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Índice de felicidad

Diálogo

YAMIL DARWICH

Cuando los reportes internacionales del desarrollo de crecimiento de nuestro país son de -8% del PIB y el desprestigio cae encima a los pésimos administradores de nuestros bienes nacionales, la brillante idea sorprende: cambiar el Índice de Crecimiento por el Índice de Felicidad, con parámetros distintos a los utilizados en el mundo; así, de un solo borrón, no podremos hacer mediciones comparativas sobre la real forma de vida de los mexicanos y se facilitará manipular y/o esconder nuestra realidad nacional.

Desde luego que el fin primordial de un líder político es buscar la mayor calidad de vida posible, reflejada en la felicidad de los habitantes, pero debe perseguirse sin olvidar que hay tres palabras que tienen estrecha relación: felicidad, responsabilidad y libertad.

Unidas las tres premisas, son útiles para definir lo que pudiéramos llamar "bien vivir y ser buena persona".

Nuestro presidente se esfuerza en tratar de encontrar métodos de medición diferentes -sin valorar los estándares mundiales- que nos den a conocer nuestro grado de felicidad y olvida -me resisto a pensar desconoce o ignoran sus asesores- que tal concepto ya está definido.

El "Reporte de felicidad en el mundo", fue creado por la Organización de Naciones Unidas, a través de su "Red de Soluciones para el Desarrollo Sostenible" -2012- y tiene como propósito encontrar los índices de satisfacción de los seres humanos residentes en cada país afiliado.

Por otra parte, el "Índice de felicidad", ya fue desarrollado desde 1981, por la asociación inglesa NEF, junto con la ONG medioambiental Friends of the Earth, demostrando que los altos niveles de consumo de recursos no supone necesariamente altos niveles de bienestar.

En el Reino de Bután, monarquía de una pequeña y montañosa nación budista del sur de Asia, localizada en el Himalaya entre India y China, con unos 2 millones de habitantes, la felicidad es medida por el grado de alcance de la misma y no por bienes materiales, riqueza o posesiones. Basan su concepto de felicidad en 4 pilares: el desarrollo socioeconómico sostenible y equitativo; la preservación y promoción de la cultura; la conservación del medio ambiente y el buen gobierno. ¿Plagiaremos?

Es difícil definir el estado de felicidad, aunque lo refieran como un "bienestar físico, psicológico, adaptado a su medio social", algo parecido al concepto de salud emitido por la OMS en 1951.

Llano Cifuentes, filósofo, finado, predicaba que únicamente con responsabilidad se puede ser libre y aquellos que abusan de la libertad se transforman en libertinos, que los hace infelices por definición, al saberse irresponsables de sus actos cometidos contra sí mismos y hacia los demás.

He comentado que "la felicidad son chispazos de alegría a lo largo del día", con lo que se dimensiona el estado emocional, que puede ser diferente y cambiante durante las 24 horas y distinto en cualidad, según cada persona. No puede estandarizarse la cantidad, puesto que mucho y poco no son posibles de medir exactamente.

Analicemos los ítems que miden la felicidad y comparémoslos con nuestra realidad nacional, considerando lo logrado en año y medio de la 4T y evaluando el daño hecho por el neoliberalismo corrupto que padecimos en el pasado; de paso, debo mencionarle que nos catalogan -según lo publicado en 2019- entre los más felices de los países de Latinoamérica, luego de Costa Rica, primer lugar, que ocupaba el número 12 mundial, México 23 y Chile en tercero 26.

Salud, mide la atención médica y la calidad de los servicios.

Educación, considerando la cobertura nacional en alfabetización y evaluando calidad y por ciento poblacional de graduados en todos los niveles.

Ambiente, analizando vida ecológica, acceso a servicios ambientales, participación de la población y árboles sembrados por persona -nuestra calificación es alta por el interés del estado, apoyándose en el ejército, para reforestar, aunque no mide el número de muertes por falta de riego y atención a los mismos.

Nivel de vida, que toma en cuenta los consumos de los hogares, servicios utilizados y casas propias.

Gobierno, evaluando la calidad de los servicios públicos, confianza en las instituciones y estándares de seguridad, entre otros.

Bienestar psicológico, calificando las condiciones de estrés, prevalencia de emociones como celos, frustración, generosidad, y tranquilidad, etc.

Uso del tiempo que dedicamos para descansar, dormir, involucrarnos en vida familiar y comunitaria, educación, deporte, cuidado de los demás, meditar, etc.

Vitalidad comunitaria, tomando en cuenta la confianza y apoyo social dado entre los miembros de una nación en particular, así como los niveles de seguridad, entre otros.

Cultura, en relación al conocimiento de la propia, respeto y la información poseída sobre otras realidades.

Estemos atentos a los ítems que utilizarán y, sobre todo, la metodología para calcular, esperando no vayan a hacer las preguntas a mano alzada.

Importante saber por qué y cómo alcanzarla. ¿Usted es feliz?

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