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LO POSITIVO DE UN PESIMISMO DEFENSIVO

FRANCISCO PINEDA

Un pesimismo defensivo es una actitud en donde se presupone que las cosas pueden salir mal, y así poder prepararse mentalmente para lo que venga.

En general, optimismo es una condición mental donde una persona tiene buenas expectativas sobre el futuro, con la expectativa que las cosas estarán bajo control, y con una apariencia de actitud positiva ante otros. En contraste, pesimismo es un estado en donde una persona piensa negativamente sobre la vida anticipando que las cosas no saldrán bien en la mayoría de sus circunstancias. Regularmente un pesimista espera menos de lo que es satisfactorio, o quizá una mala experiencia. Frecuentemente decimos que un pesimista ve un vaso con agua "medio vacío," mientras que un optimista lo ve "medio lleno." El tema del pesimismo no es nada nuevo ya que ha sido estudiado desde hace varios siglos, principalmente por filósofos y psicólogos como Descartes, Kant, Freud, Nietzsche, William James y otros. La palabra pesimismo, que quiere decir "lo peor" en Latín, empezó a usarse desde el siglo XVI por algunos progresistas y gente de fe para describir gente con ideas irracionales. Algunos clínicos asocian al pesimismo con un carácter depresivo debido a una percepción negativa del mundo.

Un pesimismo colectivo puede afectar a una sociedad durante cierta época o período de tiempo. Un ejemplo de esta situación es lo que se está viviendo con el impacto de la pandemia. Agreguemos a esto, una situación de cuando menos dos décadas de violencia, y un estado amorfo, confuso y desordenado de las circunstancias sociopolíticas del país. Ambas condiciones, la pandemia y un desorden público, podrían ser una fórmula para una condición social pesimista inevitable, la cual ha creado una sensación de decadencia moral y de inseguridad, y que ha impactado todo tipo de libertades, y del estado de ánimo. La gente pesimista a menudo es vista como gente malhumorada y difícil de relacionarse. Se cree que hay grados de pesimismo en las personas. A nivel bajo, un individuo pesimista se adapta socialmente con mínima dificultad, pero se puede irritar fácilmente. A nivel alto de pesimismo, una persona tiende a juzgar las cosas negativamente y se le observa angustiado y deprimido, lo que le hace ser apático y aislarse (Psychology Today, octubre 2107).

Pero no todo es oscuro y negativo con el pesimismo. Porque en ocasiones, éste puede ser útil y productivo. De acuerdo a la psicóloga Julia Norem (El Poder Positivo del Pensamiento Negativo, 2001), ser optimista o positivo tiene muchas ventajas, pero no funciona para todos, ya que para una personalidad ansiosa, ser muy optimista puede ser una estrategia débil. Ella sugiere un concepto llamado pesimismo defensivo. Con el pesimismo defensivo, una persona se genera bajas expectativas, lo cual le ayuda a visualizar lo que puede ir mal y crear estrategias para corregirlo. A la vez, le ayuda a manejar la ansiedad de una manera productiva. Por ejemplo, digamos que un individuo va al supermercado en donde habrá una buena cantidad de gente, muchos debidamente protegidos con un cubre-bocas y guardando una distancia razonable, pero otros con una clara indiferencia a las medidas de precaución recomendadas por las agencias de salud. Con un pensamiento pesimista defensivo, probablemente la persona va a imaginarse la posibilidad de contagio, lo que le motiva a pensar en algunos detalles, visualizar posibles problemas, y planear su visita al supermercado para estar preparado con una buena protección personal.

La Dra. Norem afirma en su libro que una perspectiva optimista tiene sus ventajas, pero en ciertas situaciones puede ser impráctica o no productiva. Por otro lado, una persona con una actitud pesimista defensiva tiende a prepararse para enfrentar retos, sobre todo aquellos que por el momento estamos enfrentando, es decir, los de salud. Un pesimismo defensivo puede ser importante en la manera de reaccionar hacia el medio ambiente, y protegerse de frustración en caso de alguna experiencia desfavorable. Pensar antes de actuar es un componente esencial del pesimismo defensivo, a pesar de que a veces otras personas ven este comportamiento como una respuesta lenta para decidir. Sin embargo, existe la ventaja de prepararse ante una situación con potencial de ser complicada. Un pesimismo defensivo durante tiempos complejos, como los de una pandemia, puede ayudar a la gente a tomar decisiones prácticas y efectivas, considerando que lo que está de por medio es la salud, de uno y la de los demás.

Ser optimista sin lugar dudas tiene muchas ventajas, pero no siempre. En ciertas circunstancias una dosis razonable de pesimismo defensivo vale la pena. Esperar lo mejor de una situación, y prepararse para lo peor, muchas veces es una buena estrategia. Una persona precavida siempre vale por dos. Gracias por su interés en esta columna.

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