Columnas Social

PEQUEÑAS ESPECIES

TAMBIÉN DISFRUTAMOS LOS DOMINGOS

M.V.Z. FRANCISCO NÚÑEZ GONZÁLEZ

Nos encontrábamos en la reunión mensual de la asociación de veterinarios, pasaba de las once de la noche cuando sonó el teléfono de uno de los viejos colegas, al termino de nuestra junta mensual por lo regular hay un pequeño convivio, nada en comparación de aquellas reuniones de hace veinte años, cuando degustábamos aquellas opíparas cenas y platicábamos nuestras anécdotas durante horas, podíamos dormir y despertar como un adolescente, ahora al termino de nuestras reuniones lo que añoramos los viejos es una suave cama para descansar.

Nuestro colega que recibió la llamada se despidió dirigiéndose a la consulta, le ofrecimos apoyo, tal vez una cirugía de emergencia, no gracias, es un paciente con postración y anorexia, agradecía el gesto. La actitud de mi colega me hizo recordar los inicios de mi profesión, a cualquier hora de cualquier día me encontraba dispuesto para atender a mis enfermos, impartía clases, contaba con una farmacia, tenía trabajo todos los días de la semana, incluyendo domingos, y aún así salía corto en mi presupuesto, tenía 4 hijos que afortunadamente comían excelentemente bien. Con el paso de los años, se da uno cuenta que ya no somos aquellos jóvenes que al realizar consultas en la madrugada, queremos sentirnos al día siguiente de manera normal, los años nos han enseñado a tener mesura y ecuanimidad, valorar a la familia y hasta uno mismo. Hay clientes muy especiales, que solo permiten que su veterinario aplique la vacuna, y no aceptan que alguien más consulte a su mascota y agradezco su preferencia. El contar con otro experimentado colega, ha sido una de las alternativas para disfrutar por primera vez aquella reunión con tu esposa sin que ella esté con la incertidumbre de que cancelas a última hora por atender la intoxicación de "Tobi", o te pierdas la pastorela de tus hijos que tanto ensayaron en su escuela porque atropellaron a "Rocky", ausentarte de la boda de tu sobrina porque "Candy" tiene dificultades al parto. Es entonces cuando nuestro colega con quien nos ponemos de acuerdo previamente, nos apoya con los clientes para las emergencias. Después de cuarenta años de nuestra sagrada profesión, me he dado cuenta que dejé pasar tantas cosas hermosas que me ofreció la vida, y que el trabajo jamás las devolverá; el no haber disfrutado la niñez de mis hijos y convivido más tiempo con ellos, haber gozado más tiempo con mi esposa. Al ver aquellas fotografías de hace años, disfrutando con mis hijos pequeños las olas del mar, son recuerdos inolvidables de tan solo unos instantes que los llevaré todo el tiempo en mi corazón. Que importante es saber valorar y disfrutar las cosas más bellas que nos obsequia la vida; la salud, la libertad, la familia, los amigos, dormir, la vida misma. A mi edad, observamos nuestro entorno de diferente manera, apreciamos lo que antes pasaba desapercibido; un día soleado, una hermosa luna, leer un libro, una cálida chimenea, los viejos amigos, admirar el mar, una siesta después de comer, la risa de los nietos. Qué bien me he sentido cuando tomé la decisión de apoyarme en el trabajo con mis hijas también colegas. Jamás logré hacer la riqueza material que dicen que tienen los veterinarios de mascotas, siendo mi fortuna; un techo para cobijarnos, el alimento en nuestra mesa, la mejor esposa de toda la vida, cuatro hijos profesionistas, dos nietos adorables con excelentes padres. Que más le puedo pedir a la vida, nada material me voy a llevar cuando entregue cuentas, solo bellos recuerdos y mejores satisfacciones, que en eso me considero un hombre muy agradecido. Los domingos también los veterinarios tenemos derecho a descansar y nos reunimos con los hijos, nietos, yernos, hermanos y compartimos los alimentos, desde seleccionar los jugosos cortes para asar, mi señora y un servidor, marinarlos, preparar chilacas, cebollitas cambrite, papas, tronadoras de tortilla asada con queso y pico de gallo, la picosa salsa de molcajete, y no puede faltar la espumosa cerveza enfriada en hielo, y para cerrar con broche de oro, disfrutar el juego de mi equipo favorito. El Santos Laguna... ¿Ustedes gustan?

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