En tan sólo 21 días -periodo en el que en esta ciudad zapoteca comenzaron los contagios acelerados de COVID-19 y los fallecimientos, pero sin llegar a los hospitales ni realizarse la prueba- se suman 104 inhumaciones en panteones municipales, de las cuales 22 se hicieron de manera clandestina.
Según el ayuntamiento de Juchitán estos 22 entierros clandestinos no figuran en los registros oficiales de la Regiduría de Panteones, pues se realizaron sin certificados médicos ni datos familiares. Además, las inhumaciones fueron en horas no laborales; es decir, cuando los cementerios no están abiertos. Las autoridades se percataron al ver ocupados nuevos sepulcros.
Actualmente la ciudad vive una crisis por el coronavirus, pues del 26 de junio al 14 de julio ha dejado a 104 personas fallecidas, un promedio que va de tres a siete por día; sin embargo, se han tenido picos de hasta nueve sepelios diarios. De esos 104 decesos se sabe que 25 fueron por COVID-19, información que tiene como respaldo los certificados médicos de hospitales privados y públicos; en contraste, los Servicios de Salud de Oaxaca (SSO) reportan sólo 20 fallecidos, pero desde la primera muerte confirmada, a mediados de abril.
De los 104 decesos, 12 se consideran sospechosos de portar el virus; no obstante, murieron sin que se confirmara el diagnóstico; otros 14 presentaron paro respiratorio; nueve fallecieron por un infarto y uno, por derrame cerebral.
En ese mismo lapso un total de 21 personas han muerto por otras razones: cinco por diabetes; dos por disparo de arma de fuego; uno por accidente; dos por congestión alcohólica; cuatro por vejez y siete por causas varias. A estas cifras deben sumarse las cremaciones, registro que sólo llevan las funerarias, que no han querido informar cómo y qué actividades realizan.