa, es excesivamente rígida con respecto a valores éticos y morales, al grado de imponer reglas y autoridad de manera fría y calculadora, y sin importar las consecuencias. Generalmente son muy duros con ellos mismos, y con otros, cuando se comete algún error.
Entonces, la escrupulosidad puede verse como positiva cuando se le asocia con autodisciplina, autocontrol, perseverancia y responsabilidad; factores importantes para tener éxito en la vida sin lugar a duda. Por otro lado, la escrupulosidad puede ser una condición anormal debido al temor y estrés que se sufre, y la disfunción en las relaciones interpersonales. En el segundo caso, afortunadamente, existen intervenciones cognitivas y conductuales que pueden remediar la situación. Gracias por su interés en esta columna.