La decisión del INE la semana pasada de negar el registro a la organización México Libre, fundada por Margarita Zavala y Felipe Calderón Hinojosa, dejó muy mal sabor de boca. No abonó a la imagen de rectitud y seriedad que la ciudadanía pide de la institución.
El que a una de las dos organizaciones que tramitaban autorización para funcionar se le haya otorgado, y no así a la otra, se debió a que los criterios que usaron los consejeros del INE al evaluar el cumplimiento de requisitos no se aplicaron con imparcialidad.
Dos mensajes quedaron a la ciudadanía: uno, que los votos de los consejeros que se opusieron al registro de México Libre coincidieron con el presidente de la república en su propósito de debilitar a la institución que será crucial para la confiabilidad de los resultados de las elecciones de 2021. Dos, que la decisión de excluir de la gesta política a México Libre, creación de los esposos Calderón, asegura que Lorenzo Córdova, hijo del connotado activista de izquierda Arnaldo Córdova, permanezca tranquilo encabezando al INE para los comicios del 2021.
No queda sino esperar que los magistrados del Tribunal Federal Electoral estudien con todo detalle el asunto intencionadamente intrincado con un juego de orígenes de donaciones permitidos y con elementos sobrevinientes de última hora que curiosamente no se habían tomado en cuenta.
En otra parte de México, lejos de las batallas preelectorales en el altiplano, en Ciudad Delicias, Chihuahua, se explota el violento choque entre la Guardia Nacional y los agricultores de la región que, con explicable razón, se oponen al corte del agua que necesitan sus campos de cultivo víctimas de una inusitada sequía.
Las trifulcas son de extrema gravedad. Los cultivos agrícolas en la región de Delicias y Meoqui dependen completamente del sistema de riego. La presa de la Boquilla es la más grande de Chihuahua y que forma el lago Toronto. Esta presa junto a otras dos subsiguientes, producía energía hidroeléctrica, pero actualmente su almacenamiento está destinado al riego agrícola del valle de Camargo-Delicias.
Las unidades de riego son manejadas por productores organizados que se asocian para gestionar y operar dicha infraestructura y que al depender completamente del sistema observan sus campos yermos con gigantesca pérdida de cosechas. Los agricultores organizados en unidades de riego de Delicias es la de defender a toda costa sus derechos al agua.
El 50 % de la actividad productiva de Chihuahua es agrícola destacándose la región de Delicias. Por órdenes de las autoridades de la CNA el Gobierno mandó el cierre de las compuertas de la presa. Pero no los agricultores nacionales, sino el cumplimiento de México de sus compromisos inscritos en el Tratado de Aguas con los EUA de 1944 que apareció, irónicamente, como el problema principal.
Las obligaciones del Tratado de Aguas con los EUA de 1944 son en el sentido de un volumen de 350 millones de metros cúbicos de agua al año que se van entregando con dificultad cada vez mayor. Desde los años veinte, en el norte de México hacemos llegar el agua a los campos por los grandes sistemas de riego que datan de 1926 operando más de 5 mil presas. Las presas se abastecen de las lluvias y de los ríos como es el caso de la presa La Boquilla y Las Vírgenes. Sin debido mantenimiento, las presas se azolvan y pierden capacidad de almacenar. Así reducidos los embalses no alcanzan como antes los volúmenes que se requieren
El presidente López Obrador no está reaccionando como se requiere. Sus declaraciones no aluden a los estrujantes daños que la sequía actual ocasiona sino se expresa preocupado ante todo por atender la deuda de agua que el Tratado de 1944 estipula, y muy consciente de las represalias, como lo expresó en conferencia matutina, que el Gobierno norteamericano puede desencadenar contra nosotros en términos comerciales o de otra índole, pone este cumplimiento por encima de la angustia de los agricultores cuyo trabajo es indispensable para el abasto alimentario nacional.
El asunto de La Boquilla es solo una de las muchas batallas que habrán de librarse en muchas partes del mundo por acceder al agua para la agricultura, la industria y los hogares. Los problemas se agravarán a medida que el agua escasea y desperdicia mientras aumenta la población. La ONU ha lanzado la meta de 2030 para que en todo el mundo haya acceso al agua que se requiera.
Hay que solucionar la emergencia tal como se presenta. No podemos dejar pasar las pérdidas de cosechas de cereales y de frutales que, además de la miseria humana, luego tendríamos que remediar con importaciones.
Es inaplazable una acción firme del Gobierno de México para exigir la renegociación del Tratado vigente para detener su, ya en 2020, inaceptable exigencia.
