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YAMIL DARWICH

Miguel Ángel Jáuregui Montes de Oca, diputado de la LXVI Legislatura de la Cámara de Diputados, graduado por la Magna Casa de Estudios, en la licenciatura de Ciencias Políticas, ha sido propulsor del ideario de la izquierda mexicana; lo fue como estudiante, al pertenecer al Consejo Universitario, donde luchó por la masificación de la educación y, ya como graduado, al desempeñarse en diversas actividades de promoción en del Partido de la Revolución Democrática, del que luego saltó grácilmente al Movimiento de Renovación Nacional, definiéndose él mismo como un orgulloso miembro fundador.

Sobresale su obediencia partidaria y su atrevimiento politiquero, al no titubear y dar cumplimiento a la encomienda hecha a su persona, de presentar propuestas de reforma a la Ley Orgánica de la UNAM y cambiar el método de elección de rector y de directores de las facultades, confirmando los propósitos de llevar el populismo a la academia, sin dimensionar, quizá por limitación intelectual, que "el conocimiento no es democrático".

Diferentes editorialistas mexicanos han visto en el actuar del diputado al ariete de Morena, que intenta apoderarse de la máxima casa de estudios, comprendiendo el principio boxístico que afirma: "tumbada la cabeza -UNAM-, caerá el cuerpo -resto de universidades mexicanas-, además de lograr controlar -también- el mayor presupuesto a educativo.

Enrique Graue, rector de la UNAM, declaró: "Deseo hacer del conocimiento de todas y todos ustedes mi rechazo absoluto a este intento de intromisión en la vida universitaria, en donde a espaldas de las y los universitarios, se pretende incidir en la normatividad que nos rige. (…) El hecho de presentar una iniciativa como ésta, (la citada reforma a la Ley Orgánica de la institución) solo puede ser interpretado como un intento de desestabilizar la vida universitaria (…) Exijo como rector de la Universidad de la Nación, que las comisiones correspondientes de esa H. Cámara de Diputados, rechacen esta iniciativa y hagan público y manifiesto el respeto irrestricto a la autonomía de esta casa de estudios".

La desventurada idea no llegó a ser presentada y votada… por ahora.

La maliciosa propuesta -lo fue al tener fines partidistas, no académicos- no es el primer intento de apoderarse de la formación universitaria de México; recuerde los recientes ataques a la rectoría por grupos de vándalos encapuchados que mancharon murales históricos y paredes, hasta provocando incendios; tampoco deje desapercibidas las violentas agresiones a diferentes bachilleratos y algunas facultades, interrumpiendo el ser y quehacer de la escuela: estudiar.

Algunas agresiones llegaron a provocar la reacción de estudiantes, maestros y hasta padres de familia, que intentaron retomar instalaciones para regresar a clases y todas se presentan posteriormente a la reelección democrática del rector, algo curiosamente coincidente.

Existen, por ahora, dos bastiones democráticos muy importantes y que no han sido derruidos, pese al asedio y agresiones recibidas: el Instituto Nacional Electoral y la UNAM; el primero, como regulador del ejercicio nacional de la democracia y el segundo, la preparación profesional y las mentalidades de los nuevos líderes de todos los ámbitos de nuestro país. Sin duda que insisten en lograr el totalitarismo.

También es aceptado que el principio para el control de un pueblo está en limitarles la información, impidiendo el conocimiento y con ello evitar la inconformidad.

Recordemos que con base a la educación, es como los pueblos pueden alcanzar mejores formas de vida; según la prueba PISA, considerando comprensión, matemáticas y ciencias: China, Singapur y Macao, ocupan los tres primeros lugares; nosotros el 53. Concluya.

Nuestra deficiencia en términos educativos es enfermedad crónica, que debieron combatirla las administraciones políticas anteriores, lo que no se hizo por inconveniencias partidistas; ahora, repetimos nuestra desdicha, estando gobernados por la izquierda populista. ¿Comprende la importancia de proteger el desarrollo científico y tecnológico de México?

La ley presentada por el sometido diputado federal morenista, Miguel Ángel Jáuregui, que afortunadamente fue rechazada al pulsar el repudio de buena parte de los mexicanos, quiso justificarse en la búsqueda de democratizar las formas de gobierno en la UNAM y que las elecciones fueran abiertas, libres y secretas.

De fondo, pareciera buscarse, con base a la masificación del voto y el trabajo de promoción politiquera entre la comunidad estudiantil, hacerse del control de la universidad y, con ello, incidir en la toma de decisiones académicas, incluido el adoctrinamiento, procedimiento conocido por su aplicación en otros países de izquierda, como Rusia -cada vez más imperialista-, China, Cuba, Venezuela y Bolivia, entre otras. Le pido reflexione posibles consecuencias.

La universalidad del conocimiento es lo que permite el desarrollo humano, en todos sus órdenes; la libertad de expresión es un medio para que florezca el pensamiento humano y su orientación al bien común; la oportunidad de investigar, experimentar, analizar, comprobar y desarrollar nuevo conocimiento, solo se logra teniendo la más completa independencia.

¿Cree que debemos renunciar a ello?

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