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Escenario posible (I)

A la ciudadanía

GERARDO JIMÉNEZ GONZÁLEZ

Durante 2017, Pilar López, de Encuentro Ciudadano Lagunero, registró 300 conflictos de abasto de agua en ejidos y colonias populares urbanas de varias ciudades de la Comarca Lagunera, un problema que al parecer ya es crónico y se acentuará en los siguientes años como se observa en los casos de colonias y fraccionamientos de clase media como Torreón Jardín y ahora Viñedos.

Estos problemas de abasto de agua se agregan al de contaminación que persiste y es cada vez más grave en las comunidades rurales y cabeceras municipales que rodean a la zona metropolitana, aunque la mancha de arsénico amaga con invadir esta como se observa en los pozos que registraron concentraciones de este metal pesado por encima de la Norma Oficial Mexicana, donde se instalaron filtros (un tercio de los existentes para abasto doméstico, aunque sumados a estos hay otro tercio que supera la recomendación de la Organización Mundial de la Salud).

Decimos que los problemas de abasto doméstico se acentuarán, tanto en calidad como en cantidad de agua, mientras se mantenga el patrón de agua del acuífero principal que lo sobreexplota y contamina. Si esto continúa, ¿Qué pasará en los siguientes años, dentro de una o dos décadas?, particularmente si se nos presenta un período de sequía, es decir, no uno sino varios años.

Los hidrólogos definen conceptualmente varios tipos de sequía y grados de severidad de esta, identificando los tipos de sequía como meteorológica, hidrológica y agrícola, donde la primera ocurre cuando el promedio de lluvia de un año en algún lugar es menor al promedio histórico, que para el caso de la Comarca Lagunera sería que llueva menos de 240 mm, o para la Cuenca Nazas-Aguanaval de 371 mm, datos que se registran en 52 estaciones climatológicas confiables de las 108 instaladas en toda ella.

La sequía hidrológica ocurre cuando esa precipitación menor al promedio histórico afecta los escurrimientos superficiales de nuestros ríos y arroyos, por tanto los almacenamientos en las presas, pero también los almacenamientos de agua en los acuíferos, y la sequía agrícola cuando afecta los cultivos al someterlos a un estrés hídrico que les impide o dificulta desarrollar sus ciclos vegetativos.

Los diferentes grados de severidad de la sequía nos indican desde años anormalmente secos a sequías moderada, severa, extrema y excepcional. En el período de 1980-200, que abarca 264 meses de registro de lluvias en la Cuenca Nazas-Aguanaval se presentaron 185.6 meses sin sequía, 24.7 anormalmente secos, 30.51 con sequía moderada, 11.0 con sequía severa, 7.26 con sequía extrema y 4.7 con sequía excepcional. Las tres últimas son las que presentan un mayor grado de vulnerabilidad ya que provocan más graves impactos económicos y sociales.

A nivel de la cuenca durante el período de 1948-2000 destacan los ciclos de sequía de 1948-54, 1960-64 y 1993-96, y durante los últimos 70 años en la Comarca Lagunera los de 1950-53, 1994-2003 y 2011-2013, aunque ha habido muchos más años secos (donde llueve menos de los 240 mm), que varían según la ubicación de las zonas donde se registra la lluvia dentro de la cuenca o de la propia región. Esos ciclos de sequía han provocado problemas de estrés hídrico en la población, las plantas y otras especies animales.

Al presentarse un déficit hídrico afecta la disponibilidad de agua, en nuestro caso se refleja en los almacenamientos en las presas, cuyos escurrimientos superficiales provenientes de ríos y arroyos. En el caso de presas como El Palmito, principal embalse de la cuenca Nazas-Aguanaval del que depende gran parte de la agricultura que se practica en el Distrito de Riego 017 Comarca Lagunera, en el período de 19080-2010 registra un promedio de 1,416.99 Hm3, con variaciones que van de alcanzar un volumen máximo de 3,459.31 Hm3 o mínimo de 234.27 Hm3, este último muy bajo considerando que tiene una capacidad de almacenamiento (NAMO) doce veces mayor.

En virtud de que el 100% del agua superficial represada está concesionada al uso agrícola, cualquier disminución en los almacenamientos afecta la superficie de cultivo en el distrito de riego. Ese déficit también se refleja en la recarga de los acuíferos que a nivel de la cuenca Nazas-Aguanaval son 34, de los cuales ocho se ubican en La Comarca Lagunera.

Los 34 tienen un recarga anual de 1,448.2 Hm3 pero se extraen 1,625.47 Hm3, provocando una brecha hídrica (relación entre oferta y demanda de agua) cada vez más difícil de reducir, destacando el acuífero principal, el más importante de la cuenca y la Comarca Lagunera, en condiciones de sobreexplotación al extraerse el doble del volumen de agua (1,088.5 Hm3) que el de recarga natural (534.9 Hm3). Ambas fuentes ante una sequía hidrológica se verían afectados sus almacenamientos de agua.

Suponiendo que esto último ocurra durante un posible nuevo ciclo de sequía, en el que las aportaciones que reciben las presas y los acuíferos se vean reducidas como cuando la presa El Palmito presentó el mínimo de almacenamiento señalado (234.27 Hm3 o una cifra similar), o se ensanche la brecha hídrica en el acuífero principal (mayor a la actual de 440.97 Hm3) por un aumento en la demanda debido al crecimiento de la población y de las propias actividades económicas, considerando que se mantiene el patrón de extracción actual que lo mantiene sobreexplotado y contaminado, enfrentaremos no solo una situación de estrés hídrico, también de seguridad hídrica, a la que nos referiremos en la siguiente semana.

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