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Circunstancias

Circunstancias en la vida diaria

Francisco Pineda

Hasta ahora el contenido de esta columna se ha limitado al tema de circunstancias de la vida diaria, que en general, se ha circunscrito a situaciones que personalmente he experimentado como resultado de los campos de trabajo en los que me he desenvuelto por casi 33 años, además de reflexiones con respecto a otras experiencias personales desde de las etapas iniciales de mi desarrollo. Con la intención de darle más objetividad a los artículos, aparte de mis propias experiencias introspectivas, y de análisis sobre el comportamiento de otros, también he recurrido a consultas literarias de una gran variedad de autores en el campo de las ciencias de la conducta. Esto incluye entrevistas con amistades, y ex-compañeros de trabajo en el área de salud mental. La meta de la columna ha sido principalmente facilitar información que genere curiosidad, discusión, debate, o estimular la búsqueda de más información sobre los tópicos presentados. Algunos de los temas han sido superficiales, y otras de cierto nivel de profundidad. ¿A que me refiero cuando hablo de circunstancias de la vida?

Por circunstancias entiendo aquellas situaciones o condiciones en nuestra vida diaria que muchas veces son inevitables o fuera de nuestro control porque nacimos con ellas, y con el tiempo tienen impacto en nuestra salud física, mental, y social. Estas situaciones pueden ser creadas por un ambiente interno (cuerpo, mente), o un ambiente externo (nuestro alrededor). Dicho de otro modo, una circunstancia interna puede ser nuestro estado físico y/o mental relacionado a factores innatos y hereditarios, por ejemplo nuestra altura, color de piel y ojos, aptitudes especiales, capacidades mentales e intelectuales, etcétera. Una circunstancia externa podría ser el ambiente físico donde crecimos, un accidente, la condición del clima, la gente con quienes nos desenvolvimos, etcétera, y pueden ser favorables o desfavorables en nuestro desarrollo.

En ocasiones, una persona puede percibirse como una víctima de estas circunstancias, especialmente en casos socio-moralmente negativos, y en donde el impacto puede ser costoso o incierto. Por ejemplo, el caso de una persona quien recibió una formación positiva en su familia, pero que de alguna forma durante su adolescencia se desvía al asociarse con pandillas, drogas, y delincuencia en general. En esta situación las circunstancias externas determinaron hasta cierto grado el curso de su formación y adaptación psicosocial. Circunstancias que tienen solución si se busca y se encuentra la orientación y guía adecuada.

En relación a este tópico, el conocido columnista del New York Times, David Brooks comenta en una de sus columnas que las personas que tienen éxito en la vida son influidos por sus circunstancias externas más que las características de su propio carácter. Esto es, la gente sobresaliente, no necesariamente son grandes por naturaleza, sino que son resultado de una combinación de oportunidades que fueron dadas a través del tiempo y de alguna manera. Aparte de ser gente con ciertas habilidades, particularmente la de enfocar su atención en sus metas y no distraerse con estimulación que no es productiva, fueron también personas que se desenvolvieron en el lugar ideal, en un tiempo adecuado, y alrededor de la gente apropiada. Por los mismo, tendieron a encaminarse a situaciones exitosas. De acuerdo al Sr. Brooks, no siempre podremos tener, o ser quien queremos ser, a menos que nuestras circunstancias sean favorables. Entonces, la pregunta es: ¿hasta que grado nuestras oportunidades en la vida, y/o nuestra personalidad o carácter, son factores determinantes de nuestro destino?

En mi opinión, una capacidad de juicio efectiva relacionada a una personalidad madura y estable, y de acuerdo al Sr. Brooks, más el hecho de estar en el lugar ideal, en un tiempo adecuado y alrededor de gente que ayude al desarrollo personal, son la fórmula para asegurar éxito no solamente a nivel profesional, sino a nivel personal en general. Existen casos donde el elemento de madurez, buen juicio y otras cualidades están presentes en la persona, sin embargo, las oportunidades no son favorables, por lo tanto, las probabilidades de éxito son reducidas. Para mí, esto no se debe a la mala suerte o a la falta de ayuda de una fuerza divina, simplemente son las circunstancias que tuvieron un impacto desfavorable. Estoy seguro que para algunos lectores, nuestro destino o éxito en la vida, requiere más que nuestras circunstancias personales o ambientales, o la combinación de ambas, lo cual respeto.

Finalmente, y cambiando de tema, solo quiero informar al lector de esta columna que me ausentaré por varias semanas. A partir del 13 de agosto ofreceré mensualmente la columna Circunstancias al Siglo de Torreón. Espero seguir contando con su atención, críticas, y comentarios. Hasta pronto!

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