Desde hace ya algunos años me ha incomodado algo que los periodistas, analistas o cronistas deportivos debemos dejar atrás: el comparar a jugadores que recién comienzan su carrera con estrellas consolidadas.
Esto viene a raíz de la entrada en escena de Luka Romero, jugador mexicoargentino de 15 años que debutó la jornada pasada de la liga española, donde su Mallorca cayó 2-0 ante el Real Madrid.
La molestia de un servidor radica en cómo un futbolista que comienza una carrera como profesional puede ser comparado con otros elementos que ya se han hecho con un nombre dentro del mundo del balompié.
Esa extraña "maña" que se tiene que llamarlos "el Messi…", "el Pogba…" o "el Cristiano...", provoca que las carreras de muchos de ellos se tiren por la borda al no alcanzar las expectativas trazadas en ellos, no cumplir el rol que el público y las directivas necesitan de llenar los zapatos de esos apellidos tan famosos.
He visto, al menos en los últimos años, como jugadores en México y España (donde por lo regular les suelen poner estos "apodos") son llamados a asumir ese rol de protagonistas, cuando aún no están preparados para cargar en hombros un equipo completo, son muy verdes para ser la piedra angular de un proyecto basado en ellos.
En el pasado, Lionel Messi no fue llamado "el próximo Maradona"; Cristiano Ronaldo no fue nombrado "el nuevo Figo" y así podremos sacar otros tantos nombres, por lo que todos fueron forjando su historia a base de su propio talento, sin tener que llenar los zapatos de nadie.
Aunque les tocó asumir el mando de sus respectivos equipos, ante la falta de logros históricos, los ahora "top stars" del balompié mundial fueron quienes escribieron su leyenda, misma que no podrá ocupar nadie más y que difícilmente igualarán.
Dejemos de llamar a los nacientes talentos como las estrellas formadas, como aquellos titanes del futbol y comencemos a darles su lugar: Luka Romero, Ansu Fati, Sandro Tonali, Diego Lainez, Edson Álvarez, entre otros tantos.
Que ellos dejen su huella, que no les marquen el camino a seguir y que lo elijan pronto para saber en qué dirección seguir al muchacho, sin falsas expectativas y duras críticas ante las fallas.
GUEDE, CON EQUIPO A MODO
Pablo Guede tomará las riendas de los Xolos de Tijuana para el Apertura 2020, un equipo que tiró la casa por la ventana y se apunta como un serio contendiente al título.
El argentino sorprendió con lo poco que tenía en Morelia, poniendo en el mapa su nombre y los de jugadores como Aldo Rocha, José "Shaggy" Martínez, Sebastián Vegas y Sebastián Sosa, que hasta hace unos meses era del interés de Pumas, Juárez o Pachuca.
Ahora, en la escuadra fronteriza, el timonel deberá demostrar su valor con un equipo que fue armado para pelear por grandes cosas, donde optaron por quedarse con algunos jugadores del Querétaro, exfranquicia aliada a Tijuana, obteniendo a Marcel Ruiz, Yordi Cortizo, Clifford Aboagye o Jaime Gómez, quienes demostraron un gran nivel con su antiguo club.
Sumado a estos jugadores, Guede tendrá en su arsenal tres regresos significativos: el ariete pampero Ariel Nahuelpán, el extremo ecuatoriano Eryc Castillo y el lateral colombiano Fabián Castillo, además de sumar al arco al experimentado guardameta mexicano Jonathan Orozco, quien se despidió de Santos para llegar a la frontera.
Pero además de las llegadas, la escuadra tijuanense dio salida a dos de sus inamovibles de los últimos torneos como los son el portero Gibrán Lajud (quien tiene todo listo para llegar a Santos o Atlas) y el contención Ignacio Rivero por lo que deberá armar un esquema que le permita cumplir las expectativas.
¡Hasta la próxima!
