Al corte de ayer sábado había 32 pacientes internados por COVID-19 en el Hospital General. (ARCHIVO)
El director del Hospital General de Torreón, José Luis Cortez Vargas, advirtió que es importante que los pacientes con COVID-19 que se encuentran en sus domicilios atiendan las recomendaciones de su médico y en caso de que necesiten internarse, lo hagan a tiempo para que ya en el hospital tengan más posibilidades de salir adelante.
Explicó que la misma pandemia va ampliando la experiencia de los médicos y ellos saben cuando un paciente que se atiende en casa debe ser enviado al hospital para una mejor atención. "Vamos aprendiendo todos en el camino para un mejor manejo de la pandemia y salvar así más vidas".
Cortez consideró que debido a que la mayoría de las personas contagiadas prefieren permanecer en casa, se incrementó demasiado la demanda de oxígeno y es por eso que se les dificulta conseguir. "No dudo que muchos lleguen a recuperarse en su casa y eso es muy bueno, pero si se deben internar por recomendación del médico, hay que hacerlo cuanto antes".
Por raro que parezca, dice, todavía alguna parte de la población no cree en el COVID-19 y no se cuida, pero cada vez es menor el número de personas que están en esa situación al ver la realidad.
Refiere que en el Hospital General se han mantenido estables en cuanto a la ocupación hospitalaria y al día del sábado había 32 pacientes internados, que representan el 36 por ciento de la ocupación, aunque durante la semana llegaron al 50 por ciento.
Por desgracia, los decesos siguen siendo muy altos y en promedio mueren de 2 a 3 pacientes por día en ese nosocomio, lo que preocupa a todo el personal, pero es debido a factores diversos, como el hecho de ingresar con cuadros muy complicados de salud, aunado a la comorbilidad como la diabetes, hipertensión e incluso la obesidad, que los vuelve más vulnerables y su recuperación se dificulta demasiado.
La gran mayoría de pacientes que fallecen, explica, se encuentran en edades entre 50 y 60 años, es decir, no son muy grandes y muchos se encontraban dentro de la población económicamente activa, lo que resulta todavía más lamentable para sus familiares.
