Columnas Social

CONTRALUZ

LÍDERES INCENDIARIOS

MARÍA DEL CARMEN MAQUEO GARZA

En tres poblaciones rurales de Chiapas, esta semana ocurrieron hechos muy lamentables: Sucedieron en la cabecera municipal de Venustiano Carranza, la cabecera de Las Margaritas, y la población de Los Rosales, en plena zona montañosa, a dos horas de distancia de Tuxtla Gutiérrez, donde la medicina tradicional tiene gran penetración: Sus habitantes están convencidos de que el COVID no existe, y que, con la fumigación, el gobierno busca provocarles enfermedad. En Venustiano Carranza, mensajes en redes sociales con esta información, provocaron que los pobladores, enardecidos prendieran fuego al hospital comunitario, a una flamante ambulancia, a la presidencia municipal, la casa del alcalde, la de sus suegros, y la de la madre de Rutilio Escandón, gobernador de la entidad, originario de ese municipio. Cabe señalar que la señora Escandón no se encontraba en su domicilio, por hallarse hospitalizada en la ciudad capital, a causa del COVID-19.

En la temporada de verano aparece el mosquito transmisor de enfermedades como el dengue, el zika y el chikungunya. Para eliminar los criaderos se aplican plaguicidas y herbicidas; lo que antes implicaba la renta de una avioneta y el sueldo de un piloto, se ha simplificado con el uso de drones. Justo un dron con el herbicida paraquat fue lo que erróneamente se interpretó como el polvo enviado "para matar gente pobre", a decir de los locales.

Algo similar ocurrió en Las Margaritas, resultando en daño en propiedad ajena, saqueos y destrucción, además de ataque al personal sanitario.

En el municipio Las Rosas el problema tuvo un inicio distinto: Falleció un hombre por COVID-19; las autoridades sanitarias comenzaron a fumigar la zona circunvecina, además de indicar a los familiares que era necesario llevar al difunto directo al panteón, sin velarlo. Los familiares, molestos, los atacaron: destruyeron el hospital comunitario, la presidencia municipal y un domicilio particular. Las autoridades emitieron un boletín en el que dan cuenta de los hechos, e indican que se abrió una carpeta de investigación para dar con los autores, con los cuales se tendrá cero impunidad. Por desgracia sabemos que, como ha sucedido durante la presente administración federal, lo más seguro es que cualquier esfuerzo por hacer justicia, se quede en el papel, atendiendo las recomendaciones de amar a quien atenta contra tu vida o tu patrimonio.

Un interesante artículo de Diego Fonseca publicado en el NYT el pasado 11 de junio habla del presidente López Obrador como un líder intuitivo, lo que, en particular durante la crisis provocada por el COVID-19, está poniendo en riesgo a toda una nación. Como ha sucedido en ocasiones previas, con eso de "yo tengo otros datos", parece que nuevamente actúa por inspiración, sin la debida asesoría de expertos con probada competencia en cada materia. La convicción de que la lealtad a la 4T queda por encima de la capacidad para desempeñar un cargo, ha generado múltiples tropiezos a lo largo de estos 18 meses. Ello me remite a la máxima atribuida a Edison, que indica que el genio es 10% inspiración y 90% transpiración. Adaptada a nuestro presidente, pareciera que maneja esa misma relación para elegir a sus colaboradores, como alguna vez lo expresó, con un 10% de capacidad y un 90% lealtad, modelo inoperante en la vida real.

Ahora bien, regresando a la enfermedad: Tenemos un presidente que jamás ha utilizado cubrebocas, que de entrada se negó a acatar el distanciamiento social, y que luego de algunas semanas de suspenderlas, retoma sus giras por el país. Un líder que manifiesta que hay que volver a salir, como sugiriendo que "no pasa nada" con hacerlo, definitivamente da un mensaje contradictorio. En el caso de los habitantes de la zona rural de Chiapas con su particular idiosincrasia, la actitud del ejecutivo federal refuerza sus creencias de que el COVID-19 no existe, porque si existiera, el primero en cuidarse sería el presidente. Esto, a la par de los mensajes que circulan en redes sociales, refuerza las creencias de que las medidas de fumigación son innecesarias, entonces, con seguridad, tienen el propósito de dañarlos. Así surge la turba enardecida para atacar y destruir bienes de la nación, lo que finalmente les afecta a ellos mismos, pues se quedan sin recursos para la atención médica. Además de que se atenta contra la vida y la integridad de sus semejantes, y da lugar a que algunos vivales aprovechen para saquear los inmuebles atacados.

Líderes incendiarios es lo que menos necesitamos en estos momentos de crisis sanitaria, antesala de una grave crisis económica y social. Más vale que lo vayamos entendiendo de este modo.

https://contraluzcoah.blogspot.com/

Leer más de Columnas Social

Escrito en: contraluz

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de Columnas Social

TE PUEDE INTERESAR

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

Clasificados

ID: 1711897

YouTube Facebook Twitter Instagram TikTok

elsiglo.mx