La lista de organizaciones a quienes quiso dejar su dinero, venían estipuladas en su testamento. (INTERNET)
Una anciana de 87 años, de nombre Sheila Woodcock, que vivía en Newcastle, Nueva Gales del Sur, Australia, tenía una fortuna que le ocultó a su familia y al morir lo dejó todo a organizaciones benéficas.
La mujer murió en mayo de 2018 y su riqueza llegaba a los más de 14 millones de dólares australianos, 114 millones de pesos, informa el New Castle Herald.
El dinero, según su testamento, deberá ser repartido entre 15 organizaciones benéficas que ella escogió. Kent Woodcock, su primo segundo y tutor, se reunió ya con estas organizaciones para revelar el dinero que recibirán. Fue entonces que los familiares de Woodcock se enteraron de la existencia del dinero. "Ella no compartió su voluntad con nadie, solo lo descubrí en los últimos seis meses", dijo el propio Kent.
Sheila no se casó ni tuvo hijos, así que había apoyado también en vida a las organizaciones de ayuda a la comunidad.