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Apuntes sobre conflicto China-India

MAURICIO MESCHOULAM

Los palos y las piedras también matan. Eso nos quedó claro a todos el lunes cuando se reportó que 20 soldados indios habían muerto en los enfrentamientos con soldados de China. Del lado chino también hubo víctimas. Nos queda claro, también, que esta serie de enfrentamientos fronterizos a pedradas en las alturas del Himalaya tienen siempre un potencial de escalar. Y cuando se trata de los dos países más poblados del mundo, dos potencias económicas con capacidad nuclear y con una muy añeja rivalidad geopolítica, y que además de todo ya se han ido a la guerra precisamente por esas mismas disputas fronterizas, el tema merece ser tratado con enorme cuidado, mucho más en el contexto que vive hoy el planeta.

1. La zona bajo contienda es un amplio territorio en los Himalayas que ambos países reclaman como suyo. Lo apodan "el pequeño Tíbet". Estas dos potencias se enfrentaron militarmente en 1962 en una guerra que causó miles de muertos, desaparecidos y heridos. China logró conquistar varias posiciones dentro de la zona disputada, y el conflicto terminó con una ambigua línea de cese al fuego denominada Línea de Control Real.

2. En varias ocasiones desde 1962 hasta el presente ha estallado la violencia a causa de este territorio disputado. Las mayores tensiones se han suscitado cuando alguno de los dos países pretende construir infraestructura buscando afianzar su presencia. Sin embargo, la última vez en que estas tensiones habían resultado en muertes fue 1975.

3. En el nivel táctico, lo sucedido parece estar vinculado a la construcción de una carretera por parte de la India, que enlaza la zona disputada con una base aérea ubicada lejos de ahí. Si bien es imposible saber si hay o no hay conexión con este hecho específico, lo que sí sabemos es que en mayo estalló una serie de enfrentamientos entre ambos ejércitos sin el uso de armas de fuego (pues se ha buscado minimizar el riesgo de escalada). También ha habido intentos diplomáticos por desactivar la espiral.

4. Ahora bien, el contexto global de COVID ha afectado brutalmente a ambos países. Esta pandemia parece haber provocado la necesidad de desviar la atención de lo interno hacia enemigos externos y el impulso de agendas nacionalistas en ambos países. Esto genera incentivos para mantener vivo el conflicto.

5. Luego, es necesario conectar estos sucesos con otros en los que China se está mostrando cada vez más firme y asertiva en temas que considera vitales para su seguridad nacional como lo es el asunto de Hong Kong o la expansión en sus mares colindantes, también en disputa. Su rivalidad con la India no es la excepción.

6. Bajo el entorno de enfrentamiento entre las superpotencias globales, India se ha ido posicionando cada vez más del lado estadounidense. Regionalmente, India se ha estado acercado militarmente a Australia, otro aliado de EUA que tiene sus propios problemas con China, y esto podría también estar motivando a Beijing a aumentar las tensiones.

7. Uniendo los puntos, no es muy difícil visualizar los riesgos que se corren. Hay una historia de enfrentamientos y sangre por el territorio disputado. Hay un incidente concreto que produce las primeras muertes en más de cuatro décadas. Hay un contexto regional que podría incentivar la dinámica conflictiva. Hay también un contexto global que contribuye a las tensiones y que incentiva el uso político interno de esas tensiones. Por consiguiente, se necesita mucha prudencia a fin de desescalar la situación. La comunidad internacional necesita entenderlo bien y contribuir a desactivar las tensiones cuanto antes.

Analista internacional. @maurimm

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Escrito en: Editorial Mauricio Meschoulam

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