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LA COLUMNA DEL PERRO

Cómo responder inclusive si tenemos impulsos negativos adversos

M.V.Z. MIGUEL DÁVILA DÁVILA

Apreciar la vida dentro de la incertidumbre que estamos viviendo, requiere de total confianza y de completo amor, de aceptar los cambios de la vida y entender que nosotros también formamos parte de esos cambios. Es soltarnos a la voluntad de Dios y apreciar y aceptar su inconmensurable plan divino, saber que, no somos dueños de nuestras vidas, y que un día estaremos aquí como un rayo de luz, pero pronto se hace de noche.

Soltarnos es aceptar que no podemos controlar nuestra vida, y mucho menos la vida de nuestros seres queridos, es dar lo mejor de nosotros, cuidarnos es lo máximo que podemos, y dejar el resto en las manos de Dios, es decir doy lo mejor de mí y lo demás lo dejo al Altísimo, entendiendo que nada es perfecto, y que nunca pasa lo que queremos que pase, y aceptar las cosas con respeto y amor, sin poner resistencia a los cambios. Todavía recuerdo cuando tuve la oportunidad de nadar en el rio , por poner un ejemplo, al principio sentí pavor por la corriente, y me sentí muy tenso porque había una especie de iguanas nadando, pero alguien, me dijo que raramente mordían y en ese momento pude relajarme y entendí que eso es vivir, tienes dos opciones: vivir tenso con los cambios, con la incertidumbre o aceptas que no puedes influir en los resultados y lo mejor es soltarte poniendo todo tu esfuerzo y tu empeño, en lo que deseas, pero aceptando los resultados.

La incertidumbre es un desafío, y no siempre es negativa, hay momentos en que las cosas que aparentemente son negativas, nos traen un regalo en su interior como un huevo Kinder Sorpresa, toda crisis y cambio siempre traen un regalo, un aprendizaje. Y no hay que olvidarnos que nunca estamos solos, que hay infinidad de seres que comparten nuestro dolor, nuestra agonía, compartamos nuestra humanidad pues, con el resto del mundo con judíos, con árabes, etc. con todos los seres humanos del planeta, compartamos nuestra búsqueda de felicidad, compartamos sueños y nuestro deseo de no sufrir.. Esa debiera de ser nuestra meta. Para compartir con el resto de los seres de este planeta.

Si tan solo viviéramos entendiendo que tenemos un sello de caducidad, nuestras vidas serían diferentes. Yo el momento que más disfruto en la mañana es mi café, su aroma, un pan dulce, que en mi caso el favorito es la concha, las cosas más simples son los recuerdos más bonitos, el mejor recuerdo de mi infancia fue cuando vi por primera vez una luciérnaga, ese fue un momento mágico para mí.

Cuándo esperamos mucho de la vida no podemos ser felices, veo a los niños de un rancho que he tenido la oportunidad de visitar, ellos no tienen absolutamente nada apenas tienen cobijas, pero son los seres más felices que conozco cuando comen un chocolate o cuando alguien les regala un plátano ellos son mis maestros porque me enseñan que la felicidad no es tener todo, como comprarme zapatos o ropa más caros, si no despojarme de ideas que la sociedad nos impone, como la idea que mientras más tengo o compro más feliz seré, debo pues, de despojarme de la idea de que soy eterno y disfrutar a los demás, amarlos como son sin esperar nada de ellos.

Podemos sentirnos afortunados porque aún estamos vivos o podemos seguirnos quejando porque todo sube, o cambia, yo sí creo que esta pandemia va a terminar y vamos a salir adelante pero de nosotros depende aprender a soltar y volvernos más ligeros.

Y ahora para terminar una gota de filosofía: No siempre se calla para guardar silencio, se calla para conservar la paz.

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