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Circunstancias

Contaminantes de la realidad

Circunstancias

FRANCISCO PINEDA

La percepción de una persona sobre la realidad normalmente está basada en la manera de ver e interpretar las cosas ante ella, las cuales observamos en actividades de la vida diaria.

Específicamente incluye experiencias con otros en un medio ambiente, incluyendo la información recibida por los diferentes medios de comunicación. Una percepción concreta nos ayuda a entender de manera más acertada lo que sucede en nuestro alrededor. Fallas para entender esa realidad generalmente conduce a ciertas distorsiones en nuestra forma de entenderla y/o juzgarla. Existen factores que pueden contaminar esa percepción de la realidad. Algunos de ellos pueden ser la influencia de sustancias psicoactivas en el cerebro, por ejemplo, el alcohol y algunas clases de drogas; una psicosis como resultado de algunas enfermedades mentales como la esquizofrenia; ciertas alienaciones o enajenaciones religiosas; y un factor, que ha mostrado ser destructivo y dañino, y que últimamente se ha explotado bastante en los diferentes medios de comunicación: las teorías conspirativas. ¿Por qué mucha gente cree en este tipo de desinformación, y quiénes son más susceptibles a creerla?

Las teorías conspirativas han existido a través de la historia. Recientemente este fenómeno psicosocial ha sido más prevalente, particularmente durante una era de pandemia y conflictos sociopolíticos que vivimos a nivel global. La psicóloga social Karen Douglas, catedrática de la Universidad Kent en Inglaterra, y quien ha investigado el tema por más de una década, define una teoría conspirativa como "un complot llevado a cabo en forma secreta por individuos o grupos con cierto nivel de influencia, y con intereses particulares e intenciones oscuras" (enero 2021, American Psychological Association). Regularmente esta trama, en forma de ataque crítico, es dirigida a la población en relación a un gobierno, una compañía, un presidente, o grupos específicos, por ejemplo, científicos, partidos políticos, una denominación religiosa, etc. Un ejemplo de organizaciones que crean teorías conspirativas son los grupos que ideológicamente están en contra de las vacunas. Esta gente transmite mensajes, especialmente en las redes sociales, con información falsa sobre las compañías farmacéuticas y los efectos de las vacunas, con la idea de atemorizar a la gente.

La Dra. Douglas afirma que la gente es atraída hacia estas teorías debido a necesidades psicológicas insatisfechas. Una de estas necesidades es el deseo de tener un conocimiento confiable en relación a algo que pueda ser peligroso, y que ha estado creando confusión y temor, contagiarse del virus COVID-19 por ejemplo. La gente tiene miedo a enfermarse y quiere saber la verdad sobre las ambivalencias que se transmiten diariamente, porque a veces no se sabe a que o a quien creer. Otra necesidad según la Dra. Douglas es de tipo existencial, es decir, la gente no quiere sentirse impotente o sin libertad. La gente quiere sentirse segura de su existencia, y en control dentro de su medio ambiente. Un aspecto que las conspiraciones ofrecen con una variedad de soluciones falsas. Sentirse segura y quedarse en casa, o ir a la calle o al supermercado es la decisión correcta. Otra necesidad se refiere a las de tipo social. Esto se refiere al deseo de una persona de sentirse bien con sí misma alrededor del grupo al que pertenece, específicamente en su autoestima, después de tener acceso a información considerada valiosa o de importancia, y que otros no tienen. Una posición que facilita sentirse importante o "privilegiada" con respecto a otros.

De acuerdo a estudios sobre las teorías conspirativas los factores de edad y educación formal son relevantes, ya que, entre más edad o madurez, y más información académica, menos vulnerabilidad hacia la influencia de información manipuladora. También, el hecho de creer en una teoría conspirativa puede ser indicador de creer en otras de tópicos diferentes.

Lo complicado con este tipo de creencias es que siguen contaminando la percepción de la realidad de la gente, y a veces están tan arraigadas que es muy difícil corregirlas a pesar de la evidencia presentada para demostrar lo contrario. WhatsApp, Facebook y Twitter siguen siendo las fuentes de diseminación de estas teorías, a pesar de sus esfuerzos para controlarlas. De acuerdo a los expertos sobre este tema lo ideal es exponer a la población con hechos e información correcta antes que la desinformación sea publicada, como una especie de "inoculación." También de ayuda es analizar de manera crítica sobre la evidencia presentada por la teoría conspirativa, y la validez o credibilidad de la fuente que propaga la información. ¿Será posible que este artículo sea en sí mismo una conspiración contra los conspiradores y difusores de noticias falsas? ¡Quizá! Gracias por su interés en esta columna.

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