El aislamiento obligado debido al COVID-19 está afectando a las personas con autismo al modificarles sus rutinas. (EL SIGLO DE TORREÓN)
Óscar tiene 19 años y de la noche a la mañana ha visto cambiar toda su rutina habitual de ir a la escuela, platicar con sus amigos, acudir a su taller de Robótica los viernes por la tarde y cenar su hamburguesa favorita. La historia podría ser muy similar a la de cualquier persona, sin embargo el joven tiene autismo.
El confinamiento obligatorio debido al COVID-19 está afectando también a las personas con esta condición, debido a que quienes tiene autismo cuentan con una rutina muy precisa de las cosas que realizan diariamente, la cual no puede cambiarse repentinamente como hasta ahora.
Silvia Romero Adame, integrante de la asociación Autismo Unidos por el Azul, platicó que la rutina de su hijo Óscar ahora es muy distinta a la que se tenía antes de la pandemia, pero cada familia con un pequeño autismo vive la situación de manera distinta de acuerdo a la edad de ellos. Relató que su hija ya tenía una rutina muy establecida, la cual tuvo que romper en esta pandemia, como el caso de las comidas, por ejemplo.
Óscar tenía la costumbre de todos los viernes por la noche comer la misma hamburguesa en el mismo lugar, sin embargo todo cambió al cerrar este sitio y se tuvieron que dar ajustes y ser flexibles a los cambios, inclusive su hijo.
Silvia mencionó que su hijo adolescente estaba cómodo de ver a sus amigos y a su familia los domingos, pero al no poder hacerlo se genera ansiedad y angustia en él. Además, el hecho de leer noticias sobre el COVID-19 o ver videos en internet y en la televisión les genera ansiedad e incluso miedo de lo que pueda suceder pronto.
Óscar dejaba de comer ante esta incertidumbre.
CLASES EN LÍNEA
Silvia Romero indicó que las vacaciones se adelantaron dos semanas antes de lo previsto y todo era lento, pero dijo que gracias a que ahora toma las clases en línea, Óscar se conecta y ve a sus amigos y maestros, lo cual le da confianza y lo lleva a una nueva rutina.
Su horario ahora de escuela es a las 8 de la mañana hasta el mediodía, por lo que después tiene que hacer tarea y trabajos durante la tarde.
Reconoció que, en otros casos, hay niños más pequeños hiperactivos que tienen mayor ansiedad y necesitan salir a caminar en un parque en la colonia, o bien, niños que aún no entienden el por qué no pueden ir a su centro de rehabilitación.
"En estos momentos lo más importante es salvaguardar la salud de las personas y es lo que siempre debe reinar", opinó.
Además, Silvia declaró que esta situación representa un retroceso a la socialibilidad que tanto se había peleado tener, sin embargo reconoció que es un alto en el camino que tienen que hacer por el bien de todos.
Por lo pronto, Óscar seguirá con sus clases en línea, disfrutando ver a sus compañeros y maestros, hacer la tarea y trabajos como lo hacía anteriormente, pero tendrá que cambiar el lugar en donde compraba siempre su hamburguesa.
