El pasado viernes se realizó en esta ciudad un foro sobre Gestión de la Planeación Metropolitana Interestatal, convocado por la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (SEDATU) y la Comisión de Zonas Metropolitanas del Senado de la República. Debido a la facilitación del senador Emilio Álvarez Icaza se nos abrió el espacio para participar exponiendo el tema de agua como factor determinante en el desarrollo de la Zona Metropolitana Laguna, agradeciendo al legislador la atención que nos brindó.
El tema que abordamos se ubicó en el apartado de Buenas Prácticas que contribuyen al desarrollo metropolitano, donde entidades de Gobierno local y asociaciones civiles de la región. Nuestra presentación hecha a nombre de los colectivos civiles Encuentro Ciudadano Lagunero y Alianza Laguna por el Agua, destaca la importancia de los recursos hídricos para nuestra zona metropolitana.
En una zona desértica como en la que vivimos el agua desempeña un papel clave en el desarrollo regional y, aunque privilegiados por disponer de volúmenes mayores que en otras zonas metropolitanas del norte de México (Monterrey, Chihuahua, Saltillo, Juárez, Zacatecas o San Luis Potosí), no deja de ser importante la forma en que se maneja y usa esa agua. Los laguneros tenemos importantes fuentes de abasto de agua superficial de los ríos Nazas y Aguanaval, o del agua subterránea de ocho acuíferos, dos de los cuales son determinantes para el desarrollo de la Zona Metropolitana Laguna.
El problema central es que los laguneros no hemos respetado los volúmenes disponibles que la naturaleza nos ofrece, en ambas fuentes de abasto realizamos extracciones mayores a esa disponibilidad, nos hemos regido por una creciente demanda sin considerar la oferta de modo tal que rebasamos esos umbrales naturales presionando y, en el caso de las aguas subterráneas, agotando las reservas que den seguridad hídrica a la población lagunera, al grado de que estamos extrayendo agua contaminada.
Estudios técnicos indican que al Acuífero Principal ha estado sujeto a un acelerado abatimiento, se estima entrará en un período crítico en los próximos veinte años; la mancha de arsénico, principal contaminante del agua subterránea, se ha extendido de la periferia del valle irrigado a la zona metropolitana y la mayor parte de los casi dos centenares de pozos destinados al abasto de la población presentan valores de arsénico mayores al estándar internacional de calidad de agua para uso doméstico establecido por la Organización Mundial de la Salud. Ya son frecuentes los problemas de abasto en algunas zonas donde quizás Torreón Jardín sea sintomático de ese abatimiento, y si bien tenemos una buena cobertura de agua entubada no podemos afirmar sea potable en todos los casos.
Durante el último medio siglo la comunidad médica local ha alertado sobre el impacto que tiene el hidroarsenicismo en la salud de la población, donde si bien no todos estamos sujetos a las mismas condiciones de riesgo existe una parte de la población lagunera mayormente vulnerable. Aquellos que residimos en la zona metropolitana somos los menos afectados, pero quienes viven en las cabeceras municipales y comunidades rurales de la periferia del valle tienen un alto grado de exposición en su salud porque involuntariamente consumen agua contaminada.
Nuestra exposición representa una visión ciudadana del problema que hemos venido documentando académicos de universidades locales y personas que formamos parte de asociaciones civiles, es una experiencia local de participación ciudadana que no solo ha documentado sólidamente estos hechos, sino que también formula propuestas de solución alternantes a la potabilizadora de aguas superficiales del río Nazas que se promueve desde la esfera gubernamental.
Destacamos dos de ellas que hemos venido presentando ante la sociedad y Gobierno. Por un lado, si el origen del problema de abasto y calidad de agua para uso doméstico está en la sobreexplotación de los acuíferos, es fundamental regular las extracciones que se realizan para detener el abatimiento y permitir se recuperen esos depósitos de agua subterránea. Para ello proponemos se establezca un sistema de medición confiable de los bombeos, de recuperar volúmenes, sobre todo de acotar la extracción ilegal.
Por otro lado, después de casi medio siglo en que se encuentra el desbalance entre extracción y recarga de agua en los acuíferos, es necesario ayudarles en la recuperación de esos volúmenes mediante su recarga. Para ello proponemos iniciar con un proyecto de recuperar el caudal ecológico (fluir agua) en el cauce del río Nazas que atraviesa la zona metropolitana, favoreciéndola recarga de los pozos aledaños a él, opción que traerá beneficios ambientales, sociales y económicos, estos últimos porque será un detonante de este tipo de actividades.
A la par de estas propuestas, creemos que es inaplazable atender la recomendación de la comunidad médica local de abastecer de agua potable a la población más vulnerable mediante equipamientos subvencionados e implementar un programa epidemiológico de atención a los afectados por el hidroarsenicismo.
Como ciudadanos y enmarcados en el espíritu de gobernanza en que se quiere promover el desarrollo metropolitano y regional, creemos que debemos considerar las opciones que contribuyan en la solución de este complejo y estructural problema atendiendo a las causas que lo provocan. Las experiencias anteriores implementadas por los Gobiernos locales y federal, el llamado proyecto de Caballo Blanco, los filtros para secuestrar arsénico en los pozos y ahora la potabilizadora, atienden los efectos y soslayan las causas, por ello ya es momento que pensemos y actuemos con una visión de largo plazo, una visión que posibilite un desarrollo sostenible de La Laguna.
