"Cuando decimos flor algo sucede".
La frase es de Carlos Pellicer. Quizá ya no suceda nada si decimos "flor" en medio del sonido y la furia de estos tiempos. Pero una flor ha nacido en mi jardín, y eso es como si en mí hubiera nacido.
La flor que digo es pequeñita. En ella, sin embargo, cabe todo el azul del cielo. Es una violeta de color violeta: en su diminuta plenitud el azul celeste se hace profundo como un sueño.
Yo me arrodillo para mirar la flor. ¿Hay otra forma acaso de mirar la flor? Me inclino para verla más de cerca y llega a mí la insinuación de un vago aroma. Si no me hubiera puesto de rodillas no habría visto la flor, ni habría aspirado su perfume. Qué extraña paradoja: cuanto más nos acercamos a la tierra más cerca estamos de la región del cielo.
¡Hasta mañana!...