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Oportunidades

Diálogo

YAMIL DARWICH

Dicen que en Oriente, la palabra crisis también la interpretan como oportunidad y es nuestro caso, con los cambios importantes en la didáctica nacional por motivo de la pandemia del COVID-19, que nos obliga a remover los procedimientos mohosos y cochambre del Educativo Nacional.

La noticia y advertencia de necesidad de cambiar, dada en los medios nacionales por el secretario de educación Esteban Moctezuma Barragán y las primeras explicaciones sobre las medidas tomadas para aplicar el sistema de educación a distancia, ofrecen oportunidades para mejorar.

El reto: ¿Las aprovecharemos o nos hundiremos más?

La educación a distancia, aún los casos limitados por falta de recursos, como las rancherías apartadas o incapacidad económica para tener acceso a internet, telefonía "inteligente", tabletas, televisión o radiofonía, ofrece beneficios importantes, más allá del simple aprovechamiento académico.

La duda brota cuando conocemos la ineficiencia y demagogia con que nos ofenden. Revisemos.

Al poder ser en tiempo real/presencial -sincrónico- y/o asincrónico -en horas que le acomoden al estudiante-, da más posibilidades de pensar, repasar y volver a estudiar, acudiendo a la red educativa y otras ofrecidas por la internet, aclarando dudas, consecuentemente aprendiendo más.

Da oportunidad al ejercicio de responsabilidad, contando que maestros y padres estén presentes, participando y comprometidos con el estudiante para alcanzar el aprendizaje. Aquí "la puerca empieza a torcer el rabo".

Más allá de aprender más cosas, aparece la oportunidad de tener verdadera educación, al sacar de cada uno lo mejor que pueda dar.

El estudiante aprende a buscar el conocimiento en las fuentes, algo poco practicado en la actualidad, y seguramente tropezará con nuevos conocimientos que le generarán inquietudes, motivándolos a alcanzar mayores y nuevos aprendizajes.

Saberse responsable final del propio aprendizaje, que deberá ser apoyado por padres y profesores, estimulará al estudiante a practicar el sentido de responsabilidad, más allá de la materia que estudia y eso, sin duda, formará mejores personas, más comprometidas con el conocimiento, mejor informadas y consecuentemente con desarrollo de mayores habilidades intelectuales.

Los beneficios no se detienen ahí: mantenerse en mayor contacto con sus padres y otros adultos que les supervisen y ayuden, favorecerá el diálogo y, de aprovechar la oportunidad, algunos conocerán mejor a sus hijos y podrán orientarlos en sus vidas; los muchachos, escucharán y comentarán con sus padres, comunicándose aún más, enriqueciendo la relación familiar. Excelente vacuna contra las muchas malas influencias del mundo.

Pensar, leer, comprender, elegir entre varias opciones, todos fenómenos promovidos en el sistema a distancia, dan lugar al mejor desarrollo de las redes neuronales de los estudiantes y, con ello, adquirir mayores capacidades de análisis, comprensión y solución de problemas.

Dado el caso, también se fortalecerán las capacidades intelectuales, consecuentemente ganando nuevas herramientas para dar soluciones a los problemas cotidianos: ¡Madurez!

Por otra parte, es la gran oportunidad de los profesores para aprender nuevas metodologías de enseñanza y, al aplicarlas en sus materias, repasar conocimientos, actualizándose para servir mejor. También encontrarán satisfacción elevando su autoestima al redefinir sus propias capacidades mentales. ¿Aceptarán esforzarse?, ¿Bloqueará el esfuerzo el sindicato? Será un alto riesgo.

Para aprovechar la oportunidad generada por la crisis de salud y económica, deberemos romper con malas actitudes en la educación de los hijos; estar cercanos al avance de los muchachos y apoyarlos a encontrar respuestas y soluciones en su tarea de aprendizaje. ¿Los padres estarán dispuestos a encontrar tiempo?

Sería inteligente que las autoridades encontraran medios para apoyar con equipos computacionales y televisores a quienes no los tienen; una tableta electrónica de buena calidad -no lujosa- cuesta menos de lo entregado mensualmente en becas deficientemente supervisadas. Solidarizarse, entregándoselas en comodato, previamente adaptadas -se puede- para que no abran programas y portales no educativos, sería buena alternativa a las limitaciones que da la pobreza.

El propósito de llevar internet a todo México, deberá consolidarse con hechos, aprovechando la buena relación de negocios que AMLO tiene con los mayores proveedores de servicios, distribuyendo los recursos con cargo al gobierno y que el voto favorecedor sea consecuencia, no compra aturdidora. ¿Iluso?

Será necesario que todos cumplamos nuestras responsabilidades: profesores, padres y educandos, con el apoyo del gobierno, sin politiquerías o corrupción, algo difícil de alcanzar. ¿Aprovecharemos la oportunidad para movernos a niveles educativos más altos?

Buena oportunidad para las autoridades, dar un golpe de eficiencia, que tanto les falta para recobrar parte de la credibilidad perdida; sobre todo, atender al mexicano más desprotegido, armándolo para enfrentar el futuro con armas intelectuales y capacidades laborales que les ofrezca mayor calidad de vida.

Para ello se necesita que cumplan con el principio humanista que se ha perdido: buscar servir cumpliendo con la vocación del liderazgo político, social y familiar.

Le propongo que empecemos nosotros, dando el buen ejemplo a los menores y ocupándonos en cumplir nuestra parte del nuevo proceso de educar. ¿Se suma?

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