El problema esencial que enfrenta la humanidad es la catástrofe climática, un problema mundial del que nadie puede estar ajeno. Sus efectos son ya devastadores e irreversibles. A partir de 2020, todos los países del Acuerdo de París deben presentar nuevos compromisos de reducción de emisiones de CO2, pues los científicos han demostrado que con lo que se acordó en 2015 la temperatura global subirá más de tres grados respecto al inicio de la era industrial. Luego del magro resultado, a punto del fracaso, de la 25a. Conferencia de las Partes de Naciones Unidas sobre Cambio Climático (COP25), y ante tan negro panorama, las reacciones de la sociedad civil global, serán determinantes.
¿Qué podría hacer la gente y qué deben hacer los Gobiernos? Greta Thunberg, la joven activista pro justicia climática, dice que la gente debería hacerlo todo, "pero creo que ahora mismo, si tuviese que elegir una cosa que hiciera todo el mundo, sería informarse, tratar de entender la situación e intentar presionar por un movimiento político. Creo que lo que deberíamos hacer como individuos es usar el poder de la democracia para hacernos escuchar y para asegurarnos de que la gente que está en el poder no pueda seguir ignorando esto".
Para evitar consecuencias más catastróficas, el objetivo de la comunidad internacional es que la temperatura no suba más de dos grados; idealmente se quiere limitar a 1,5 grados. Hasta ahora, 84 países han dicho que presentarán sus nuevos objetivos de recorte en 2020, pero ninguno de los que mayores emisiones tienen, como Estados Unidos, China, Australia, India, Japón o Brasil, entre otros, han expresado sus intenciones para aumentar sus compromisos climáticos a 2030.
Pero mientras el mundo grita emergencia, los gobiernos y las multinacionales se tapan los oídos.
México padece una situación de emergencia por deterioro ambiental, urgida de regeneración ecológica. Contaminación y sobreexplotación del agua, tala inmoderada, expansión de megaproyectos, minería tóxica, erosión de suelos, daños de ríos, contaminación industrial, desarrollos inmobiliarios, carreteros, turísticos, transgénicos y sobre todo la matriz energética basada en hidrocarburos, fracking, extractivismo petrolero y gasífero, termoeléctricas, con más de 560 conflictos socioambientales, son preocupantes.
Es un cambio ambiental global resultado de la primacía de la era del capitaloceno sobre la vida.
En 2020, México debe actualizar las Contribuciones Nacionalmente Determinadas (NDC por sus siglas en inglés) en el marco de la Ley General de Cambio Climático a fin de reducir la emisión de Gases de Efecto Invernadero y aplicar medidas de adaptación.
A partir de enero, el gobierno de México iniciará la fase piloto del Sistema Nacional de Comercio de Emisiones y pondrá en vigor la Estrategia Nacional de Movilidad Eléctrica.
La cumbre del clima concluyó en Madrid con un acuerdo que no asume el principal reto que tenía por delante: aumentar la ambición para dar respuesta a la emergencia climática en línea con las indicaciones científicas.
El artículo 6, que regula los mercados de carbono y los mecanismos de desarrollo limpio, se pospuso para la siguiente cumbre que tendrá lugar en Glasgow. También se aplazaron aspectos como el refuerzo a la financiación para el Fondo de Adaptación, para el Fondo Verde para el clima y la creación de otro para el Mecanismo Internacional de Varsovia sobre pérdidas y daños.
La declaración final incluyó la aprobación del Plan de Acción de Género. Y cabe destacar el esfuerzo de pequeñas naciones que apuestan por la integridad climática frente a las pretensiones de Gobiernos de países como Estados Unidos y Brasil de bloquear el Acuerdo de París.
Las movilizaciones masivas, aun cuando no son suficientes, han marcado un punto de inflexión en la lucha climática, que muestra la separación entre gobiernos y ciudadanía en defensa de un presente y un futuro habitables.
Si llegamos al siglo XXI con una crisis múltiple -energética, económica, alimentaria, ecológica, climática, financiera, política, cultural y civilizatoria-, el escenario de la tercera década que inicia el 1 de enero del 2020, contiene desde grises y negras predicciones hasta miradas de emancipaciones rojas, violetas y verdes.
Como bien declararon las organizaciones de la sociedad civil dentro de la cumbre en Madrid: "Esta COP ha fallado a las personas y al planeta. Poder para el pueblo, justicia climática".
