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Funciones de masas disciplinadas

Saludos para una Santa Semana 

Funciones de masas disciplinadas

JULIO FAESLER

Al presidente de la República le gusta ver disciplina en los que lo apoyan. En la vacunación que ayer recibimos mi esposa y yo en la gran sala de exposiciones de la UNAM hubo atención esmerada de los jóvenes vestidos de verde , Servidores de la Nación, médicos y marinos haciendo llevaderas las colas y la confusión de tráfico. El evento habló bien del gobierno de la ciudad de México.

AMLO no debe confiarse, empero, en que la atención oficial, muy cuestionada, a esta enfermedad le aporte suficiente agua a su molino electoral de junio. Un seria oposición a iniciativas de leyes que AMLO estima centrales para concentrar en su oficina las decisiones básicas para su 4T apunta a que crecen las fuerzas retadoras 

La obstinación es el defecto que más derrota a los gobernantes. Por mucho que se especule sobre la recuperación del país en 2022 ó 2023, es  ahora, en  2021, año de economía caída cuando se requiere mucho más que elementales  programas populistas  de apoyo individual o familiar.

Es fastidioso repetir una y otra vez la receta de apoyar con vigor a los productores pequeños y medianos que conjuntan más del 90% de la ocupación nacional a fin de que la revitalización de la economía sea firme y duradera.

La estrategia de entenderse solo con las grandes empresas que le son adictas y a la vez querer disciplinar a las demás, que llama adversarias, desperdiciar la energía del conjunto. La táctica de dejar que las pequeñas y medianas se las arreglen por sí solas, sin ofrecerles más que un magro préstamo de 25,000 MN, es ceder la recuperación de la economía nacional a manos de los grandes industriales y comerciantes lo que es obviamente contrario al tan difundido propósito popular de López Obrador. La táctica es doblemente ineficaz porque las grandes empresas están aliadas frecuentemente con intereses extranjeras o bien, por explicables inercias, buscan hacerlo.

Tampoco es inteligente el no apoyar con respaldos financieros a las unidades de producción medianas o pequeñas que necesitan sostener nóminas en tiempos tan difíciles o para comprar materia prima o liquidar deudas a proveedores. Empresas así debilitadas son presa fácil de las de mayor dimensión, muchas de ellas extranjeras; ahora que tan de moda está enfatizar la urgencia de integrar internacionales  “cadenas de valor” o de producción.

Lo que el presidente de México no está haciendo es lo que Estados Unidos, países europeos y  otros vienen realizando desde hace tiempo para fortalecer las bases de sus energías económicas nacionales. Narendra Modi, Primer Ministro de la Indias ha dispuesto financiar a empresas generadoras de ocupación y de exportación, ha democratizado a la banca comercial y de desarrollo y instruido que al menos un 30% de sus préstamos se apliquen a sectores importantes. Con base en esta estrategia Modi lanzó su campaña de “Hágalo en la India”. El crecimiento del país para 2021 se calcula en 6%.

Estamos perdiendo tiempo valioso. El financiar programas sociales podrá estimular en alguna medida el consumo pero no crea ni ocupación nueva ni producción. Cuando el 

gobierno mexicano necesite más recursos por agotar las que ahora dispensa, encontrará disminuida su solvencia ante el Banco Mundial o el Fondo Monetario Internacional, de los que, por cierto, ya ha obtenido préstamos que han aumentado nuestra deuda externa. El costo de obtener fondos de otras fuentes será mayor.  La posibilidad de obtener financiamientos de Estados Unidos vendrá con su correspondiente precio que López Obrador afrontará. 

El proyecto de Norte América como eje económico y político mundial es central para la hegemonía de Estados Unidos. México es eslabón inevitable. 

Los problemas migratorios con sus estrujantes derivaciones humanitarias son las que requieren soluciones prácticas e inmediatas, aunque sean solo una parte de nuestra agenda de desarrollo, son la crisis más inmediata.  Si no atendemos la urgente necesidad de hacer que nuestras pequeñas y medianas empresas empleen y capaciten los más de 50 millones de mano de obra disponibles, seguiremos enviando, como lo hemos hecho desde la segunda guerra mundial,  “braceros” mal preparados, conocedores solo de trabajos elementales,  al lado de nuestros hermanos centroamericanos. Contribuyen a la economía de Estados Unidos, que no a la nuestra. 

Son muchos los demás infortunios que se desprenden de la estrecha visión costeña del Presidente que se deleita con armar eventos como el del Pacto por la Democracia o bien confiarse en que la organización de masas como la vacunación ahora en curso. 

 No es claro a dónde quiere AMLO llevar a México. El evento el otro día en que los señores gobernadores convocados a Palacio Nacional, no sabían bien a bien a qué iban. Ni siquiera pudieron cambiar palabra con un  Presidente, sentado  arriba y alejado de sus invitados. Fue un detalle significativo de que para él, confiado en sus programas sociales y la ejecución de sus proyectos icónicos, no tenía nada más que decir.

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