PRECAUCIONES. El aventurero cae perfectamente enganchado a su instructor. EMOCIONES. Para Castañeda, las sensaciones durante la caida son indescriptible.
Después de escalar el Vallunaraju, una montaña de cinco mil metros de altura en Perú, el lagunero Xavier Castañeda veía difícil superar la emoción de esa experiencia. No obstante, el amor por el deporte que se ha gestado en su ser durante toda su vida, le instó a buscar un nuevo reto, esta vez en las alturas.
Es indiscutible que volar siempre fue uno de los mayores sueños que tuvo el ser humano, mitos como la historia griega de Ícaro lo confirman: aquel joven que por atreverse a surcar los cielos terminó cayendo al vacío, como si fuera castigado por los mismos dioses al atreverse a realizar algo que no era natural.
En este caso, Xavier se propuso saltar en paracaídas en un paraje de Cuautla, Morelos, dentro de la disciplina llamada tándem. Ésta consiste en un salto al vacío desde una avioneta de un minuto en caída libre y otros cinco minutos en paracaídas, antes de aterrizar.
"Disfrutas muchísimo de la vida, de la velocidad, de lo que representa ir volando a 12 mil pies de altura. Son 17 mil a nivel del mar y 12 mil hasta el terreno sobre el que vuela la avioneta".
Para Xavier, la sensación de caer al vacío es increíble. Dar el paso para lanzarse desde la avioneta activa un flujo de adrenalina que invade todo el cuerpo. La caída se da bajo las medidas de seguridad más profesionales. Tras algunos segundos, el instructor le indica al aventurero que ya puede extender sus brazos para abrazarse al cielo, en un momento que carece de descripción.
"Estando en la avioneta, a ciertos pies de altura, te vas preparando y te enganchas con tu instructor. Él te dice: "voltea para que veas los puntos de agarre". Son dos en la cadera, a la altura de la cintura. Te engancha uno, el otro y luego te dice que voltees al hombro para que veas como engancha y listo. Ya estás enganchado a él antes de brincar".
Xavier relata que el salto es la consecuencia de una convicción bien establecida. El instructor explica qué postura debe de llevar su cuerpo, las piernas encogidas hacia atrás y la cabeza del aventurero pegada al pecho del instructor, para facilitar el brinco y poder abrir el paracaídas estabilizador.
"Esa sensación en la que vas en caída libre es lo máximo (…) literal, si quieres volar, puedes volar y me lo demostré".
Xavier recomienda esta práctica como una herramienta para superar miedos y para enriquecer el sabor a la vida, que es difícil de encontrar en la rutina, de aquellos que son fanáticos de los deportes extremos.
El aventurero cae perfectamente enganchado a su instructor.
Volar siempre ha sido uno de los máximos sueños del ser humano.
El lagunero Xavier Castañeda realizó un salto tándem desde 12 mil pies de altura.
El amor por el deporte se ha gestado en su vida.
Tras escalar una montaña en Perú, el lagunero se apuntó una nueva experiencia.
Para Castañeda, las sensaciones durante la caida son indescriptible.
Este deporte también es útil para superar miedos.
