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Crisis económica

México vive la peor crisis y aún no ha tocado fondo: gobernador de Jalisco

Enrique Alfaro critica la estrategia del gobierno federal contra la epidemia; ha sido fallida, asegura

Advierte que 'la estrategia falló desde su diseño e implementación y, por supuesto, desde la forma en que se quiso imponer una verdad absoluta desde la Federación, sin escuchar a los estados'.
(ARCHIVO)

Advierte que 'la estrategia falló desde su diseño e implementación y, por supuesto, desde la forma en que se quiso imponer una verdad absoluta desde la Federación, sin escuchar a los estados'. (ARCHIVO)

EL UNIVERSAL

México vive la peor crisis que se ha enfrentado en varias generaciones, por la pandemia de coronavirus y sus consecuencias en el empleo y la producción, y a cuatro meses de que se declaró la emergencia, "en materia de salud pública todavía no tocamos fondo", señala el gobernador de Jalisco, Enrique Alfaro Ramírez, quien afirma que "si bien tenemos que continuar con el proceso de reactivación económica, lo primero es la salud y la vida de todos".

Advierte que "la estrategia falló desde su diseño e implementación y, por supuesto, desde la forma en que se quiso imponer una verdad absoluta desde la Federación, sin escuchar a los estados".

Sostiene que "es evidente que el número de contagios y muertes hubiera sido menor, si al principio hubiéramos tomado medidas para prepararnos mejor para esta etapa de reactivación".

Dice que "esta es una realidad que nos obliga a replantear la relación entre los gobiernos estatales y la Federación, porque ninguno podrá solo, vamos a necesitar el compromiso y la ayuda de todos para poder enfrentar lo más difícil que está por venir".

El momento actual es de incertidumbre, y en Jalisco, con 80% de la economía reabierta, "tenemos un botón de emergencia con indicadores muy puntuales, que si se rebasan, estamos listos para volver a detener todo, sería la única medida que podría verdaderamente cortar la cadena de contagios", indica.

Alfaro Ramírez, militante de Movimiento Ciudadano, en entrevista telefónica subraya que el Consejo de Salubridad General (CSG) "ha estado de adorno, cuando por ley debió ser el eje institucional de una estrategia con criterios unificados para que el país hubiera tenido un solo rumbo", pero contrario a ello, "cada estado se rascó con sus propias uñas". Actuar así, "le pasó una factura muy alta al país", sentencia.

¿Qué hacer para no llegar a las previsiones de 100 mil fallecimientos para el 1 de noviembre, como advierte la Universidad de Washington?

—Es muy difícil prever lo que va a suceder. La estrategia en Jalisco se diseñó con especialistas y apelando a la corresponsabilidad ciudadana. Conacyt pronosticó el pico de la emergencia el 21 de julio y la Universidad de Guadalajara hablaba de mediados de octubre, por eso en la mesa de salud no hay una previsión oficial que nos hable sobre cuándo podemos llegar al momento más crítico de la pandemia.

Nuestra estrategia buscó que el ritmo de contagios no creciera tan rápido y ganar tiempo para preparar el sistema hospitalario, y se cumplió el propósito, pues el estado tiene dos meses en proceso de reactivación, la economía opera a 80%. El ritmo de contagios se estabilizó, aunque estamos en un punto de alto riesgo, pese a que la ocupación hospitalaria de pacientes Covid es de 25% a 27%.

¿En la pandemia el federalismo de salud es inservible?

—El modelo federalista puso en evidencia sus debilidades estructurales en la pandemia. A eso ha contribuido una visión centralista que ha ido cobrando fuerza en los últimos tiempos en nuestro país, y el caso es la creación del Insabi [Instituto de Salud para el Bienestar]. En medio de todo este debate me siento más orgulloso de haber decidido no sumarnos al Insabi, porque eso nos permitió tener margen de maniobra y autonomía para tomar decisiones. Los resultados hablan por sí solos de que Jalisco tomó el camino correcto.

¿Cree usted que funciona el Consejo de Salubridad General?

—Por supuesto que no. Es una instancia que ha estado de adorno, que no ha sesionado como se debe, que no ha sido considerada el eje de la estrategia de salud pública.

¿Otro cantar tendríamos si hubiera funcionado el consejo?

—Hubiera sido distinta la manera de abordar la estrategia, porque se cometieron los errores más graves al principio, cuando las voces que se levantaron desde lo local fueron ignoradas, cuando las opiniones de especialistas a lo largo y ancho del país fueron menospreciadas.

Si el Consejo de Salubridad hubiera funcionado, me parece que se desarrollarían estrategias sólidas, sobre todo con criterios unificados para que el país hubiera tenido un mismo rumbo, una ruta de trabajo. Lo que ocurrió fue que cada estado definió su camino; cada entidad se rascó con sus uñas, y aunque algunos lo hicieron bien, este plan al final le pasó una factura muy alta al país. Esta figura debió haber sido el eje articulador de todos los esfuerzos institucionales.

¿La Conago puede influir?

—Poco. La Conago [Conferencia Nacional de Gobernadores] es una figura agotada, donde las agendas partidistas pesan más que los ánimos para defender las agendas estatales, que era el propósito fundacional. Lo que funciona son los bloques regionales que hemos podido impulsar algunos mandatarios.

La nueva normalidad ha sido la fase de más alto número de contagios y fallecimientos, ¿así era de esperarse o estamos en presencia de uno de los errores más graves en la historia del país?

—La reactivación de la economía no podía esperar, parece que los errores más graves se cometieron al inicio de la estrategia, no necesariamente en la fase de la nueva normalidad. Yo creo que el plan federal estuvo mal diseñado desde el principio y la necesidad de reactivar la economía era impostergable.

Si hubiéramos tomado las medidas antes para prepararnos mejor, el número de contagios y de muertes hubiera sido menor, es evidente.

¿Qué errores hubo al inicio?

—Minimizar la gravedad de la pandemia, alargar las decisiones que se tenían que haber tomado desde el inicio. De manera inexplicable, haber negado la importancia del uso del cubrebocas, se perdieron días valiosos, por ejemplo, para suspender clases o eventos masivos, no haber tomado decisiones duras en el control de nuestras fronteras. El seguir mandando el mensaje durante los primeros días de la pandemia de que no pasaba nada y que podíamos seguir saliendo, el querer ignorar, insisto, a las voces de los estados para tratar de imponer una agenda construida a partir de las ocurrencias de una sola persona. Podría señalar muchos errores más, pero en general creo que la estrategia colapsó, incluso antes de haber empezado.

¿Cómo cubre Jalisco el costo de la emergencia sanitaria y la etapa de reactivación económica?

—Con un enorme esfuerzo presupuestal. El costo hasta ahora de la emergencia sanitaria ronda los 5 mil 600 millones de pesos, cubiertos con nuestros recursos, sin haber recibido dinero de la Federación. Contratamos un crédito, generamos 2 mil millones de pesos con un esfuerzo de austeridad enorme, de reorientación del gasto público.

La siguiente etapa, la reactivación económica, requiere de un esfuerzo y compromiso mucho mayores, y es imperioso contar con el apoyo de la Federación. El Presidente en su visita a Jalisco se comprometió a que así sería. Acordamos una reunión en un plazo de 10 días para aterrizar una ruta específica en este asunto.

No contraer deuda lo justifica el gobierno federal para no caer en situaciones como el Fobaproa. ¿Comparte esta expresión?

—No. Los gobiernos estatales podemos actuar con responsabilidad y usar la deuda como palanca para la reactivación de la economía, de financiamiento, no es un asunto que tenga que verse como algo malo.

¿En qué punto está Jalisco, el país, la recesión?, ¿en verdad se acaban estos problemas en el corto plazo? ¿Sus previsiones?

—Definitivamente no. Estamos viviendo la peor crisis que han enfrentado varias generaciones de mexicanos, un momento en el que en salud pública todavía no tocamos fondo. Son tiempos muy difíciles en los que tenemos que actuar con mucho cuidado, porque si bien tenemos que continuar con el proceso de reactivación, las medidas que debemos tomar tienen que estar siempre pensadas en que la salud y la vida de todos son lo primero.

En Jalisco, en virtud de que no tenemos un escenario previsible, fiable, lo que decidimos hacer es establecer lo que llamamos botón de emergencia. Vamos a continuar con nuestra reactivación económica, pero tenemos indicadores muy puntuales, que si se llegan a rebasar, estamos listos para volver a detener todo, entendiendo que esta sería una medida que podría cortar la cadena de contagios.

Estamos en un momento de mucha incertidumbre, creo que no ha llegado lo peor de la emergencia y apenas empezamos a percibir los efectos de la crisis económica que vamos a vivir en los próximos meses. Ojalá me equivoque, pero creo que será una crisis que vamos a tener que ir dominando durante los próximos años.

Entonces, vienen tiempos difíciles. Esta es una realidad que nos obliga a replantear, entre otras muchas cosas, la relación entre gobiernos estatales y la Federación, porque nadie podrá solo, vamos a necesitar el compromiso y la ayuda de todos para poder enfrentar lo más difícil que está por venir.

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