EDITORIAL Sergio Sarmiento Caricatura Editorial Columna editoriales

Punto de partida

A la ciudadanía

MANUEL VALENCIA CASTRO

Aunque ya no es una novedad, es bueno recordar que en lo sucesivo el éxito de planes, programas y proyectos, estará determinado por la consideración de los riesgos que significan el calentamiento y cambio climático global. No, no es una ocurrencia. En los proyectos de "agua" por ejemplo, existe consenso científico de que el aumento de la temperatura del planeta ocasionará que las sequías sean más frecuentes y más severas.

¿Esto qué significa? Que el tiempo entre sequías será menor y que lloverá menos que el promedio anual, no solo en un año, sino en varios años consecutivos. A este aumento en la severidad de las sequías, se le ha llamado megasequía. Y no es algo que nos estemos sacando de la manga ahora mismo, dice Víctor M. Quintana (adaptado de Williams et al., Science, 2020), está ocurriendo una megasequía en el cuadrante de Norteamérica, desde Oregon y Montana, en Estados Unidos, hasta Baja California, Sonora y Chihuahua, en México.

Esto ha sido parte de los conflictos por el agua de una presa en Chihuahua, que se encuentra en la disyuntiva de dar agua a los productores o cumplir con el pago de agua acorde a lo estipulado por el tratado Internacional de Límites y Aguas de 1944 entre México y los Estados Unidos.

Como puede verse, la actual megasequía solo está afectando el noroeste del país; nuestra región, la Comarca Lagunera, está fuera del cuadrante, por lo menos por ahora. Ante una situación como esta, ¿cómo podríamos enfrentar una megasequía?, en el supuesto de que dependiéramos del agua de una presa que sería la primera en ser afectada por este fenómeno climatológico extremo, ya que los volúmenes que almacena dependen de la cantidad de lluvia que ocurra y, por lo tanto, esto no podría ser una herramienta para enfrentar la sequía.

Tendríamos que construir resiliencia, para evitar afectaciones en la población y causar el menor daño posible a la economía de la región. El recurso más valioso para ser resilientes, que aún tenemos, son los acuíferos subterráneos, los cuales constituyen nuestras reservas de agua dulce, por eso debe detenerse su sobreexplotación, esta es la manera como los productores podrían colaborar.

Pero aun suponiendo que el cambio climático de pronto puede traer un inesperado chubasco y lluvias en la cuenca alta y media, en el bosque y en los pastizales naturales, tendríamos la oportunidad de mejorar la calidad del agua que se cosecha en estas cuencas. El enfoque ecológico no consiste solamente en dejar que el agua corra libremente por nuestros ríos, es sin duda parte fundamental de la solución, pero para que esto ocurra es necesario que en la cuenca alta y media se inviertan recursos en el desarrollo de una infraestructura natural que mejore su capacidad para producir agua de excelente calidad.

Leer más de EDITORIAL

Escrito en: A la ciudadanía editorial A la ciudadanía

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de EDITORIAL

TE PUEDE INTERESAR

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

Clasificados

ID: 1737682

YouTube Facebook Twitter Instagram TikTok

elsiglo.mx