Columnas Social

LA COLUMNA DEL PERRO

M.V.Z. MIGUEL DÁVILA DÁVILA

Ahora con esta pandemia que nos ha tocado vivir, nos hemos dado cuenta de muchas cosas, como por ejemplo que nos hacen falta las demostraciones físicas y personales de las cuales estábamos acostumbrados y dábamos por sentado que así eran las cosas ya sea de parte de familiares amigos o conocidos.

Al estar acuarentenados o semiacuarentenados, o al menos restringir las visitas y/o el contacto diario, nos damos cuenta de que este contacto nos hace falta pues alimenta nuestra alma, nos vigoriza, nos da fortaleza y nos hace sentir importantes y queridos por alguien.

También nos hemos dado cuenta, que muchos pueden trabajar desde casa (home office), que en una empresa se puede sacar adelante el trabajo y con menos personal, lo cual por desgracia ha ido en detrimento (daño) de la economía de las personas, que sufrirán despido laboral o que les fue restringido su jornal de tiempo a la mitad.

Muchas empresas se dieron cuenta de que no necesitan pagar renta de locales o edificios muy grandes, al igual que los alumnos toman clase en el hogar mientras los edificios de colegios, escuelas y universidades permanecen solas y se anotan momentáneamente innecesarias, como un elefante blanco, las atenciones en los bancos y dependencias de gobierno, tiendas de autoservicio, trabajan con un mínimo de empleados y con horarios y reglas muy estrictas, perjudicando a los empleados desplazados y a los clientes que necesitan de la atención de estos.

Las iglesias y templos lo mismo, espero que una vez superada esta por demás atípica temporada, se recobre la fe y las ganas de acudir al templo a dar gracias.

Y así podemos enumerar cambios, pero espero que en un futuro próximo volvamos no solo a ser como antes, sino diferentes y mejores, pues debemos entender que todos sin excepción, no sólo necesitamos corrección para nuestros errores que nunca faltan, que son señalados con prontitud y a veces magnificados sin que seamos especialmente pródigos en palabras, elogios, abrazos, besos y parabienes para todos los que nos rodean pues los necesitamos mucho para superar el estrés que estamos viviendo, aunados a períodos de desesperación y tristeza que algunas personas sienten al no tener el afecto de los suyos que es extremadamente necesario, y no preguntemos el ¿Por qué la humanidad estamos sufriendo esta "pandemia"? sino ¿Para qué?

Y ahora para terminar una gota de filosofía: "DICEN QUE SOY UN DESASTRE".

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