Columnas Social

Las palabras tienen palabra

El tono que todos tenemos

Juan Recaredo

Un gran amigo mío que es editor es originario de España -no sé exactamente de qué parte- pero tiene más de cuarenta años viviendo en México. Ha hecho carrera aquí, sus amigos son mexicanos, tiene una gran familia que siempre ha vivido en México y él -mi amigo- sigue hablando con acento español. ¡Pero si tienes tantos años acá! Yo le digo, pero él así habla… fíjese, yo conozco personas que se van de vacaciones un par de semanas a España y cuando regresan ¡haz de cuenta que son españoles, majo! Regresan con acento español… o bueno, lo que ellos creen que es acento español.

No nos vayamos muy lejos: en nuestro México, de una ciudad o región a otra, cambia drásticamente el acento, aunque el lenguaje sea básicamente el mismo español. Es un fenómeno curioso de la comunicación humana; yo soy de la ciudad de Monterrey y estoy plenamente consciente del "tonito" que tenemos al hablar… un poco "golpeado" dirían algunos. En la Ciudad de México, obviamente tienen su famoso tono o acento chilango -que cambia de una parte de la ciudad 0a otra- y así nos vamos de ciudad en ciudad. En Estados como Campeche y Tabasco, el acento es muy diferente a quienes hablan el español de Oaxaca, etcétera. Lo curioso es que, por más evidente que sea el acento del hablar de la gente, muchas de esas personas no detectan su propio acento y creen que ellos no tienen… ¿por qué? Pues porque para ellos eso es lo normal y su oído está tan acostumbrado a escucharlo que ya no lo notan.

Nos queda claro que el acento, además de ser una cuestión lingüística, se trata de un tema sociocultural, porque se aprende de los mismos integrantes del grupo al que se pertenece. ¿Y para qué lo aprendemos? ¿Por qué tenemos acento?

Existen diferentes razones pero la más importante -y que provoca que el fenómeno de adquirir un acento en el habla sea prácticamente automático- es la definición de una identidad, a nivel personal y más ampliamente, a nivel de grupo. Por ejemplo, si hablo con acento norteño es porque me identifico con mi grupo y cualquier miembro de otro grupo puede identificarme como norteño; eso me da sentido de pertenencia, algo que es indispensable para el ser humano.

El tema del acento es interesante y algo complejo porque involucra muchos factores socioculturales. Sin embargo, lo más importante es saber que todos tenemos acento y que eso define gran parte de nuestra identidad. Como diría el norteño con mucho acento: ¡iñor! Traducción: ¡sí señor!

Soy Don Juan Recaredo… compártame sus dudas y comentarios,[email protected], Twitter: @donjuanrecaredo.

ME PREGUNTA:

Carmen Jáuregui: "En una conversación que vi en un video de Internet mencionaron la nomofobia, pero yo no sé qué es. ¿Usted sabe?".

LE RESPONDO: Nomofobia es un término que no está aceptado por la Real Academia aún, pero que se está usando. Quiere decir: miedo a quedarse por un tiempo sin teléfono celular. "Fobia" sabemos que es "miedo irracional", "no" es negación y "mo" es una forma corta de "móvil".

LAS PALABRAS TIENEN LA PALABRA:

Las vacaciones son como las brujas: ¡se pasan volando!

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