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Circunstancias

El efecto ilusorio de la verdad

Francisco Pineda

"Si dices una buena mentira, y la repites con frecuencia, la gente terminará creyéndola." Joseph Goebbels, Ministro de Propaganda Nazi, enero de 1941 (Wikipedia).

Quizá algunos lectores han notado mi reacción animosa hacia el tema de la desinformación o noticias falsas por medio de los diferentes medios de comunicación, las cuales contribuyen solamente al engaño y manipulación de muchas personas, sin importar el impacto que se crea en ellas. Información con la apariencia de ser real y legítima, y que puede ser asimilada por cualquier persona, sin importar clase socioeconómica, nivel de inteligencia, grado escolar, etcétera. Información que no solo carece de veracidad sino también es opuesta a la razón, y no tiene sentido. Y estoy casi seguro que no soy el único impactado negativamente con este tipo de conducta maliciosa por parte de gente creativa, y con intereses puramente personales. Situación que permite a uno reflexionar no solamente sobre la intención de los individuos que las generan, sino también, el interés y motivación de las personas que las incorporan en su sistema de creencias. Me refiero a la gran variedad de noticias y mensajes con información falsa, repetidas con tal frecuencia, al grado que la gente la adopta como verdadera. Un fenómeno que varios psicólogos consultados llaman "efecto ilusorio de la verdad".

Adentrarse en la definición de la verdad es una tarea muy compleja, ya que es explicada y discutida por diferentes disciplinas con perspectivas muy particulares, por ejemplo, la filosofía, la teología y la ciencia, así que para propósitos de este artículo la definiré como una conformidad con lo que se dice en nuestro alrededor, y con lo que se piensa sobre una realidad. Por ejemplo, lo que veo en una serie de mensajes por las redes sociales sobre un personaje, y lo acepto como cierto o real. Una ilusión es una percepción que no es real, y es causada erróneamente por la imaginación, generando una idea falsa, por ejemplo una imagen que se percibe de la formación de las nubes, o de la sombra de algo en la pared. Entonces, una ilusión de la verdad es una tendencia a creer información falsa que se repite constantemente, por ejemplo, muchos mensajes con temas que son recibidos repetidamente por medio de las redes sociales, y que se adoptan automáticamente como verdaderos, sin necesidad de cuestionamiento.

Para ilustrar lo anterior hace unos días recibí mensajes informando que algunos países habían creado una vacuna para controlar el coronavirus. La información era totalmente opuesta a lo que había leído de autoridades médicas y científicas, así que no pude controlar una interpretación de la información como falsa. Decidí explorar el tema con más profundidad, y consultarlo con un médico torreonense con amplia experiencia como clínico. Los resultados de mi exploración por supuesto confirmaron mi sospecha sobre la ilegitimidad de la información. De acuerdo al médico consultado, "estamos viviendo un situación plagada de historias ficticias en donde a veces es difícil diferenciar lo real de lo falso." El médico agregó, "lo más confiable en relación al coronavirus es la información difundida por la Organización mundial de la Salud."

La psicóloga e investigadora de la Universidad de Vanderbilt, Lisa Fazio, concluye en uno de sus estudios que la repetición de información, en las redes sociales por ejemplo, hace más fácil su asimilación debido a la rapidez del cerebro para responder y aceptar algo como verdadero, independientemente del conocimiento previo sobre el mismo tema. Es decir, entre más se recibe información sobre un tópico, más alta es la probabilidad de aceptarlo como verdad.

El efecto ilusorio de la verdad es una táctica utilizada por muchos políticos durante sus campañas, así como también algunos negocios de mercadotecnia en la presentación de anuncios y comerciales, y ciertas propagandas ideológicas. Muchos políticos frecuentemente repiten información falsa con la intención de que la gente la crea como hechos. Para aquellos que nos gusta la historia, reitero el caso del ministro de propaganda nazi mencionada en la introducción. El problema con estas tácticas de comunicación es que en circunstancias como las que se están viviendo, con un virus muy destructivo, la gente es susceptible y vulnerable, lo cual permite ser presa fácil de depredadores de la información en las redes sociales.

Todos de alguna manera estamos expuestos a la posibilidad de información ficticia, fraudulenta, engañosa, o quizá ingenua. Es parte de la vida diaria independientemente de la intención. De ahí que es importante recibir con una mente inquisitiva la información que nos llega, particularmente de las redes sociales, y analizarla antes de reenviarla. Especialmente ante una crisis como la que estamos viviendo. Gracias por su interés en esta columna.

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