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Confía madre de colombiana asesinada en Huejotzingo que habrá justicia

A los 10 años a Ximena le detectaron leucemia, y durante un año luchó por sobrevivir

 Ximena Quijano estaba enamorada de México, amaba a las personas con las que trabajó, la comida que probó y las tradiciones que vivió, platica Sonia Hernández, madre de la estudiante de Medicina, oriunda de Colombia, asesinada el pasado lunes. (EL UNIVERSAL)

Ximena Quijano estaba enamorada de México, amaba a las personas con las que trabajó, la comida que probó y las tradiciones que vivió, platica Sonia Hernández, madre de la estudiante de Medicina, oriunda de Colombia, asesinada el pasado lunes. (EL UNIVERSAL)

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Ximena Quijano estaba enamorada de México, amaba a las personas con las que trabajó, la comida que probó y las tradiciones que vivió, platica Sonia Hernández, madre de la estudiante de Medicina, oriunda de Colombia, asesinada el pasado lunes.

"Apoyó a todos los mexicanos que pudo durante sus jornadas de hasta 36 horas continuas como médico", detalla la mamá.

Y añade que "Día de Muertos fue la celebración que más le gustó. Se disfrazó y se acercó a esta tradición en compañía de sus amigos".

No le será posible volver a disfrutar otro Día de Muertos, como tampoco podrá alcanzar su sueño de especializarse en Ginecología, porque en su regreso del Carnaval de Huejotzingo, el pasado lunes, fue asesinada junto con su amigo y compatriota José Antonio Parada; el mexicano Francisco Tirado, también estudiante de Medicina, y Josué Vital Castillo, conductor de Uber.

En entrevista telefónica, Sonia recuerda a Ximena alegre, enamorada de su carrera y como una mujer a la que le gustaba mucho la música y, por supuesto, bailar. "Amaba a Andrés Cepeda, un cantante colombiano que era lo mejor para ella", relata.

Platica que a los 10 años a Ximena le detectaron leucemia, y durante un año luchó por sobrevivir.

Aunque tuvieron la mejor atención posible, Sonia señala que en casa las cosas tuvieron que cambiar: a Ximena le habían regalado un cachorro, pero no pudo conservarlo, tampoco podían estar en la misma casa personas con gripe o algún otro padecimiento porque sus defensas eran muy bajas.

Ximena venció a la enfermedad y desde entonces supo que sería doctora con especialidad en Ginecología, porque amaba a los bebés.

Nunca reprobó y tras haber completado la mayoría de sus estudios en Colombia, aplicó para un intercambio estudiantil entre su escuela, la Fundación Universitaria Sanitas y la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (UPAEP).

"No contemplaba estudiar en otro país porque de un día para otro llegó Ximena diciendo: ‘Mami, me quiero ir para México porque hay posibilidad’", refiere Sonia.

Sin embargo, el intercambio no sería la primera vez que Ximena tocaba suelo mexicano, ya lo había hecho cinco años atrás cuando viajó en compañía de su familia a visitar en carretera varios puntos del país.

Sonia menciona que estaba preocupada porque su hija radicaría en México, pero no por el tema de la inseguridad, sino porque estaría lejos. Añade que viajó con Ximena para buscar casa en Puebla, quería un barrio cerca del Hospital de Cholula, donde realizaría el internado.

Ellas desconocían las cifras delictivas en la ciudad, pues según el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), Puebla registró en 2019 mil 108 homicidios dolosos. Este enero de 2020 la entidad tuvo 74 asesinatos, cuando el promedio nacional marcó 76.6 y febrero en 25 días contabilizó 75.

Seis meses

En agosto de 2019 Ximena llegó a México. No regresó a su natal Colombia hasta la segunda semana de diciembre y se quedó en casa hasta el 28 de ese mes. Sonia rememora que ese fue el último momento que pudo estar con su hija.

Sonia refiere que Ximena no visitó otros estados del país. Sólo tenía la opción de ir a pueblos cercanos para regresar a trabajar, como era el plan la última vez que viajó con sus amigos al Carnaval de Huejotzingo. "Decía que amaba México. Yo no sé qué la enamoró tanto del país, pero creo que fue la cultura, su gente; sólo tenía elogios para sus compañeros, para los médicos con los que estudiaba, hasta me decía que la señora de la cafetería la consentía. Incluso quería hacer aquí la especialización", dice Sonia.

Sonia se enteró hasta el día siguiente de la tragedia, cuando la mamá de José Antonio Parada, amigo de Ximena, le llamó para decirle que algo no andaba bien, pues sus hijos no contestaban el teléfono.

La noche anterior, Sonia habló con su hija, pero cuando intentó comunicarse de nuevo con ella, no respondió. Le marcó a un compañero de Ximena y éste les avisó que habían encontrado los cuerpos.

Sin titubeos, Sonia aclara que ni Ximena ni José tenían enemigos en México, y por ello cree en la posibilidad de que haya sido un asalto.

El cuerpo de Ximena ya fue entregado a su familia y este jueves será trasladado a Colombia.

"Estoy casi segura de que habrá justicia en México, porque es lo que le estamos pidiendo a la fiscalía, es lo último que esperamos, y deseamos que a los culpables se les dé la peor sentencia que exista en el país, que se aplique todo el peso de la ley", argumenta Sonia, quien siempre se escuchó firme.

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