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Juan Belmonte, matador de toros

Jorge M. Galván Zermeño

‘Cómo pudo, cómo pudo con un torero tan grande un torillo tan menudo. Los pitones van torcidos, el plomo marcha derecho; aquellos te hirieron tanto, éste, una vez, y estás muerto.

Manuel Benítez Carrasco Los espacios permitidos por esta cuarentena me han permitido leer y aumentar mis apuntes personales de la historia del toreo, en el recuento de mis escritos, me permito nombrarlos así aunque suene ostentoso, encuentro la “cuerda” de un buen número de matadores de toros, ahí se encuentran la alternativa de José Tomás, quien la recibiera del “Gigante de Tula” Jorge Gutiérrez a su vez recibida del mandón Manolo Martínez a quien le fue otorgada por el Maestro Lorenzo Garza que la recibió en segunda ocasión por Manuel Jiménez “Chicuelo” y llegamos al “Pasmo de Triana” Juan Belmonte que la recibiera a su vez del “Califa” Rafael González “Machaquito” ¡Vaya historial! La revisión me llevó a la relectura del libro Juan Belmonte, Matador de toros y que delicia leer de tan grande figura que el pasado miércoles 8 cumplió 58 años de su partida en su finca de Hurtare, apenas a seis días de cumplir 70 años de vida, la vida del revolucionario del toreo es apasionante, desde una infancia de una pobreza solemne, hasta su ascenso como matador de toros hasta altos círculos intelectuales y sociales. En debut a los 17 años de edad en Elvas, Portugal marcó su destino torero, toreando como nunca antes provocando entre los entendidos un furor por lo nunca antes visto, de “El Guerra” quien al tiempo le daría la alternativa es la frase que ilustra la revolución belmontista “Darse prisa a verlo torear porque el que no lo vea pronto, no lo ve” pisando terrenos inimaginables provoca el “No hay billetes” y más a partir del 2 de mayo de 1914 a un año de su alternativa en la que nace una gran rivalidad taurina con el ortodoxo José Gómez “Gallito” emblema de la ortodoxia creando bandos de “Gallistas” y “Belmontistas”, hago mención en este momento a un libro lleno de riqueza taurina escrita por el Maestro Pepe Alameda “Los heterodoxos el toreo” en cuya portada aparece una fotografía sobre el cuadro pintado por el Maestro Romero de Torres del trianero con el torso desnudo y solo cubierto por un hermoso capote de paseo que provocó como su toreo un escándalo para la época. La influencia del Maestro Belmonte de una increíble quietud provoco toda una revolución en una época en que las faenas eran cortas y se podría decir sin ofensa sobre piernas, esta misma ha evolucionado hasta la fecha con vertientes como la de Manuel Rodríguez “Manolete” y el ya citado José Tomás integrantes de esta cuerda, toreo de expectación el Maestro Belmonte llegó a torear 109 corridas en la temporada de 1919 que pudieron ser más y tuvo interrupción por enfermedad, este número de festejos es impresionante para las condiciones de transporte de la época y pudo haber sido superado por el nuestro “El cicló” Carlos Arruza, quien no lo hizo por respeto al trianero.

La influencia del Maestro Juan Belmonte permanece con su natural evolución hasta nuestros tiempos, pasando por la quietud de Manolete y alcanzando alturas en parar, templar y mandar con el mandón Manolo Martínez y actualmente en José Tomás. Juan Belmonte, heterodoxo revolucionario del toreo fallece un día 14 de abril de 1962.

LA ANÉCDOTA

Algunas anécdotas ilustran la vida del Maestro de Triana, la primera de ellas en su etapa de novillero coincide en una tienta con “Joselito” con quien a la postre tendría la rivalidad taurina más comentada, quien después de su turno advierte el peligro de la vaquilla con un “por ese lado no” a lo que viene el revolcón, el Maestro se levanta y le pega una tanda cumbre, cuando llega al burladero le contesta al de Gelves –Que me iba a coger, ya lo sabía yo, pero el caso era torearla allí y así, refuerza esta forma de ver el torero otra anécdota en donde se le pregunto el cómo podía torear si no podía ni correr, a lo que contestó “el que debe correr es el toro”, de su trato con intelectuales se desprende la tarde en que amparado con un parte médico no se presenta a torear en Madrid, Gregorio Corrochano uno de los más notables críticos de la época afirmó que fue un pretexto para poder terminar de leer la obra “El Sr. Berget” de Anatole France, entabla un dialogo con el brillante intelectual Ramón del Valle Inclán con quien convivía en una de sus apreciadas tertulias el pensador le dice “Juan a ti solo te falta morir en la Plaza” a lo que el maestro contesto “Se hará lo que se pueda”, el maestro desarrollo aún más su ingenio con esas convivencias y así en una de sus pláticas fue interrogado sobre Joaquín Miranda uno de sus banderilleros que se dedicó a la política llegando a ser Gobernador, el sobrenombre de pasmo lo recibió por su tartamudez, y se le preguntó «Don Juan, ¿es verdad que este señor gobernador ha sido banderillero suyo?». Belmonte le respondió parcamente: “si” Y el otro insistió: -Don Juan, ¿y cómo se puede llegar de banderillero de Belmonte a gobernador?- Al Maestro le brotó el tartamudeo y respondió: ¿Po… po… po cómo va a sé? De… de… degenerando…

LAS EFEMÉRIDES

En esta ocasión dos relevantes la primera el cumpleaños 54 de Pablo Hermoso de Mendoza y la segunda el debut de la ganadería de Victorino Martin en la Real Maestranza de Caballería de Sevilla en 1996 en una tarde triunfal.

¡Hasta la próxima!

*Jorge M. Galván Zermeño *[email protected]

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