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Debates: polémica sobre el glifosato

A la ciudadanía

MANUEL VALENCIA CASTRO

Desde el viejo continente llega el eco de un debate recurrente e intenso que pretende, por un lado, establecer el uso continuo de un herbicida y, por el otro, la resistencia a usarlo. Los motivos en este lado son muchos mientras que en el primero solo hay uno, aunque importante: la producción de los cultivos y la economía del productor.

En México es retomado el debate nuevamente, porque no nos era desconocido, el caso omiso al principio precautorio, para evitar trastornos en la biodiversidad, observado en el apresuramiento por comercializar los cultivos transgénicos, y con ello todo un paquete biotecnológico que implicaba el uso de pesticidas, entre estos el glifosato, un herbicida que mata todo, no solo las malas hierbas, incluso los cultivos, pero bueno, para evitar daños a estos, se modificaron genéticamente cultivos resistentes al mencionado herbicida. De esta manera la regla de "si con poquito se controla bien, con un poco más será mucho mejor, por ello una de sus características en su manejo es la aplicación desmedida del producto.

En México la polémica la inició de forma clara y determinante el Secretario de Medio Ambiente federal, el Dr. Víctor Toledo, apoyada por una gran cantidad de académicos y asociaciones civiles: prohibir el uso del glifosato en la agricultura mexicana. La oposición a esta iniciativa también muy clara la encabezan el presidente del Consejo Nacional Agropecuario, Bosco de la Vega y el Secretario de Agricultura y Desarrollo Rural, Víctor Villalobos. Yo escuche entrevistas por separado de ambos y sus declaraciones a favor del herbicida son la misma cosa. Esto es inaceptable, toda vez que a nivel federal es evidente el esfuerzo por transitar hacia tecnologías agroecológicas, entre las cuales por cierto existen alternativas a la aplicación de herbicidas.

Para quienes no están muy relacionados con este tema defino lo siguiente "las malezas o malas hierbas" son especies que no pertenecen al cultivo, esto es que no ha sido sembrada, y que compite por luz, agua y nutrientes con las plantas del cultivo, actuando también como parásitas.

Las malas hierbas en ocasiones no son tan malas, suelen tener beneficios en los que por lo general no se pone atención, por ejemplo: una población equilibrada de malas hierbas puede proporcionar un microclima favorable, y las actividades de las raíces de las plantas ayudan a mejorar la actividad biológica del suelo y su estructura. Son útiles, por lo tanto, como abonos verdes. Por eso es que podemos decir que una planta solo se convierte en mala hierba en relación con las actividades humanas, por eso una mejor definición es aquella que indica que una mala hierba es cualquier planta que está adaptada a hábitats hechos por el hombre e interfiere con las actividades humanas.

El glifosato es un herbicida que se usa para matar a las malas hierbas, está muy documentado que su efecto va más allá de las malezas, el uso de la aspersión de este veneno ocasiona que llegue prácticamente a cualquier lado, esto ha producido incluso tensiones en fronteras de diferentes países como Ecuador y Colombia.

Es el herbicida con mayor producción y uso en el mundo, pero también el más peligroso. Se han documentado que tiene efectos sobre una gran cantidad de especies como moluscos, artrópodos, anfibios, aves e insectos polinizadores como las abejas (video del Gobierno de México). Algunas investigaciones relacionadas con este tema han encontrado reducciones notables en las poblaciones de insectos voladores, hasta un 30%, igualmente han bajado el número de especies de aves insectívoras.

Lo que ocurre es que las comunidades de malezas constituyen una fuente de refugio y alimentación de insectos y otras especies, cuando se aplica el glifosato todo muere. A diferencia de este criterio simplista y arrasador, en algunos países han surgido actividades como la cosecha de semillas de malezas que se usan en cultivos perenes como los frutales, sembrándola en bandas entre las hileras de árboles después de la cosecha.

Respecto a los daños sobre la salud hace años era muy incierto precisarlos, ahora existen documentos como la antología Verdades Científica sobre el glifosato y salud pública (ISBN 978-958-59718-3-7, citada en video Gobierno de México) disponible en la red, que resume los resultados de 88 artículos científicos. D de esta se puede obtener que el glifosato y similares genéricos, es un agente tóxico que ocasiona encefalopatía, autismo, Parkinson y diversos tipos de cáncer. Además de afectar los sistemas endócrinos e inmunológicos, tiene efectos hepáticos renales, nerviosos y mutagénicos. (Dr. Omar Arellano UNAM; integrantes de la A. C. Sin Maíz no hay País).

Debido a esto, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha declarado al glifosato como probable carcinogénico para los humanos. Obsérvese el término que se usa: probablemente, que indica que hay una probabilidad de que ocurra el efecto nocivo que puede calcularse.

Recordemos el escándalo que se produjo en México cuando el Dr. González publicó su trabajo de investigación en el que reportaba que se habían encontrado trazas de glifosato en las tortillas que consumimos. Se estima que 94 % de la población mexicana consume tortilla de maíz de manera regular, con un promedio anual superior a los cien kilogramos por persona. Tenemos derecho a disponer de alimentos sanos y seguros, que no es lo mismo, y esto solo puede lograrse con la ayuda de la Agroecología, como lo propone el Dr. Víctor Toledo.

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