Es tiempo de celebrar el año nuevo. Una celebración en tiempo de pandemia que será diferente, pero que, con las
precauciones debidas, podrá tener un nivel de optimismo práctico y aceptable.
Una gran mayoría entendemos bien que el año 2020 fue un año complicado para México debido, en gran parte, al impacto de una pandemia, y hasta cierto grado a una inestabilidad económica y política que ha acentuado una antigua división social. Un año caracterizado por incertidumbre, estrés, temor, y retos inesperados.
Un año que, en su inicio, y como muchos anteriores, arrancó con el tradicional optimismo y esperanza de tener uno mejor y más próspero. Nunca nos imaginamos que, al principio del año 2020, al otro lado del mundo un organismo microscópico desconocido, llamado COVID-19 o Coronavirus, empezaría a crear desastre a nivel global. Tampoco teníamos una idea de que este virus infectaría a más de 80 millones de personas, y terminaría con las vidas de un poco menos dedos millones de ellas.
Afortunadamente, muchos hemos visto que las circunstancias adversas van y vienen, y por lo mismo existen razones válidas para ser optimistas para el año entrante, ya que la mayoría de los seres humanos poseemos una capacidad para absorber y aprender de situaciones críticas, y la posibilidad de crecimiento a nivel personal.
Una capacidad llamada resiliencia que permite adaptarnos y enfrentar circunstancias de la vida que a veces presentan trauma, depresión y ansiedad como resultado de pérdidas humanas y materiales, además de abuso de alcohol y drogas; problemas de salud, desempleo, aislamiento y soledad, entre otros problemas sociales.
La vida no viene con un mapa que provee dirección y solución automática a problemas. Todos de alguna forma pasamos por experiencias complicadas y traumáticas, pero gracias a esta capacidad resiliente existen
formas de salir adelante.
Cierto, para muchas familias este fenómeno natural fue un golpe duro, pero para otros la experiencia no fue necesariamente negativa ya que el confinamiento facilitó una oportunidad de reflexión, organización personal, y estar más cerca de sus seres queridos.
En términos del medio ambiente el confinamiento ha estado ayudando en la reducción de emisión de carbonos y contaminación en general. En muchos casos el riesgo de conflicto y violencia familiar se incrementó, no obstante, también fue una oportunidad para pensar que en la vida existen muchas cosas por las que debemos estar agradecidos, y por supuesto, buenas razones
para pensar en optimismo y esperanza.
En nuestra cultura la tradición durante el fin de año, y el inicio del siguiente, es una buena oportunidad para reflexionar sobre cambios en nuestro estilo de vida, ya que esto significa un deseo de mejorar por el bien de uno y el de nuestros seres queridos, y sobre todo un optimismo para mejorar nuestra calidad de vida.
Ojalá estos cambios de estilos de vida incluyan comportamientos que apoyen a los médicos, científicos y las autoridades de salud en la guerra contra un virus que aún no deja de generar destrucción.
Muy posiblemente las vacunas serán de mucha ayuda en el control de la pandemia, pero de mucha importancia será también una concientización sobre las medidas de higiene y protección recomendadas por las autoridades de salud para prevenir
contagios. Medidas que posiblemente seguirán por un tiempo indefinido.
La pandemia sigue aislando a la gente, y hasta cierto grado privándola de su libertad porque, aunque muchos los nieguen, existe miedo a contagio, enfermedad, o a la muerte.
Un mensaje claro de este virus es que como seres humanos somos vulnerables y en desventaja porque enfrentamos a un “organismo invisible,” y quizá imposible de erradicar. Lo que quiere decir, necesitamos trabajar en conjunto para protegernos mediante la ayuda del personal en centros médicos y hospitales, y otras autoridades médicas; y por supuesto del apoyo de la
comunidad que debe de seguir las recomendaciones de higiene, equipo de protección, y evitar aglomeraciones.
No hay vuelta de hoja. No hay duda de que los días festivos son una oportunidad ideal para reconectarse con la familia y amistades. Desafortunadamente la época que estamos viviendo debido a la pandemia es diferente. Esto quiere decir que, con el fin de protegernos, la celebración del año nuevo también tendrá que ser diferente y creativa, y con educación válida sobre los riesgos que se toman si se decide salir de casa o reunirse en grupos.
Existen varias razones para sentirse optimista para el año entrante: las medidas de protección recomendadas por las autoridades médicas funcionan si se siguen al pie de la letra. Debemos reconocer que este año fue difícil, pero también, debemos valorar lo que aún tenemos a la mano, esto es, familia, fe, esperanza, y estar agradecido por ello. ¡Feliz Año Nuevo!
