Ahora con esta pandemia que nos ha tocado vivir, nos hemos dado cuenta de muchas cosas, como por ejemplo que nos hacen falta las demostraciones físicas y personales de las cuales estábamos acostumbrados y dábamos por sentado que así eran las cosas ya sea de parte de familiares amigos o conocidos.
Al estar acuarentenados o semiacuarentenados, o al menos restringir las visitas y/o el contacto diario, nos damos cuenta de que este contacto nos hace falta pues alimenta nuestra alma, nos vigoriza, nos da fortaleza y nos hace sentir importantes y queridos por alguien.
También nos hemos dado cuenta, que muchos pueden trabajar desde casa (home office), que en una empresa se puede sacar adelante el trabajo y con menos personal, lo cual por desgracia ha ido en detrimento (daño) de la economía de las personas, que sufrirán despido laboral o que les fue restringido su jornal de tiempo a la mitad.
Muchas empresas se dieron cuenta de que no necesitan pagar renta de locales o edificios muy grandes, al igual que los alumnos toman clase en el hogar mientras los edificios de colegios, escuelas y universidades permanecen solas y se anotan momentáneamente innecesarias, como un elefante blanco, las atenciones en los bancos y dependencias de gobierno, tiendas de autoservicio, trabajan con un mínimo de empleados y con horarios y reglas muy estrictas, perjudicando a los empleados desplazados y a los clientes que necesitan de la atención de estos.
Las iglesias y templos lo mismo, espero que una vez superada esta por demás atípica temporada, se recobre la fe y las ganas de acudir al templo a dar gracias.
Y así podemos enumerar cambios, pero espero que en un futuro próximo volvamos no solo a ser como antes, sino diferentes y mejores, pues debemos entender que todos sin excepción, no sólo necesitamos corrección para nuestros errores que nunca faltan, que son señalados con prontitud y a veces magnificados sin que seamos especialmente pródigos en palabras, elogios, abrazos, besos y parabienes para todos los que nos rodean pues los necesitamos mucho para superar el estrés que estamos viviendo, aunados a períodos de desesperación y tristeza que algunas personas sienten al no tener el afecto de los suyos que es extremadamente necesario, y no preguntemos el ¿Por qué la humanidad estamos sufriendo esta "pandemia"? sino ¿Para qué?
Y ahora para terminar una gota de filosofía: "DICEN QUE SOY UN DESASTRE".