
Galardonado. Rayco González recibió el Premio Paco Rabal por su estudio sobre el comportamiento de los públicos en la pandemia.
Los espectáculos y eventos culturales no sólo se conforman de lo que sucede sobre el escenario, sino también de lo que ocurre frente a él, del comportamiento del público que observa una obra. La pandemia por COVID-19 ha revolucionado esta dualidad, al grado de causar la ausencia física de los espectadores, quienes ahora, convertidos al ámbito virtual, experimentan una nueva forma de contemplación.
Sobre este nuevo suelo se edifica el discurso del trabajo periodístico con el que Rayco González, semiólogo español y catedrático en la Universidad de Burgos, obtuvo el XIV Premio de Periodismo Cultural Paco Rabal, el más importante en su tipo a nivel Iberoamérica.
En entrevista desde Madrid para El Siglo de Torreón, el profesor explica sus intereses intelectuales, así como la génesis de su investigación periodística.
ENFOQUE
Rayco González estudió periodismo en la Universidad Complutense de Madrid, donde la oferta curricular de su carrera le permitió cursar materias de filosofía y semiótica. También indica que tuvo la fortuna de conocer al profesor Jorge Lozano, quien en su juventud fue alumno de Umberto Eco, por lo tanto estaba vinculado a la semiótica italiana. Además, es miembro del Grupo de Estudios de Semiótica de la Cultura (GESC).
Así, sus intereses se afincaron en los fenómenos sociológicos que ocurren cuando los seres humanos interactúan con los medios de comunicación. Por eso, al terminar la carrera, tomó un vuelo a Italia, recibió instrucción del antropólogo Maurizzio del Ninno (exalumno de Claudé Lévi-Strauss), se especializó en semiótica en la Universidad de Urbino y empleó la sospecha como tema de su tesis doctoral.
"Lo que hice fue un análisis semiótico, a través de diferentes manifestaciones culturales, de cómo la sospecha es un elemento fundamental de nuestra cultura".
González refiere a la sospecha que existe en elementos como las fake news, la posverdad o las teorías de la conspiración.
"La propuesta que hago es que la cultura contemporánea, frente a otros modos de razonamiento, funciona con una lógica que niega la abstracción. Y ahora lo vemos con el razonamiento del dataísmo, del data base y del uso de los datos, etcétera".
TRABAJO PREMIADO
Como cada fin de año, la Fundación AISGE (Artistas, Intérpretes, Sociedad y Gestión) dio a conocer el trabajo que se adjudicaría el Premio Paco Rabal. El artículo titulado El público prohibido, con autoría de Rayco González y publicado por la revista digital CTXT, se eligió como la mejor de las 135 propuestas recibidas.
El texto surgió a raíz de un proyecto de investigación sobre las nuevas formas de destinatarios: lector-espectador-observador. "Por eso en estas nuevas formas, nosotros lo que hacíamos era sobre la base de las nuevas tecnologías de la realidad virtual, proponíamos ver si hay alguna tipología que diferencia el espectador hoy del espectador del pasado".
La investigación de Rayco González observa a detalle el comportamiento del público durante esta pandemia. Analiza su ausencia física de los recintos y presencia virtual desde los aparatos tecnológicos, para situarlo en una frontera que dialoga con ambos aspectos.
Para estudiar este fenómeno, González toma de referencia la Festpielhaus de Richard Wagner, donde el compositor alemán establece por primera vez un criterio de separación total del espectador respecto a la escena.
"Por primera vez se utilizaba la luz artificial iluminando la escena, para crear lo que él llamaba un abismo místico entre el espectador, los actuantes y los actores. De ese modo también había una disciplina de silencio. Se imponía al espectador un silencio total y reverencial según el cual no tenía que interactuar en absoluto con la escena y tenía que ser simplemente testigo, ya no partícipe".
En la primera parte de su investigación, Rayco González narra una anécdota personal en un festival musical de Francia, donde un músico se molestó con el público al no percibir interacción. Después, el profesor aborda al público durante los partidos de futbol de la liga española. Concluye que existe un tipo de espectador más wagneriano, que está en constante silencio, que exige cierta belleza, pero que sólo pretende ser testigo. En contraparte, también aparece otro espectador que se siente partícipe del ritual.
El profesor ligó esta reflexión con la actual problemática mundial de la pandemia, situación que había provocado cierto sentido de comunidad para hacer al espectador partícipe de actos culturales de este tipo. "Parecía como si tuviéramos una nostalgia de esos momentos. Fui desarrollando la reflexión y entre una cosa u otra, salió ese artículo".
El texto del español ofrece también el análisis sobre cómo el silencio de los estadios es truqueado por los medios de comunicación a través de estrategias visuales y sonoras: se busca maquillar la ausencia, se implantan imágenes sobre las gradas, la publicidad encuentra nuevos espacios y se añaden efectos de sonido que emulan gritos de aficionados durante la transmisión. En los recintos culturales suceda algo similar.
Así, los recintos se desnudan y se observa al silencio como ese elemento de la cultura al que se teme. Los medios se percatan de esto y adecúan el espacio a sus necesidades y públicos. Entonces, González escribe que el público no sólo obedece al tipo de ritual, sino también a los códigos de su propia cultura.
VATICINIO
González tiene claro que la evolución de los públicos es inevitable, su preocupación radica en cómo lo harán. Le inquieta la tendencia hacia el aislamiento del espectador y la imposición de prácticas a partir del nuevo dominio tecnológico.
"Por ejemplo, la sala de cine prácticamente ha desaparecido. Tú tienes la posibilidad de acceder fácilmente a cualquier película desde tu casa, cuál es esa ritualización que había antes, el rito de ir a la sala de cine o compartir con un grupo de gentes el mismo espectáculo, estar teniendo una actividad colectiva sincronizada con otros, eso ya ha desaparecido".
La sociedad occidental se encuentra en una cultura del "one click access", en la que el consumo se individualiza y todo se vuelve más accesible. Aunque asegura que la COVID-19 no generó esta desaparición de los ritos, pues la tendencia ya estaba en el panorama, tan sólo la aceleró.
"No soy muy optimista en este aspecto. Va a darse una progresión en el individualismo generada de las prácticas culturales. Al final lo que rige es el consumo, no el compartir. El consumo es algo inmediato, la inmediatez de "lo adquiero y me voy". No hay esa reflexión a la sociedad, a quiénes somos, a qué valor tenemos como individuos en una serie de actividades sociales, eso parece que está en plena desaparición. Sería lógico pensar que los ritos están en decadencia, como dice Byung-Chul Han".
SITUACIÓN EN MÉXICO
El fenómeno del que habla Rayco González, no es exclusivo de España, sino que se ha replicado en todo el mundo. México es un gran caso con la conversión digital de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL), acontecida a finales de noviembre y principios de este mes.
Otros ejemplos son el Festival Internacional de Cine en Guadalajara (FICG) o el Guanajuato International Film Festival (GIFF), cuyas organizaciones optaron por establecer ediciones híbridas con lo presencial y lo virtual. Hasta el momento, ninguno de estos festivales ha publicado alguna evaluación de su público que vaya más allá de las estadísticas.
Sobre el galardón
Premio Paco Rabal de Periodismo Cultural
* Es organizado por la Fundación AISGE.
*Recibe propuestas a nivel iberoamericano.