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Las palabras tienen palabra

Es lo básico para ser feliz

Juan Recaredo

Nos insisten mucho con el hecho de que es necesario ser felices. Los innumerables motivadores que existen hoy en día nos lo repiten una y otra vez: ser felices es una necesidad. Bueno, entonces vamos a hacerles caso, porque de otra manera, tendríamos que ser infelices, y eso no es muy atractivo que digamos.

Nos dan muchas instrucciones para lograr esta elusiva felicidad, pero yo creo firmemente que hay que empezar por las reglas más básicas. Es necesario poner atención en esos detalles que parecen pequeños pero en realidad tienen una enorme importancia.

Empezamos con cumplir con lo que se promete. No hay que hacer como los políticos -de todos colores y sabores- que están tan acostumbrados a que lo que dicen no lo van a cumplir ni un poco. En cambio, harán otra cosa que les convenga más y ahí sí, se adornarán hasta el cansancio. También, dentro de estas reglas, está el de no quedarse con las cosas que no son nuestras, que aunque suene muy lógico, le digo que es necesario recordarlo.

Al llegar a un lugar, ¡hay que saludar a los presentes! No cuesta nada y sí nos abrirá puertas o por lo menos ganaremos la buena voluntad de los presentes. Al llegar, se saluda; al irse, se despide… o de perdido se dice "con permiso". Es cortesía básica que debemos practicar y enseñar a nuestros hijos.

Si nos hablan, hay que responder y si no nos hablan, evitemos entrometernos en lo que no nos incumbe. Si no pidieron nuestra opinión, hay que pensar con cuidado antes de aventarnos a compartirla. Guardar silencio, muchas veces, se convierte en una gran virtud.

Si en un lugar ajeno rompimos algo, hay que hacernos responsables y ver la forma de repararlo o reponerlo; si ensuciamos, hay que dejar limpio, como estaba el lugar antes de que llegáramos. Al usar los baños, esto es especialmente importante. De nuevo le digo, parecen reglas muy obvias, pero ¡se olvidan!

Si no sabemos cómo hacer mejor una cosa, no debemos criticar al que lo está haciendo… y si sí sabemos, hay que ofrecer la ayuda. Porque si no estamos dispuestos a ayudar, lo mejor es no estorbar; y si pedimos dinero prestado, hay que pagarlo a tiempo.

Debemos de ser agradecidos si alguien hace algo por nosotros… pero ¡auténticamente agradecidos! Hay que pedir perdón si nos equivocamos y ofendimos a alguien con nuestras palabras o acciones. Y si alguien nos dice, de manera sincera, un piropo o algo positivo, ¡hay que aceptarlo con gusto!

Y finalmente, para ser felices, la última regla es: si amamos a alguien, hay que decírselo.

Soy Don Juan Recaredo… compártame sus dudas y comentarios.

[email protected] Twitter: @donjuanrecaredo

ME PREGUNTA:

Mariana Espínola: ¿Cuál es la palabra correcta, lamer o lamber?

LE RESPONDO:

Cualquiera de las dos formas es aceptada en español, aunque "lamber" está más en desuso.

LAS PALABRAS TIENEN LA PALABRA:

Los científicos se esfuerzan por hacer posible lo imposible. Los políticos por hacer imposible lo posible.

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