Cultura

Acordes que pisan la acera

Carlos Carlos es un cantante urbano que comparte su talento en el centro de Torreón

SAÚL RODRÍGUEZ

La avenida Hidalgo es amenizada con el sonido de sus acordes. Allí, sentado frente al antiguo edificio Arocena, el cantante Carlos Carlos trata de ganarse la vida al compás de su talento.

El artista aceptó pausar unos momentos su singular concierto para compartir algunos pasajes en la partitura de su vida. Así recordó que a los 17 años entró a una estudiantina y se enamoró del arte musical, aunque desconoce a ciencia cierta cuál fue el detonante para convertirse en músico.

"Empezamos a tocar en la estudiantina, música de las misas, era lo que primero tocábamos. Luego, llegó un maestro que nos daba clases y ahí aprendí música clásica con la guitarra. Me fui a estudiar a Durango, a la Escuela Superior de Música, estuve un año y regresé".

Desde entonces, Carlos Carlos ha tomado los restaurantes y eventos sociales de Torreón como su escenario predilecto. Su recorrido de vida le ha permitido trabajar con distintos conjuntos, tríos, rondallas y mariachis, siempre acompañado de su mejor amiga: la guitarra.

"Me gusta mucho el piano, pero no he estudiado piano. Y la guitarra se me hace más práctica, a donde quiera te la llevas: a un autobús, a una fiesta, como quiera. Un instrumento como un teclado se batalla más para trasladarse".

Carlos Carlos sostiene en sus manos una guitarra Española color café, pero comparte que en su hogar tiene resguardada una Tres Pinos color negro, la cual ha sido artífice de todas sus composiciones.

"También soy cantautor, con esa guitarra he escrito la mayoría de mis canciones. Está guardada en la casa por que hay que conectarla, es electroacústica. Y con esta (la Española), no. Esta es la de batallas, la de las carnes asadas y todo eso; si se golpea no hay problema, pero aquella no, a aquella la conservo mucho, tengo 35 años con ella".

El lagunero recalca que, dentro de sus composiciones, importa más el estudio que la inspiración de una musa. Aunque ha tenido momentos idóneos para colocar armonía a sus pensamientos. Algunas veces transcribe sus propios sueños. Para él no existe un momento prediclecto para componer, basta con abrazarse a la tranquilidad y entregarse a la música.

Ahora, su nuevo espacio se ha instalado en la urbanidad del centro de Torreón. La crisis económica de la pandemia de Covid-19 hizo que varios de sus antiguos centros de trabajo se limitaran a vender comida a domicilio, o incluso a cerrar sus puertas.

"Yo estaba enfrente de la clínica 71, ahí vendían almuerzos y cantaba martes y jueves. Lo que era viernes, sábado y domingo estaba en Hidalgo y Jiménez, en un restaurante de carnitas. Ahorita ya abrieron pero es puro pa' llevar, no puedes pararte a cantar ahí".

Por eso ahora su nuevo hogar es la calle hidalgo. "Se le acaban a uno los ahorros y hay que salirle a la calle", dice. Mantiene su ánimo en una tonada positiva, menciona que le ha ido bien a pesar de la situación y se muestra agradecido con el apoyo de los transeúntes.

La rutina de Carlos Carlos comienza a las 10 de la mañana, que es la hora en que abren la joyería que se encuentra a su costado y cuyos dueños cuidan su guitarra junto con otros objetos como un atril. El artista intenta no perder tiempo y empezar a tocar lo más pronto posible.

"La gente se ha portado bien, eso me da gusto porque no está fácil", reconoce. Sus ingresos son variables, algunos días puede sacar 60 pesos, o si le va bien, hasta 350 pesos. Su repertorio incluye obras de Joan Manuel Serrat, Napoleón, José José, Leo Dan y otros artistas conocidos.

"La música es alegría, es la que te da sabor, ¿entiendes? La gente pasa, y a veces estoy cantando y se ponen aquí a cantar conmigo. Se les olvida poquito, por un tiempo, los problemas de la contingencia. A veces se ponen a bailar, los niños y los señores. Por eso digo que la gente me ha tratado bien conmigo, gracias a Dios", concluyó.

Talento. Carlos Carlos se ha abrazado al arte musical desde los 17 años y comparte sus tonadas en el centro de Torreón. (VERÓNICA RIVERA)

Talento. Carlos Carlos se ha abrazado al arte musical desde los 17 años y comparte sus tonadas en el centro de Torreón. (VERÓNICA RIVERA)

Rutina. El artista comienza su día a las 10 de la mañana y ameniza con sus acordes en la avenida Hidalgo. (VERÓNICA RIVERA)
Rutina. El artista comienza su día a las 10 de la mañana y ameniza con sus acordes en la avenida Hidalgo. (VERÓNICA RIVERA)
Optimista. A pesar de la situación, ve con agradecimiento el apoyo de los transeúntes, quienes lo han mantenido en la música. (VERÓNICA RIVERA)
Optimista. A pesar de la situación, ve con agradecimiento el apoyo de los transeúntes, quienes lo han mantenido en la música. (VERÓNICA RIVERA)

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Escrito en: crónica urbana historias locales

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