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Natalia Mendoza Rockwell

El duelo y el porvenir en Natalia Mendoza

La autora recibió el Premio Bellas Artes de Ensayo Literario José Revueltas 2020

Reflexón. El extravío de los signos aborda cómo algunos elementos relacionados con la violencia no alcanzan un sentido narrativo.

Reflexón. El extravío de los signos aborda cómo algunos elementos relacionados con la violencia no alcanzan un sentido narrativo.

SAÚL RODRÍGUEZ

La pluma de Natalia Mendoza Rockwell está empapada de una tinta antropológica que refiere a su formación académica. Entre un abanico de géneros, el ensayo literario le ha abierto puertas hacia una manera de expresión que puede abordarse más allá de las aulas.

Es en ese tenor que, tras la publicación de Conversaciones en el desierto (2017), Mendoza avanzó de nuevo por los renglones del conocimiento y la realidad social para escribir la obra El extravío de los signos. Tres ensayos sobre duelo y porvenir, con la cual fue acreedora al Premio Bellas Artes de Ensayo Literario José Revueltas 2020, condecoración que le fue entregada durante la última edición del Festival Revueltas.  

"Esta colección de ensayos es mi primer esfuerzo por salir un poco de los cánones académicos y hacer un ensayo literario, más libre, más especulativo, sin un cuerpo teórico tan pesado y retomo algunos de los temas que ya estaba investigando como antropóloga: la violencia, la búsqueda de desaparecidos y el sicariato".

El compendio arranca con un ensayo clásico sobre la tragedia de Antígona, escrita por Sófocles, y aborda la relación entre los ritos funerarios y la posibilidad de vaticinar y reflexionar el futuro. En otro también se delínea el tema de la mafia en Sicilia durante los años noventa y la figura de los arrepentidos.

"El ensayo me permite hacer una reflexión más libre, más especulativa, no tan constreñida por el rigor académico y la necesidad de justificar, probar y respaldar con argumentos a cada una de las referencias. Fue mucho más libre y entonces pude desarrollar argumentos que no tendrían cabida en un texto académico".

Este género la motiva a realizar interpretaciones de hechos verídicos que analiza en un acto alquimista, hasta convertir los sucesos en material útil para una especulación teórica que sobresale por su amplitud.

"Arriesgo algunas hipótesis o ideas sobre cómo se relaciona, como el surgimiento de una especie de culto a la muerte, como parte de una cultura del sicariato. Analizo corridos e historias locales para tratar de pensar cómo estos jóvenes sicarios se enfrentan a la muerte y de hecho van hacia a muerte, en una especie de culto o de ideología que les permite dar la vida"

Es precisamente esta frase, "dar la vida", la que genera un interés en Mendoza, pues la leyenda aparece en los versos de varios corridos y se une a distintos lazos familiares y de amistad en el seno de los protagonistas sociales.

DUELO Y PORVENIR

Al realizar una visión de la tragedia griega de Antígona, Mendoza deja de concentrarse en la protagonista y vira su interés hacia un pasaje donde el adivino Tiresias exhorta al rey para que permita la inhumación de cuerpos expuestos.

"Para ver el futuro, Tiresias escucha a los pájaros, escucha a las aves, era lo que se conocía como los augurios, una forma de adivinación del futuro que existía en la antigua Grecia y Roma (…) Lo que Tiresias dice es que el sonido de los pájaros se ha vuelto ininteligible, que no puede entrever el futuro y dice que los pájaros han estado comiendo carne humana y por eso no responden a su sacrificio".

De pronto, el futuro se vuelve inteligible y Terisias relaciona el fenómeno con la omisión de los ritos funerarios para los cuerpos caídos. Se presenta así una primera relación para llevar a cabo el rito funerario y pensar el futuro: el duelo y el porvenir.

El argumento de Natalia Mendoza se edifica en una dificultad del presente mexicano, una época a la que ella llama "la era forense", caracterizada por menguar en la elaboración de narraciones amplias tanto jurídicas como históricas y biográficas. En esta ausencia sólo se perciben "una serie de signos desperdigados, perdidos, confusos e ininteligibles", de ahí el título de la obra.

Y es que quienes acuden en búsqueda de sus desaparecidos supervisan los terrenos tratando de divisar algún signo: "signos en el paisaje, signos materiales, signos de dónde pueden estar sus hijos, por donde buscar. Pero esos signos no alcanzan a condensarse o a consolidarse en una narrativa más amplia, que pueda dar alguna clase de explicación general sobre qué es lo que está pasando".

Así, estos signos se envuelven en el manto sinsentido de la violencia, en lo que Mendoza bautiza como erosión del significado o de la narrativa, cuyos deslaves afectan desde hace tiempo a la sociedad mexicana.

"De la misma manera en que las compañías mineras de Caborca (Sonora) están erosionando el paisaje y que el paisaje se destruye, se diluye en partículas o en fragmentos, creo que algo parecido sucede con el significado y en particular con la narración, que está como fragmentada o rota, que no se consolida en algo más amplio que dé sentido, y que la desaparición forzada es un ejemplo muy claro de ese proceso".

El trabajo de Mendoza también enfatiza en cómo algunas madres buscadoras renuncian a saber qué pasó con tal de conocer el paradero de sus seres queridos. "Las madres renuncian a esa narración más amplia y tienen que conformarse con el dónde están".

Así, El extravío de los signos. Tres ensayos sobre duelo y porvenir, es un compendio que se encuentra en espera de su publicación, que posiblemente se concrete el próximo año.

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Escrito en: Natalia Mendoza Rockwell Ensayo Literario José Revueltas 2020

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