Columnas Social

Las palabras tienen la palabra

Las redes tienen algo de bueno

Juan Recaredo

Mucho se han criticado las redes sociales, especialmente porque se utilizan con frecuencia para difundir chismes, mentiras e información intrascendente. Pero hay que aceptar que constituyen un arma poderosa porque brindan la posibilidad de proporcionar información muy útil para los usuarios.

Si hablamos de Twitter, existen usuarios con ánimo muy constructivo que utilizan el medio para difundir aclaraciones de dudas comunes acerca del idioma y algunas reglas que, aunque ya las hayamos estudiado en la educación básica, con el tiempo las olvidamos y ese olvido nos lleva a tener dudas y a cometer errores.

Incluso la Real Academia Española y otras instituciones cuentan con sus cuentas de Twitter y Facebook, en las que regularmente contestan a las dudas que los usuarios les plantean. Yo, desde hace muchos años, lo hago, y por eso incluyo mi nombre de usuario de Twitter al final de cada comentario que hago en este espacio, para que mis amables lectores puedan, con toda confianza, enviarme alguna duda que tengan sobre el lenguaje. Si sé la respuesta, se las envío lo más pronto posible; si no la sé, me pongo a chambear y busco alguna explicación a la duda. La cosa es establecer una comunicación constructiva y para eso, las redes son sumamente útiles.

Algunas aclaraciones del lenguaje que se encuentras en las redes parecen, así a primera vista, muy simples. Sin embargo, son dudas que aparecen recurrentemente y que muchas veces se olvidan: lo correcto es "trajeron" y no "trajieron"; es "a pesar" separado y no "apesar" junto, como lo escribe mucha gente erróneamente. También se aclara que la palabra "anécdota" es correcta y no "anectota" como lo dice mucha gente. Y así muchas dudas y comentarios más que circulan diariamente por esas benditas redes.

Algunas dudas surgen cuando tenemos que usar un sustantivo en diminutivo. Por ejemplo, sabemos que arroz debe escribirse así, con zeta al final, pero para convertirlo en diminutivo, ¿debe conservar la zeta? No, para nada. El diminutivo de arroz es arrocito, así como el de lápiz es lapicito. El de princesa es princesita, el de papá es papacito y el de amor es amorcito. Esa aclaración, sin mucho esfuerzo, de seguro lo encuentra en las redes.

Más que enfocarse en el "lado oscuro" de las redes sociales, en la que todo mundo discute y se insultan entre sí, debemos aprovechar la utilidad que nos brindan estos recursos. Solamente hay que saber distinguir entre las que nos proporcionan información verdaderamente útil y las que no lo hacen.

Soy Don Juan Recaredo… compártame sus dudas y comentarios.

ME PREGUNTA:

Ernesto Arias: ¿Qué es talabartería?

LE RESPONDO:

Antiguamente había una faja o cinturón de cuero donde se llevaba el puñal, la espada o algunas otras armas. Ese accesorio se llama talabarte y por eso al establecimiento donde se fabricaban se le llamaba talabartería. Con el tiempo, el uso de la palabra se hizo extensivo al lugar donde se fabrica todo tipo de artículos de piel.

LAS PALABRAS TIENEN LA PALABRA:

Hay seis formas de parar el mundo: un beso, un abrazo, una caricia, una mirada, una sonrisa y un mensaje de amor bien escrito.

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