Corría la voz hace unos días. Kushner había logrado reconciliar a Arabia Saudita con Qatar. El ministro exterior de Kuwait anunciaba un avance mayor que podría desatorar el conflicto que estalló en 2017 entre el emirato y varios países árabes, el cual resultó en la ruptura de relaciones diplomáticas entre éstos y Doha, además de su bloqueo económico y boicot al emirato. Sin embargo, nada ha sido firmado. Qatar ha expresado que no busca una solución bilateral con Riad, sino una multilateral que incluya a todos los países involucrados. Además, Qatar exige que cualquier acuerdo contemple su absoluta independencia diplomática. ¿Por qué?
1. En el fondo de las tensiones entre estos países está la disputa entre el líder tradicional sunita de la región -Arabia Saudita- y las aspiraciones del emirato qatarí para buscar un cada vez mayor espacio de influencia en su región, lo que fue catapultado tras la Primavera Árabe. En su lectura, los más beneficiados por las caídas de las dictaduras, iban a ser los movimientos islamistas y decidió apoyarlos contraviniendo lo que Arabia Saudita buscaba.
2. Qatar, además sellaba su alianza con Turquía, un tradicional rival regional de Arabia Saudita, y ofrecía su patrocinio a grupos enemigos a los que apoyaban Riad y sus aliados.
3. La gota que derramó el vaso fue la cuestión iraní. Qatar favorecía una mayor mesura que Riad en las relaciones con Teherán. Todo ello desencadenó la crisis diplomática en 2017.
4. Tanto el Pentágono como el Departamento de Estado comprendieron que no estaba en los intereses de Washington el que sus aliados en Medio Oriente se pelearan. Por lo tanto, decidieron enviar las señales tanto para apoyar a Qatar, como para mediar en el conflicto.
5. Pero Trump claramente se posicionó del lado saudí. Además de elogiar el bloqueo impuesto a Doha, el presidente acusaba a Qatar de financiar grupos terroristas. Como protesta, la embajadora estadounidense ante Qatar renunció expresando públicamente que había "obstáculos" por parte del presidente para poder llevar a cabo una mediación eficiente. En ese entonces, se filtraba a la prensa que lo que había detrás, era un pleito entre Tillerson, y Kushner.
6. Pasados los años, sin embargo, Qatar resistió. Desde entonces, el emirato no solo consiguió seguir vendiendo su petróleo y su gas, sino que consolidó su alianza estratégica con el Pentágono. La base militar estadounidense en Qatar se convirtió en la mayor en todo Medio Oriente.
7. El problema es que la alianza de Qatar con Turquía complica las cosas. La rivalidad entre Arabia Saudita y sus aliados con Turquía ha seguido creciendo. En un conflicto como el libio, por ejemplo, en donde Ankara está altamente involucrada, Qatar respalda al mismo bando que Turquía, mientras que Egipto, EAU y Arabia Saudita, respaldan al bando contrario. En la disputa por el gas del Este del Mediterráneo, Egipto se encuentra del lado de un bloque de países opuestos a Ankara.
8. Aún así la actividad diplomática que Washington ha estado ejerciendo durante los últimos meses, ha conseguido distintos frutos como la normalización de las relaciones entre Israel y varios países árabes. Todo indica que Trump y su equipo buscan, antes de irse, dejar ahí una muy robustecida coalición para enfrentar a Irán y, sobre todo, para ejercer presión conjunta en contra de la administración Biden a fin de complicar la potencial resucitación del acuerdo nuclear con Irán y en última instancia, conseguir que la línea dura contra Teherán siga viva.
Lo interesante del caso es que al cuarto para las doce y después de tres años, Trump está haciendo lo imposible por componer una crisis que él mismos ayudó a alimentar.
Twitter: @maurimm
