EDITORIAL Sergio Sarmiento Caricatura Editorial Columna editoriales

Sensatez

Sin lugar a dudas

PATRICIO DE LA FUENTE
"Muchísima gente se ha vuelto pesimista por haber financiado a optimistas"— C.T. Jones

Vivimos un momento inédito y complicado que nos lleva a territorio desconocido. Es normal sentir preocupación, miedo e incertidumbre. A lo largo de la historia, la humanidad ha enfrentado cismas e infortunios que pusieron a prueba todas y cada una de sus capacidades. No es la primera ni será la última vez que nos enfrentemos a una crisis, de ahí la importancia de saber capitalizar experiencias pasadas para sortear la tormenta y llegar a buen puerto. Sobre todo, a poner en práctica lo que han hecho otros países desde que se suscitó el brote pandémico.

Es natural y entendible sentirnos vulnerables ante un futuro que se tiñe de matices y colores inciertos. Los seres humanos no estamos acostumbrados a salir de nuestra zona de confort y a tener que renunciar, de súbito, a todo aquello que nos otorga seguridad, sentido de permanencia y estabilidad. Mucho menos a lidiar con la idea de que un brote pandémico pueda arrebatarnos la vida o vulnerar a quienes nos son queridos.

El coronavirus cambiará la rutina, hábitos y costumbres de millones de mexicanos. Desgraciadamente también afectará a los menos favorecidos con particular virulencia. Seamos especialmente sensibles con quienes se encuentran en una situación de desventaja.

De algo estoy cierto: habremos de superar la emergencia si cada uno de nosotros cumple a rajatabla con su responsabilidad personal y se conduce con sensatez, cordura y ejerciendo buenas prácticas. Cada quien sabe lo que le corresponde hacer desde su trinchera y ámbito de competencia. Ejerzamos dicho libre albedrío con mesura y cautela.

Lo que viene nos pondrá a prueba no solo en nuestro carácter ciudadano sino también como personas. A partir de la experiencia internacional, atendamos las indicaciones de las instancias responsables y escuchemos a aquellas voces autorizadas que hablan desde la certeza médica y científica. Sin embargo, no podemos ni debemos delegar en su totalidad el futuro a manos del Gobierno ni mucho menos permitir que el proceso de toma de decisiones permanezca secuestrado por una clase política que se encuentra rebasada y no sabe con certeza cómo manejar la crisis.

Es momento -ahorita, no mañana- de asumir nuestra mayoría de edad ciudadana y actuar en consecuencia. Tal como lo hizo la generación de 1985 o los jóvenes durante los sismos más recientes, apropiémonos del sentido de empatía, solidaridad y ayuda al prójimo.

No abonemos a la desinformación presente, seamos cautos con las noticias que difundimos, especialmente aquellas generadas en las redes sociales. Verifiquemos su origen, acudamos a otras fuentes y contrastemos opiniones. Recordemos que en momentos de crisis nadie es dueño de la verdad absoluta.

Si estamos en posibilidad de prestar nuestro tiempo y apoyar en lo que se requiera, hagámoslo sin esperar nada a cambio.

Seamos, ante todo, pacientes y comprensivos con los adultos mayores y también con los niños. No olvidemos mostrar empatía hacia nuestros colegas y compañeros de trabajo. Si algo apremia en este momento es el sentido de fraternidad y el compañerismo.

En la medida de lo posible, permanezcamos en casa y salgamos únicamente para lo indispensable. La "sana distancia" puede ayudar muchísimo, hagámosle caso. Atendamos las medidas sanitarias y de prevención, principalmente aquellas recomendaciones emitidas por la Organización Mundial de la Salud.

Evitemos compras de pánico y reuniones con un gran número de personas. La ventaja de la tecnología es nos da la posibilidad de tomar decisiones, realizar trámites en línea, gestionar negocios y estar interconectados.

Sin duda, las afectaciones de carácter económico son preocupantes y todos las resentiremos en mayor o menor grado, pero es preferible la contención y la prevención a tener que lamentar lo que no hicimos en determinado momento. No caigamos en excesos ni en gastos innecesarios. Si estamos en casa, establezcamos rutinas y cumplámoslas puntualmente. Mantengamos la calma bajo el entendido de que casi todo se recupera, pero con nuestra vida y la de terceros no es ético jugar.

Esto es día a día. Requiere paciencia, tiempo, planeación y cabeza fría. Tomemos acciones pero no adelantemos vísperas.

Seamos, en todo el sentido del término, adultos responsables y comportémonos como tal.

Twitter @patoloquasto

Facebook Patricio de la Fuente GK

Instagram @patoloquasto

Leer más de EDITORIAL

Escrito en: sin lugar a dudas

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de EDITORIAL

TE PUEDE INTERESAR

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

Clasificados

ID: 1685023

YouTube Facebook Twitter Instagram TikTok

elsiglo.mx