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¿Luna de miel?

Sin lugar a dudas

PATRICIO DE LA FUENTE
"Yo creo que las banderas han traído muchos problemas en este mundo. Y las banderas, en general, han sido motivo de confrontación más que de unión. Por tanto, si de mí dependiera, yo no pondría ninguna. Así de claro. Yo tengo la mía, pero es personal. ¿Qué bajo una bandera se ha unido gente? Sí, pero enfrentándose a otros".— Iñaki Azkuna

Dicen que una golondrina no hace verano. Candil de la calle, obscuridad de su casa: así la tónica con el actual presidente de México y los vaivenes discursivos y anímicos que observa con desconcertante frecuencia. Animal político del trópico, no hay con López Obrador ni tregua o medias tintas. Sus desencuentros con prácticamente todo el espectro social y el innecesario afán -citando a Dante Delgado- de sembrar vientos por doquier para luego recoger tempestades, desgraciadamente sigue ahí, vivo en la memoria de los agraviados. No son pocos, tampoco las ofensas proferidas, pero existiría el ánimo de perdonar, intuyo. Las cartas están en la mesa.

Contra todo pronóstico, durante dos días en el marco de su visita a Washington, Andrés Manuel López Obrador se despojó de la piel de candidato en eterna campaña y comenzó a comportarse como jefe del Estado mexicano. Ojalá así continúe, lejano a la retórica pendenciera y virulenta que le es característica.

Tal escenario -el de la luna de miel con los mexicanos-, cabe decir, es de pronóstico reservado, más aún en vísperas de que inicie el proceso electoral. Además, las encuestas hoy no le son favorables al primer mandatario, probo y austero, honrado, pero ineficaz a la hora de cumplir con las promesas de campaña y las expectativas que generó.

Quienes conocen bien a López Obrador, amigos y detractores por igual, saben que el gen del combate se encuentra arraigado, hondo, en la piel del mandatario y que eventualmente regresará la furia.

Pragmático y menos ríspido, como hace mucho no se le veía, el presidente acudió a Washington acompañado de un selecto grupo de empresarios que operaron en modo tiburón. Son los pocos que quedan, ofendidas las cúpulas empresariales a las que hace meses se les cerraron puertas y pasillos de Palacio, roto el diálogo y la confianza, extraviados los ánimos de conciliación a dos vías.

En tanto, por lo menos de cara al exterior, los buenos oficios de Marcelo Ebrard parecen haber rendido frutos. Aunque no se hayan alcanzado acuerdos sustanciales para la relación bilateral, el equipo del canciller hizo los amarres necesarios para que Donald Trump se alejara, por horas siquiera, del tono pendenciero y agresivo respecto a México.

Recordemos, además, que Trump busca reelegirse y el haber endulzado el cereal con un poco de azúcar obedece más a cautivar al voto latino que a otra cosa. De conseguir a parte de dicha demografía, sin duda volverá a las andadas, pues para él México es un producto mercadológico que se puede usar y tirar a placer.

Destaca, entre el grupo de empresarios que acompañaron al presidente, Miguel Rincón, duranguense, presidente de Bio Pappel, primer compadre de la nación, hombre sólido y afable cuya habilidad para reinventarse, sortear crisis y tender puentes con diversas administraciones quedó de manifiesto durante esta visita. Bien también por Patricia Armendáriz, la única mujer del grupo.

Sorprende, eso sí, que Alfonso Romo haya salido de su retiro. Llamémosle resiliencia, cálculo, conveniencia o que, a pesar de los pesares, sigue creyendo en el proyecto de la 4T. Como sea, reconstruir la maltrecha relación con el empresariado se antoja como la más complicada de las tareas. Romo no la tiene nada sencilla.

La visita, para la foto. ¿Mucho ruido y pocas nueces? El tiempo dirá…

Hasta siempre, don Carlos.

Con el afecto, incontables vivencias y cariño de cuatro generaciones abocadas al quehacer periodístico, nos unimos a la pena que embarga a nuestra querida familia Menéndez, por el sensible fallecimiento de don Carlos R. Menéndez Navarrete, exdirector general de El Diario de Yucatán durante más de tres décadas.

Al destacado y gran equipo del diario de la vida peninsular, referente periodístico nacional e integrante de la Asociación de Editores de los Estados, a la sociedad civil, lectores, amigos y anunciantes, les manifestamos nuestra solidaridad fraterna en momentos de profundo dolor. Descanse en paz, querido don Carlos. Lo extrañaremos siempre. Su legado periodístico permanece y queda como ejemplo para las generaciones venideras.

Twitter @patoloquasto

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